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Bajo el Fuego y sobre el Hielo, la Sanidad Militar en la División Azul

Bajo el Fuego y sobre el Hielo, la Sanidad Militar en la División Azul

La División Azul es el paradigma de una gesta paradójica. Por un lado, exhibe el innegable valor y el heroísmo que mostraron los divisionarios al combatir por una causa justa: el anticomunismo. Por otro, subyace la oscura faz de haber luchado en el bando equivocado.

Setenta años transcurridos, es un hecho incontestable el magnetismo que sigue despertando este episodio histórico. Tanto es así, que pese a la difícil tesitura editorial actual se ha convertido en uno de los temas bélicos de los que más y mejor se ha escrito. En fechas recientes, han confluido rigurosos trabajos correspondientes a las distintas unidades militares divisionarias. El Batallón Román 269  escrito por F. Carrera y el pintor Ferrer-Dalmau —autor de los lienzos más épicos de la División Azul—, el libro Un músico en el frente de artilleríael de Andrés y Andrés del Regimiento de Transmisionesel de Guillermo Díaz del Río correspondiente al de Zapadores. Incluso de los capellanes también se ha publicado el místico  Los últimos Cruzados.

En este completo repaso, sólo faltaba por abordarse el Cuerpo de Sanidad. La obra Bajo el Fuego y sobre el Hielo, la Sanidad Militar en la División Azul de Poyato Galán, cierra brillantemente este periplo bibliográfico.

Juan Manuel Poyato Galán (Sevilla, 1970) es doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Urología y Trasplante del Hospital de Utrera y miembro correspondiente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla.

Su libro Bajo el Fuego y sobre el Hielo, la Sanidad Militar en la División Azul, exquisitamente editado por la editorial Actas, es una obra muy completa y compleja que se adscribe a la corriente de nuevos enfoques históricos que están reescribiendo la Segunda Guerra Mundial gracias a la desclasificación de documentos inéditos. Lejos ya de impregnaciones propagandísticas, y alejada por tanto de ideologías y partidismos, dada su transversalidad interesará a un amplio espectro de lectores.

Lienzo de Ferrer-Dalmau

Lienzo de Ferrer-Dalmau

Un origen de novela

El origen del libro podría ser el brillante comienzo de una novela. Un día cualquiera en su consulta médica, Poyato Galán, urólogo de profesión, tuvo que atender a un paciente nonagenario que presentaba una patología dolorosísima. Intentando atenuar sus padecimientos se sorprendió cuando le dijo con gallardía: “No se preocupe Doctor , haga lo que tenga que hacer… Estuve en  la División Azul. Y peor lo pasé como prisionero durante 11 años en Siberia». Esas palabras del anciano le impactaron profundamente. Y como científico, despertaron su curiosidad de ahondar en el conocimiento de aquellos colegas de profesión que a 40º bajo cero, con luz mortecina y el ruido de los bombardeos como banda sonora, prestaron aquel servicio extraordinario a sus compatriotas en el frente, tanto desde el punto de vista técnico como humano.

De lo que podría haberse quedado en una mera anécdota, surgieron doce años de investigación y miles de horas recogidas en Bajo el Fuego y sobre el Hielo· obra en la que Poyato debuta como escritor. Originalísima en su planteamiento y temática, no es sólo una rigurosa investigación de la Sanidad Militar en la División Azul, sino un documento imprescindible en la Historia de la medicina de guerra, escenario de muchos avances médicos capitales. De ahí que el mítico Hipócrates, la considerara «la mejor escuela del cirujano».

Poyato basó el desarrollo de su obra en un exhaustivo trabajo de recopilación de información en archivos oficiales británicos, norteamericanos, alemanes, rusos y españoles. También se nutrió de otras fuentes como documentos inéditos cedidos por fondos y colecciones privadas, y mantuvo cientos de horas de entrevistas con supervivientes y allegados.

"El autor escruta con precisión la formación del personal desplazado a Rusia, desde los profesionales en activo con gran experiencia adquirida en la Guerra Civil Española, a los sanitarios de la última promoción."

El autor presenta un completo estudio de aquella logística médica diseñada para afrontar una empresa de dimensiones excepcionales. Disecciona y analiza los medios humanos y materiales empleados para poder prestar un servicio riguroso y a la vez, poder convivir con una meteorología mortífera, tan letal como el fuego enemigo soviético. Porque fue el frente de mayor mortandad de toda la contienda mundial. Un hecho que confirman las estadísticas que cuantifican en 25.000  las bajas entre fallecidos, heridos, enfermos, congelados, mutilados, prisioneros y desaparecidos.

Una labor de gran erudición que no está reñida con la amenidad, ya que Poyato no desdeña la anécdota y consigue cautivar al lector intercalando emocionantes vivencias que fluyen con una redacción impecable.

Sanitarios de primera línea

Una interesante introducción

El autor abre su magna obra con un interesante discurso introductorio que considera la Segunda Guerra Mundial un hito en la civilización, un conflicto bélico sin parangón que acuñó palabras hoy plenamente consolidadas como holocausto o genocidio. Para Poyato, la guerra es un conflicto consustancial al género humano, por lo que comienza su argumentación remontándose al Paleolítico.

De la Edad de Piedra se traslada a Grecia y la Roma clásica y aborda cómo en la antigüedad en todas las culturas los enfermos eran abandonados como alimañas para que se murieran de dolor.

Destaca con indisimulado orgullo la revolución médica que supuso el Reinado de los Reyes Católicos que en 1474 —la batalla de Toro frente a Portugal—  fueron pioneros en instalar carpas con personal especialmente dedicado a asistir a los heridos. En 1492, la propia Reina Católica creó hospitales específicos de campaña, que se mantendrían en todas las guerras españolas de la Edad Moderna y que tendrían especial relieve en los Tercios de Flandes.

Repasa también episodios españoles como la guerra de Cuba (en la que tuvo una gran significación la presencia de Ramón y Cajal), y las guerras del Marruecos español, de truculencia sin parangón hasta la fecha.

Contundente, considera un antes y un después el revulsivo que supuso en la Sanidad Militar la Guerra Civil española. En este conflicto aparecieron por primera vez los hospitales volantes y sobre todo los bancos portátiles de sangre —un invento genuinamente español— que incorporarían posteriormente y sin excepción todos los países europeos.

Cierra su introducción abordando someramente la actualidad del panorama sanitario militar español , al que califica «uno de los mejores del mundo,  ya que atiende en tiempo record en cualquier lugar, son expertos en telemedicina, en evacuación medicalizada, así como en la guerra bacteriológica».

Quirófano de retaguardia. Equipo del Capitán Cárdenas

Quirófano de retaguardia. Equipo del Capitán Cárdenas

La Sanidad Española en el letal Frente del Este

Una vez repasada la historia de la Sanidad Militar, Poyato se centra en el llamado Frente del Este y en el reclutamiento de la unidad sanitaria en España.

El autor escruta con precisión la formación del personal desplazado a Rusia, desde los profesionales en activo con gran experiencia adquirida en la Guerra Civil Española, a los sanitarios de la última promoción, médicos civiles en distintos escalafones o estudiantes de enfermería. Describe cómo fue su alojamiento en Alemania en bases avanzadas en la zona de Baviera donde recibieron entrenamiento teórico y práctico y gozaron de material puntero, como ultrasonidos para detectar la metralla, microscopios, potabilizadores de agua, infraestructura para infusiones de sangre y fracturas. Constata también que la mayoría de los suministros procedían de las casas Bayer y Siemens.

Los avances españoles

El autor hace especial hincapié en las innovaciones médicas españolas que fueron de tal eficacia que serían adaptadas por los alemanes. Entre ellas, un especial artilugio que evitaba la congelación y que consistía en una caja de madera con ladrillos al fuego incandescente llamada “camilla caliente” .

Otro avance español digno de mención fue un buscador de metralla en los cuerpos. Los alemanes la diagnosticaban mediante ultrasonidos, pero los españoles idearon una ingeniosa técnica que denominaron jocosamente «metrallita»: consistía en la realización de una radiografía de frente y otra de perfil con tela metálica. Así, triangulando, localizaban la metralla más rápido y con menos coste.

Toda una genialidad supuso lo que hoy se conoce con el nombre de «clavos endomedulares de Kuntscher«. Eran unos clavos especiales de fractura para fijar los huesos a modos de varillas de paraguas-  pero que dado su origen, su introductor bautizó como «método español».

Otro tipo de dolencias

Poyato subraya categóricamente que los sanitarios españoles fueron expertos en curar no sólo las heridas producidas por explosiones o balas, sino también por parásitos, gérmenes, nieves, fangos y nubes de mosquitos, y las enfermedades subsiguientes : el tifus, la disentería, fiebre, diarrea, neumonía… No olvida tampoco el papel que ejercía el control de las aguas residuales, fundamentales en cualquier campaña.

Algo muy actual que también aborda son las dolencias psiquiátricas como la ansiedad o lo que hoy se llama «neurosis de guerra«, para prevenir los terribles síndromes post traumáticos.

"Sin duda, la División Azul fue la más eficaz e inteligente contribución para conseguir que España quedara fuera de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial."

Muy ilustrativa resulta la anécdota de que, dada la flexibilidad del frente, a veces los hospitales de campaña podían pasar de un frente a otro sin dejar de operar. Y en relación a las dificultades de evacuación, explica que cuando los heridos y enfermos eran evacuados a retaguardia, lo hacían en trenes hospitales con quirófanos portátiles y confirma que existió la moderna evacuación aérea.

El autor también incide en la comprometida realidad de los enfermeros, que pertenecían a la Cruz Roja, Falange o a las Damas de Sanidad, entre las que destaca a doña Mercedes Milá, la jefe de enfermeras familiar de los conocidos periodistas, que ejerció una labor muy meritoria. Enfatiza el altruismo de las enfermeras voluntarias, que sin salario cuidaban a los enfermos con calidad y calidez y valora también el máximo respeto de los soldados, no existiendo ni un solo caso de acoso o abuso hacia ellas. 

Unas imágenes impactantes

Un material fotográfico y documental ilustra las más de 600 páginas con imágenes sorprendentes. Las fotografías hablan por sí solas y son muy explícitas, sobre todo aquellas en las que el ejército español y la sanidad española atienden al pueblo ruso, a civiles en los hospitales y sobre todo a embarazadas y niños pequeños a los que daban caramelos de vitaminas. También aparecen suministrando medicinas a los médicos soviéticos.

Los médicos españoles dejaron un recuerdo profundo y positivo entre sus colegas soviéticos y alemanes, en las relaciones entre los españoles y la población civil de la URSS, a la que educó en sanidad, sometió a campañas de vacunación y llegó a proporcionar ginecólogos para atender partos.

Muy significativo y categórico es su atención a la población judía, lo que costó graves fricciones con los alemanes, y corrobora que la afección ideológica de los combatientes fue el anticomunismo y en ningún caso el nazismo como suele empeñarse la historiografía de izquierdas.

Bajo el Hielo es una investigación profunda y científica sobre la historia, organización y funcionamiento del cuerpo médico que acompañó durante la II Guerra Mundial a la División Azul en el frente de Rusia de 1941 a 1943. Un cuerpo sanitario español de guerra, que demostró tal eficacia que fue admirado tanto por alemanes como por soviéticos.

Portad de Bajo el fuego y sobre el hieloPoyato, alejado de ideologías y partidismos, se ciñe a analizar estrictamente la medicina de guerra española en el frente ruso, teniendo como únicos referentes del contexto histórico, el ámbito científico y la patria de del increíble personal médico que allí se desplazó: España, auténtica protagonista de aquel esfuerzo sobrehumano.

Sin duda, la División Azul fue la más eficaz e inteligente contribución para conseguir que España quedara fuera de la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial. Pero significó mucho más que eso; fue el gélido escenario de la última gran gesta de los españoles en la que existió el orgullo inherente de ser español.

En esta línea de pensamiento, Juan Manuel Poyato Galán lo personifica de forma más que ejemplar en el cuerpo sanitario, donde hombres y mujeres en las condiciones más extremas dieron lo mejor de sí mismos por sus compatriotas y por su país.

Un patriotismo y ejemplaridad que hace afirmar al autor con emoción al presentar su obra que  «Ser español es profesar la fe en el heroísmo».

Autor: Juan Manuel Poyato Galán. Título: Bajo el Fuego y sobre el Hielo, la Sanidad Militar en la División Azul. Editorial: Actas. Venta: Amazon 

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