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8 poemas de Claudio Bertoni

Claudio Bertoni es un poeta, fotógrafo y artista visual nacido en Santiago, Chile, en 1946. Estudió en el Liceo Alemán y luego ingresó en la facultad de Filosofía de la Universidad de Chile, la cual​ abandonó después de conocer a la poeta y artista Cecilia Vicuña, que se convertiría en su pareja por varios años. A principios de los años setenta, se dedicó a la música (fue percusionista de Fusión, primer grupo de jazz-rock chileno), la fotografía y a la escritura. Entre sus libros de poesía destacan El cansador intrabajable I y II (1973, 1986), Sentado en la cuneta (1989), Ni yo (1996, Premio Mejores Obras Literarias, categoría poesía publicada), Una carta (1999), Jóvenes buenas mozas (2002), Harakiri (2004, Premio Mejores Obras Literarias, categoría poesía publicada), No faltaba más (2005), En qué quedamos (2007), El tamaño de la verdad (2008), Adiós (2013) y The price of love (2018). Ha publicado dos volúmenes de sus diarios: Rápido, antes de llorar (2007) y ¿A quién matamos ahora? (2011). En 1993 le fue otorgada la beca Guggenheim y en 2010, el Premio Nacional del Humor, entregado por la Universidad Diego Portales. Sus trabajos visuales han sido expuestos en el Museo Nacional de Bellas Artes y en numerosas exposiciones, tanto en Chile como el extranjero. Vive en Concón (Región de Valparaíso) desde 1976. La editorial Lumen publicó en 2015 el libro Antología (1973-2014), obra que reúne una selección de cuarenta años de escritura poética y la Universidad Diego Portales publicó en 2020 su Poesía reunida.

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Al revés 

Estoy muy decaído
me da pena sacarme los zapatos
respiro a medias
a Cecilia le chocaron el auto por detrás
Georges Bataille es un fecalómano
y André Breton es un iluso
volvería al vientre materno
como una película vista al revés
y a todo full.

*

Hace frío

cierro
apenas
la ventana
para que un
heladero que
toca debajo una
campana no sienta
que lo rechazo.

*

Abismos

lo
que
vemos
pasar por
la vereda son
abismos

abismos que conversan
para no devorarse a sí mismos
para no desbarrancarse
para no despeñarse
dentro de sí mismos

abismos que miran televisión
trabajan y tienen hijos
para exactamente lo mismo

*

Mi baño de tina

Envuelto en mi sábana de baño
Medio tiesa de almidonada y blanca
Voy camino del baño de tina
Por el pasadizo alfombrado
Entro en el comedor
Entra el sol
Dando bandejas de oro en los muros
Dando un flamígero mandoble
En el canto de cabinets y anaqueles
Condecorando respaldos
El aire mece las cortinas
Como el ruedo de una modelo en primavera
Ando entre los vítores
De conocidos y conocidas
En kimonos
En saltos de cama
En batas de levantarse
En pijamas de sus maridos
En mañanitas
En calzoncillos y zapatos
Con el platillo en una mano
Y la taza con desayuno en la otra
O anudándose las corbatas
Unos me saludan
Otros me aplauden
Como si fuera una gracia
Me arrojan papel picado
Como si fuera un astronauta
Sentado en un Cadillac descubierto

Me arrojan flores
Como si fuera un torero
Envuelto en la toalla medio tiesa
Voy camino del baño de tina
Por el pasadizo alfombrado
Diviso al fondo la puerta de algodón
Se abre majestuosamente
Inundando la nívea porcelana de los sanitarios
A mis espaldas se oye la secuela evanescente aún
De vítores respetuosa y suavemente amortiguados

Por la delicadeza de la puerta
Para recoger los ruedos
De su vestido de terciopelo.

*

Mi madre y yo

Llevamos una vida
perfectamente triste
y tranquila.

Yo voy de compras
ella cocina
y yo lavo las ollas.

Vemos televisión
desde las dos de la tarde
hasta la una de la madrugada
haciendo intermedios para comer y orinar.

De noche aseguro las puertas
apago las luces
y vuelvo a mi pieza
no sé si desvestirme
y tampoco me decido a leer ni hago abdominales
no tengo ánimos para pensar en nadie
y sentado al borde de la cama
siento nostalgia del tiempo
en que solía masturbarme.

*

“cause I’ll be back in my feet someday”

(Ray Charles)

acabo de dar vuelta
uno de esos bichitos negros
que aquí en Concón
siempre quedan patas para arriba.

meando un rato después
pienso en lo bueno que sería
que apareciera un dedo gigante
y me diera vuelta
a mí también.

*

Nadie

-con la excepción

quizá de tu perro-
mueve tanto la cola
como yo cuando escucha
el motor de tu Volkswagen.

*

A long time ago

un poeta mejicano
nos dedicó un poema
a mi novia y a mí.
¿por qué a mí?
si se acostó con ella.

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Carmen
Carmen
3 meses hace

Deslizo el dedo sobre la pantalla, y lo deslizo y lo deslizo y aún más
Llega el verso, uno casi al azar, por arte de magia, dicen en la pantalla,la otra, la de la TV. Yo iba a decir “casualmente”. Hermano, compañero de viaje desconocido,yo tampoco ” me decido a leer ni hago abdominales”
Ni salgo a la calle, ni hablo con medusas, ni sonrío a los niños. Pero leo, con el dedo que es un tirano. Te leo a ti, que para eso escribes, Juan Domingo Aguilar.

Danpier
Danpier
3 meses hace

Tristemente alegres

SABRINA ANALIA CABRERA
SABRINA ANALIA CABRERA
3 meses hace

“La piel es frontera y contorno,
reconocimiento de lo que nos
constituye. Donde acaba la piel
empieza el mundo, la
alteridad, la amenaza, pero también las sensaciones y el placer”.
Laura Di Verso

“dos docenas de orgasmos no siempre
compartidos”
Antonio Martínez Sarrión
“siento nostalgia del tiempo

en que solía masturbarme”.
Claudio Bertoni
La incitación
La seducción
La penetración
Conceptos elegidos por Carmen
Verde Arocha sobre José Balza

“Es el misterio de la Poesía”.
María Dolores (“Comentarios”
respecto a Dolors Fernández
Guerrero).

LA POESÍA MASTURBA LAS
NEURONAS PROVOCANDO
ORGASMOS ,A VECES, NO
COMPARTIDOS EN TIEMPO CON LA FIRMA.
LOS ORGASMOS LIBERAN LA TENSIÓN LITERARIA DANDO PASO A LAS SENSACIONES PLACENTERAS UNA VEZ EYACULADA LA IMAGINACIÓN.
LA PALABRA POÉTICA DE PATRICIA
CRESPO ES UN AGENTE DE PODER
QUE NO PASA IN-ADVERTIDO
POR LA PIEL.

Última edición 3 meses hace por SABRINA ANALIA CABRERA