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Yo moriría por ti: los 18 relatos inéditos de Francis Scott Fitzgerald

Yo moriría por ti: los 18 relatos inéditos de Francis Scott Fitzgerald

Llegó el 2017 y con él las novedades de ficción, traducciones y, sobre todo, con inéditos… esa palabra que hace tic-tac en los catálogos editoriales. En este caso, el texto en cuestión pertenece a Francis Scott Fitzgerald. Se trata del volumen I’d die for you  —en castellano Yo moriría por ti y que será publicado en abril de 2017 por el sello Simon & Schuster. Anagrama los publicará en castellano en otoño, con traducción de Justo Navarro.

No hay un propósito de conjunto ni mucho menos un espíritu de «colección» en esta selección de 18 cuentos, aseguran los editores. La mayoría de las historias tiene un carácter heterogéneo y pertenecen a distintas circunstancias, ya fuesen textos presentados a revistas durante la década de 1930 y que nunca se imprimieron; guiones o argumentos cinematográficos jamás filmados, o acaso piezas que permanecieron sin imprimir porque su tema o estilo se apartó de lo que los editores esperaban de Fitzgerald. Las razones son muchas.

Tal y como describe Simon & Schuster, esta colección reúne piezas en prosa localizadas en bibliotecas e incluso colecciones privadas, incluyendo las de la familia de Fitzgerald. El título que da nombre el libro, I’d Die For You —Yo moriría por ti—, proviene de las estancias de Fitzgerald en las montañas de Carolina del Norte, donde su mujer, Zelda Sayre, pasó unas cuantas temporadas internada debido a la fragilidad de su salud psíquica.

"Se puede ser un genio y acabar hecho pedazos. Agotado por igual de la vocación y de sus propias adicciones, Scott Fitzgerald terminó asqueado del alcohol y la literatura"

La mayoría de las historias incluidas fueron escritas a lo largo de la década de 1930, aunque también abarca relatos que cubren desde los inicios de su carrera, alrededor de 1920, hasta el final de su vida. El libro está acompañado del subtítulo Y otras historias perdidas, porque justamente esa fue la suerte de muchos de ellos: su prolongado extravío en el tiempo. Yo moriría por ti y otras historias perdidas parece dar la razón a Gertrude Stein, quien calificó como «una generación perdida» a aquella a la que Fitzgerald perteneció y de la que la que se convirtió en una agria y dramática figura simbólica.

Mientras llegan esos 18 relatos …

Se puede ser un genio y acabar hecho pedazos. Agotado por igual de la vocación y de sus propias adicciones, Scott Fitzgerald, quien terminó asqueado del alcohol y la literatura, así lo relata en un precioso volumen de cartas publicadas por Círculo de Tiza a comienzos de 2016. «Estoy harto por igual de la vida, el licor y la literatura», dijo con 25 años. Apenas dos años antes había saltado a la fama y la riqueza de la noche a la mañana. El repentino patrimonio lo precipitó hasta el abismo. Hacia allá fueron su mujer Zelda y él. Nunca pudieron volver.

A los 29 años, recién publicado El gran Gatsby, asegura: «Si puedo ganarme la vida seguiré como novelista. Si no, voy a renunciar, volver a casa, marcharme a Hollywood y aprender el negocio del cine». Y así fue: escribió, a toda prisa, cuantos cuentos y encargos fueran necesarios. Terminó dedicando su talento a guiones, apurando la prosa, una agotadora y destructiva carrera que queda reflejada en su correspondencia.

"Considerado uno de los autores más representativos de la Generación Perdida de los años veinte, reflejó en su obra, quizá mejor que ningún otro escritor de la época, el espíritu de aquellos años desquiciados."

Gatsby —su gran personaje— es una demostración de alguien que parecía, a veces, escribir el guión de su destino. Fitzgerald vivió una década singular en la historia estadounidense, la que se inició tras el final de la primera guerra mundial, cuando el país, libre ya de la tensión bélica, cambió sus códigos morales y se inclinó a ritmo de foxtrot hacia el lujo y la especulación. La prosperidad parecía imparable hasta que llegó el crack bursátil de 1929. Y con la década, se quebraron muchas vidas, entre ellas la de Fitzgerald.

Considerado uno de los autores más representativos de la Generación Perdida de los años veinte, reflejó en su obra, quizá mejor que ningún otro escritor de la época, el espíritu de aquellos años desquiciados. El éxito de su primera novela, A este lado del paraíso (1920), lo convirtió en una celebridad rápidamente. Su tercera novela, El gran Gatsby (1925), se hizo con la etiqueta de la gran obra maestra. A mediados de los años treinta, obligado por su situación financiera, conviviendo con el alcoholismo y atendiendo las necesidades de la enfermedad mental de Zelda, su esposa, Fitzgerald intentó reinventarse a sí mismo como guionista de Hollywood. Murió antes de terminar su última novela, El último magnate (publicada póstumamente en 1941).

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