Sabía Borgovo que hombres de su avanzada edad pagaban para ser azotados por muchachas encuadernadas en cuero y encapuchadas, como Gatúvelas clandestinas, en mazmorras de alquiler. Pero Katia, gratuitamente, le descerrajaba su ausencia. Borgovo necesitaba la temperatura del cuerpo de esa mujer, y de ninguna otra. A una edad imprudente, por primera vez en su … Sigue leyendo En un tren
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo