Rosa Montero: “La frontera entre lo real y lo imaginario es temblorosa”

Juan Rulfo dejó de escribir durante treinta años después de publicar Pedro Páramo. Cuando le preguntaron el motivo contestó que había muerto su tío Celerino, que era quien le contaba las historias que luego él escribía. El “tío Celerino” de Rosa Montero está más vivo que nunca. En su cabeza las ideas no dejan de chisporrotear. La escritora sigue “a la caza de pequeñas burbujas de vida extraordinaria”, como destaca en su última obra, El peligro de estar cuerda.