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Instrumental, James Rhodes

Después de leer Instrumental, estoy convencido que el puto Mr. Wonderful diría algo como “No te dejes vencer. Muéstrale al mundo tu mejor sonrisa”, “¿Y si escribimos un final feliz?” o “Solo hace falta una persona para cambiar tu vida, tú.”. Pero la vida no funciona así, jodido muñegote new age. Cuando la vida te ha tratado como una mierda, tienes que gritarlo, llorarlo, regurgitarlo y escupirlo como hace Rhodes en su novela.

Uno de los grandes males de nuestro siglo XXI es ese afán por ser felices, cueste lo que cueste. Y, sobre todo, la obligación que nos han creado de tener que demostráserlo a los demás: en la calle, en la cafetería, por guasap, en el Facebook… ¿Por qué llorar está tan mal visto? 

«Lo que (me) resulta más interesante del modo en que aprendí a tragar, y a que me dieran por el culo, es el impacto que ser violado produce en la persona; es como una mancha que nunca desaparece. Todos los días hay mil cosas que me lo recuerdan.»

Pero tampoco es necesario haberlas pasado tan moradas como el pobre James para demostrar en público tu tristeza. Todos tenemos derecho a la apatía, al llanto, y no hay nada de malo en ello. Exteriorizarlo es la mejor forma de conseguir pasar el mal trago.

Acaso una persona a la que han violado a los seis años, que ha sido alcohólico, drogadicto, con cinco intentos de suicidio a sus espaldas, debe contarlo con una sonrisa de oreja a oreja. No. Hay ocasiones que es imposible afrontar la vida con optimismo desbordante. Pero como demuestra este músico y escritor por muy malas que sean las cartas que te han tocado, puedes acabar ganando la partida; o por lo menos, seguir en el juego.

A Rhodes no le ha salvado de su infierno un meapilas buenrollista, sino la música. La gran música. La de Bach, Rajmáninov, Scriabin, Chopin, Prokófiev y la de todos esos grandes maestros que pululan por este magnífico libro publicado por Blackie Books.

«Solo hay dos cosas en la vida que tengo garantizadas: el amor que me inspira mi hijo y el amor que me inspira la música. Y (que entren ahora los violines de historia lacrimógena propios de Factor X) lo que apareció en mi existencia cuando tenía siete años fue la música.

Concretamente, la música clásica.

Más concretamente, Johann Sebastian Bach.»

Instrumental es una patada en el estómago a todos esos autores de libros de autoyuda tan de moda en nuestros días. Un tratado imprescindible para comprender cómo los abusos sexuales en la infancia pueden joder una vida, pero, también, un manual de supervivencia extraordinario. Y, sobre todo, un texto necesario para todos aquellos que amamos la música y nos refugiamos en ella cuando la vida nos parece demasiado gris y difícil.

Portada de Instrumental

Portada de Instrumental

Sinopsis: La música fue su salvación. James Rhodes fue víctima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmáninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiátrica le ayudó a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. «Instrumental» son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido después de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra.

Título: Instrumental. Autor: James Rhodes. Editorial: Blackie Books. Edición: Papel

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