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JEOSM y Arturo Pérez-Reverte. Foto: Javi Wände

Hace unos días se presentó en la sede de la editorial La Fábrica, calle Alameda, 9, en Madrid, Guerreros Urbanos, el álbum de fotografías de JEOSM, grafitero y fotógrafo. Los textos, de la mano del autor de El francotirador paciente, Arturo Pérez-Reverte. La edición, Alfaguara y La Fábrica. Una tarde de amistad, grafitis y libros. Nosotros estuvimos allí.

Atardece en Madrid pero aún la luz es intensa, porque el verano tiñe las ciudades de naranja antes de fundirlas en el azul marino nocturno. En la plaza, un tipo se afana entre botes de colores concentrado en la tarea de elegir el adecuado. Está pintando sobre un muro de cartón un grafiti que reproduce una de las fotos de JEOSM: una figura, apenas una silueta, de la que sólo distinguimos la cazadora con la capucha cubriéndole la cabeza, avanza  por un túnel de metro dejando a su paso un rastro de sprays vacíos. 

Foto: María José Solano

Al acercarme para hacer una foto lo reconozco: el tipo que pinta, concentrado, el grafiti es Zeta1970; el mítico Zeta1970 de Alcorcón.

Dicen que el grafitero de la foto de JEOSM que ahora reproduce Zeta1970 en spray es otra leyenda: LOSE, el cazador de adrenalina: 600 metros y una firma inconfundible.

Entre la multitud de grafiteros, escritores, artistas urbanos, curiosos y etc, Arturo Pérez-Reverte se desenvuelve con soltura. Charla animadamente con la mayoría y con amigable complicidad con algunos. Hay algo diferente en su forma de moverse, de escuchar, de plantarse en mitad de la calle y la multitud, como si estuviese ordenando geometrías ocultas, planificando mentalmente el espacio, los tiempos, los accesos, las salidas. El novelista no ha venido; en su lugar, esta noche urbana, ha aparecido el reportero de guerra. Cruzamos la calle hacia la sala de la Editorial La Fábrica, que, junto con Alfaguara, ha dado la hermosa forma de libro a las fotografías de JEOSM.

En Territorio Comanche

Arturo Pérez-Reverte. Foto: Javi WändeMe trae  hasta aquí un compromiso de amistad, comienza Reverte. A través de David, José, Óscar, pude adentrarme en un lugar que me era absolutamente desconocido y  gracias a ellos también, comencé a comprender y a respetar. Y a pesar de que con muchas cosas no estaba de acuerdo y sigo sin estarlo, me fascinó ver que incluso con las diferencias, el suyo era un mundo muy familiar para mí: la manera de entrar y salir de territorio enemigo; la forma de prepararse para la lucha; las reglas de comportamiento entre el individuo y el grupo. Por eso las fotos de JEOSM son también las fotos de mi pasado; fotos de guerra que transparentan el lado turbio, oscuro de la vida. Un lugar regido por códigos que cobran una relevancia vital cuando te toca sobrevivir al otro lado de la colina.

Presentación de Guerreros urbanos. Foto: Javi Wände4JEOSM: Pero nosotros también teníamos esos prejuicios iniciales contigo; con tu trabajo .No sabíamos qué quería este tío; un académico de la lengua, un novelista.

El resultado de esta amistad, la novela El francotirador paciente, nos confirmó que realmente Arturo era uno de los nuestros.

Arturo se revuelve, incómodo, en la silla. Sonríe con su media sonrisa de lobo cauto porque no quiere dejarse ver más de lo necesario; sin embargo lo que  dice JEOSM es muy cierto; El francotirador paciente es una novela singular hecha con la experiencia de veinte años en territorio enemigo y magistralmente traducida al lenguaje urbano; las frases funcionan como disparos y los paisajes, construidos a base de sombras y colores, conforman el  álbum de un veterano escritor de grafitis. La historia, absolutamente revertiana, es un TAG de 300 páginas.

Guerreros Urbanos

Guerreros urbanos. Foto: Javi WändeP.R: Tu libro de fotografías, Guerreros Urbanos, nace porque todo grafitero tiene su propio álbum de fotos. Si no enseñas que has estado, no existes. El día en el que JEOSM me mostraba, orgulloso, su álbum con todas aquellas fotos de firmas; de grafitis mezcladas con las otras, las del proceso de pintar, hubo un momento en el que dejé de ver las primeras y comprendí. Aquellas fotos eran fotos de guerra; eran las imágenes que tantas veces vi, conté, fotografié yo mismo. Eran puro territorio comanche.

Para mí, para lo que yo tenía en la cabeza en ese momento, lo útil no eran las piezas de grafiti sino el ojo que las fotografiaba.

Sonríe el reportero con  la sonrisa inconfundible del cazador en acción. El grafitero, el escritor, lo que de verdad quiere es firmar, multiplicarse; acceder a sitios peligrosos y hacerse un lugar; un nombre; un respeto. Las palabras que podrían resumirlo todo son lealtad y respeto. Y en esas palabras nos reconocimos ellos y yo.

Por supuesto, el vandalismo del grafiti sigue sin gustarme, pero ahora lo entiendo.

JEOSM: El grafiti como tú bien dices, Arturo, es escribir tu nombre; poner tu TAG; el grafiti es puro ego (Escribo, luego existo). Hay gente que habla de grafiti en términos de Arte, pero eso es otra cosa.  El arte urbano se llama así porque se hace en la calle, pero la forma y el concepto es estético; “artístico”. Y un artista urbano no es un grafitero. Ya conoces la famosa frase: Si es legal no es grafiti.

Presentación de Guerreros urbanos. Foto: Javi Wände4Los grafiteros vivimos en la frontera. Nos movemos en ella con comodidad; pertenecemos a esa tierra de nadie.

Y esa sensación…estar en una estación, al amanecer, manchadas las manos de pintura, rodeado de botes vacíos, sucio, cansado de toda la noche despierto; de la adrenalina derramada a borbotones…cuando de pronto ves que los primeros viajeros; los más madrugadores, como sombras desenfocadas, van subiendo a los vagones y que el tren, lentamente, se pira con tu nombre allí…, eso es la gloria, Arturo. No hay nada igual.

Disparos de francotirador

Presentación de Guerreros urbanos. Foto: Javi Wände4Se ha hecho un  silencio en la sala extraño; anestésico. Algunos de los que están allí conocen muy bien esa luz sucia del amanecer, cuando el sabor de la gloria conseguida recuerda tanto al de la última derrota.

Arturo Pérez-Reverte sostiene el silencio pero no suelta el arma. Es un francotirador paciente.

¿Nunca tenéis remordimientos?

Como tú decías antes, hay reglas, Arturo. Por ejemplo, no se escriben los monumentos. Pero es que el grafiti se enfrenta al peligro, a lo prohibido, igual que se enfrenta al Sistema y  claro, es inevitable que a veces se produzcan bombardeos sin escrúpulos…

Bombardeo. Arturo sonríe y se vuelve al público. Bombardeo es cuando se sale a escribir donde sea, sin detenerse a pensar, mientras más mejor; mientras antes, mejor; como incursiones de comandos en la oscuridad. Las palabras de esta noche nos remiten una y otra vez al lenguaje de la guerra.

¿Cómo os trata la poli?

Presentación de Guerreros urbanos. Foto: Javi Wände4Pues no nos trata bien. A veces ves cómo van cuatro coches de policía a por un escritor de grafiti…, siempre hemos sido la presa fácil para ellos.

Aunque es verdad que hay grafiteros que son muy broncas. Yo pienso que es el factor adrenalina, que en este mundo es fundamental. Hay escritores que lo que buscan de verdad  es la emoción; saber que puedo hacerlo y luego escapar; que puedo entrar y salir.

¿Por qué hay pocas chicas en el grafiti?

En mi crew de grafiti si hay, pero ¿sabes? El grafiti en España llegó  en el pack del hip-hop y en él no había tías. Ahora, por suerte, todo está cambiando y ojo, porque las  tías tienen muchos cojones, pero es verdad que todavía su número es mucho menor que el de los tíos. No sé por qué…

Tal vez, JEOSM, es porque en el grafiti hay un ritual atávico que es instintivamente masculino, de hombres que salen a jugársela; que arriesgan su vida por un objetivo que apenas tiene importancia; son los cazadores  más valientes de la manada; lobos grises cruzando un territorio hostil.

Peligro, códigos, valentía y respeto. Hay una parte épica, seductora y  única en todo ésto que transforma vuestro mundo en algo muy narrable; ya sea en novela o en fotografía, y es el componente de aventura en el sentido clásico del término: salir de la casa; de la comodidad de lo conocido y recorrer un camino que te lleva lejos en un viaje circular el cual, si has tenido suerte, te termina devolviendo al punto de partida aunque más viejo y más cansado, con esa mirada tan característica impresa en la retina(la famosa mirada de los 300 metros) y un olor a guerra (smell of war) en la ropa y en la piel del que ya no podrás zafarte nunca.

Yo intenté contar todo eso en El francotirador paciente, tú, JEOSM, lo cuentas cada vez que enfocas y aprietas el obturador de tu cámara.

Las fotos de JEOSM

Presentación de Guerreros urbanos. Foto: Javi Wände4En un grupo de valientes siempre hay uno designado para contar. La hazaña anónima, sin testigos, sin repercusión inmediata, sin recompensa social suele ser patrimonio de las mujeres. Los hombres que luchan y mueren necesitan el consuelo de saber que hay algo de ellos, de su acto de valentía, que perdurará en la memoria colectiva; por eso los guerreros urbanos a menudo se comportan como Aquiles postmodernos; lo llevan impreso en su memoria genética.

El grafitero se mueve como nadie entre las fracturas del tiempo; es consciente de la fugacidad de todo, pero aún así,  necesita dejar constancia de los hechos porque al fin y al cabo, es un escritor. Por eso  entre ellos siempre hay uno que mira diferente;  que ha nacido con esa carga de lucidez extraña que lo aleja, sin saberlo, del grupo y lo ayuda a contar.

JEOSM posee el ojo del testigo; la fuerza del que se sabe con la responsabilidad de contar lo que en pocos minutos dejará de ser y ya no será nunca más de aquella manera. Esa es la razón por la que  las fotos de JEOSM son tan de verdad, porque están concebidas con la furia del guerrero y la frialdad del testigo, por eso no hay impostura ni artificio en ellas; derrochan admiración y lucidez, y se explican solas.

El espectador que sabe, se reconoce en las fotos de JEOSM y el que no, percibe la atracción hacia un territorio de sombras que no le es del todo ajeno, lo recuerda porque  está escrito en su memoria, esa que se ha ido conformando a lo largo de los siglos gracias a todos aquellos hombres que lograron sobrevivir para poder contar al resto lo que un día fuimos.

Fotos de María José Solano y Javi Wände.

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Guerreros urbanosTítulo: Guerreros urbanos. Fotos de Jeosm con textos de Arturo Pérez-Reverte. Editorial: Alfaguara y La Fábrica. Edición: papel

Sinopsis: Un gran relato de resistencia, convertida en arte y acción callejera, contado a dos voces. Una, fotográfica, pertenece a Jeosm, también escritor de grafitis; la otra, narrativa, al novelista y académico Arturo Pérez-Reverte. Ambos retratan las figuras y el trabajo de aquellos que, mientras la ciudad duerme, dejan en ella con osadía su huella. Esta es la historia de unos guerrilleros urbanos.

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