“Seré sepultado en las ruinas de esta ciudad antes que entregar la plaza a los franceses”, exclama el héroe en la última viñeta de la página 50 del cómic. Se trata de Menacho, triunfar o morir, de la colección Historia de España en viñetas, de Cascaborra .
Cascaborra rescata del olvido a uno de tantos héroes y heroínas que, lejos de convertirse en referentes actuales, por desgracia, son ejemplos reales del significado de la patria para aquellos cuyos ideales están claros, por encima de reconocimientos paganos. Dice Juan Luis Iglesias que su compañero de fatigas comiqueras Juanfer Briones le pidió un guion literario más que técnico. Y es que la gesta del gaditano no merecía menos. Frases salidas de la boca del militar tales como “tus temores ofenden mi gloria” u “odio eterno a los franceses más allá del sepulcro” nos reconcilian con los valores que creíamos perdidos: honor, lealtad, orgullo, valentía. Declaraciones de intenciones encajadas en un dibujo casi caricaturesco, que consigue equilibrar la espectacularidad gráfica con la veracidad histórica.
Menacho, triunfar o morir relata uno de tantos episodios que han pasado desapercibidos entre los archiconocidos momentos cruciales de la Guerra de la Independencia española: la entrada de los franceses en 1808 bajo pretexto de la invasión de Portugal, el Motín de Aranjuez que supuso la destitución y posterior exilio de Manuel Godoy junto a los soberanos Carlos IV y Fernando VII en Bayona o los fusilamientos de Madrid inmortalizados por Goya. Pero de los casi dos meses de asedio por tierras pacenses entre finales de enero y principios de marzo de 1811, además de la batalla del Gévora, no se sabe tanto, al menos fuera de Badajoz. De hecho, los autores se han documentado a través de fuentes locales. “Para escribir el guion —explica Iglesias en una entrevista concedida a la revista Grada con motivo de la presentación del cómic en la sede de la Fundación CB el pasado mes de mayo— básicamente tuve como referencia cuatro libros: El Diario de Menacho que publicó la Diputación de Badajoz, que recoge el diario del mariscal durante el asedio. La Guerra de la Independencia en Badajoz: Fuentes francesas, también editado por la Diputación, que me aportó el punto de vista del invasor francés. Badajoz 1811, de Jacinto J. Marabel, publicado por Almena Ediciones, que me fue de gran utilidad para conocer los detalles de la batalla del Gévora. Y por último, el libro biográfico de Hilario Giral que publicó la Asociación de Amigos de Badajoz, que me sirvió para encontrar el narrador de la historia, pues el cabo Hilario Giral, de Barbastro, explicó en sus memorias que conocía a Menacho y que había tenido una relación de cercanía con él”.
Las primeras páginas de Menacho, triunfar o morir resumen la trayectoria del protagonista hasta llegar a ser nombrado mariscal y gobernador de Badajoz, así como el origen del conflicto. La ciudad era clave para el control de la frontera y el acceso al país vecino, con lo cual se convirtió en objetivo prioritario para el ejército francés comandado por el mariscal Jean-de-Dieu Soult. Soult fue uno de los cuatro generales gabachos encargados por Napoleón de expoliar tantas obras de arte españolas como pudiera en la obsesión patológica de su jefe por llevarse a París lo más valioso de cada uno de los territorios que invadía. Al frente de la defensa se encontraba Menacho, cuyo valor —“Él (Dios) armó mi brazo con la espada vengadora, yo se lo juré, yo lo cumpliré”— y coraje empequeñecieron las hostilidades de los rivales y provocaron más de un quebradero de cabeza al tirano invasor.
Una vez el lector entra en contexto, el cómic muestra el enfrentamiento entre Soult y Menacho, los dos largos meses de bombardeos y estrategias militares, pero también visualiza la lucha psicológica de unos hombres que iban a la guerra con el miedo, el sufrimiento y las heridas por bandera, y cuyas cicatrices marcaban sus destinos para siempre.
Por último, a manera de conclusión, se incluye el contenido extra de Eduardo García-Menacho y Osset, descendiente del mariscal y miembro de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares. El académico nos regala una biografía detallada, basándose en hechos. Pero en consonancia con el cómic Menacho, triunfar o morir, me quedo con su aportación personal y palabras cariñosas hacia el protagonista: “Dicen de Menacho que era un gran señor, de buena presencia, elegante en el vestir, amable y discreto, la contrafigura del militar guerrillero (…), si bien seco en corresponder a los halagos”. “Sus soldados veneraban a su jefe, oficiales y tropa lo admiraban, pues veían en él a un gran soldado”.
Sirva entonces Menacho, triunfar o morir como un homenaje a él en particular y a la ciudad de Badajoz en general, que acompañó al héroe en el camino de la resistencia sin desfallecer un solo instante. Una vez más, la historia nos demuestra que el mejor relato épico nace siempre del gesto llano.
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Autor: Juan Luis Iglesias y Juanfer Briones. Título: Menacho, triunfar o morir. Editorial: Cascaborra. Venta: Todostuslibros.




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