Con Aristóteles se cierra el círculo

El segundo pensador sobre el que escribió fue Sócrates. Con El asesinato de Sócrates consiguió ser finalista del Premio Planeta 2016. A este le siguió, en 2020, El asesinato de Platón y, hace poco más de dos meses, apareció en librerías El asesinato de Aristóteles, obra con la que cierra el círculo. En su carta final, Chicot afirma que: “pretendió que los lectores, a través de un libro que combina ficción, historia y filosofía, además de resultar adictivo, se enriquecieran interiormente con su mezcla de entretenimiento y rigor histórico, y que al mismo tiempo se sintieran motivados por la faceta divulgativa de la intensa vida de su protagonista”.

Hace más de dos mil quinientos años, en la Edad Antigua, los logros conseguidos por Sócrates, su discípulo Platón y el discípulo de este, Aristóteles, fueron de tal magnitud que convirtieron a Atenas y al mundo helénico en pilares fundamentales de la civilización europea.

En El asesinato de Aristóteles, Marcos Chicot recrea una ficción alrededor de la figura del filósofo para narrarnos su vida y mostrar aspectos que nos ayudan a comprender mejor el mundo actual. El sabio griego fue capaz de reflexionar sobre casi todos los aspectos de la vida pública, y el autor logra trasladar sus enseñanzas a nuestros días mediante descripciones precisas de la sociedad de entonces.

Aristóteles definió al hombre como un “animal político” y, desde este punto de partida, abordó casi todas las ramas del saber, demostrando lo sabio y buen maestro que fue, tanto en su tiempo como para la posteridad. Muchas de sus reflexiones políticas mantienen plena vigencia.

Chicot nos muestra a un Aristóteles “padre de la ciencia”, polifacético, empeñado en organizar el conocimiento y, sobre todo, en enseñar a pensar. Fue un sabio curioso, experto en biología y padre de la lógica, capaz de estudiar los silogismos, a los que definió como un razonamiento en el que, partiendo de premisas, se llega a una conclusión necesaria. En sus tratados sobre lógica estableció las bases del razonamiento deductivo. Su método habitual consistía en un análisis crítico de las aportaciones de filósofos anteriores antes de llegar a sus propias conclusiones.

El autor retrata también al Aristóteles maestro de Alejandro Magno, a quien ayudó a forjar una personalidad que lo llevó a ser uno de los tres personajes históricos más importantes de todos los tiempos. Alejandro dejó tras su muerte una herencia que permitió que surgieran nuevas estructuras sociales. Se abandonó la forma política de las ciudades-estado griegas en favor de un concepto más nacional e interracial. Sin embargo, a Aristóteles ser el maestro de Alejandro le granjeó numerosas envidias y enemigos. Algunos atenienses, incapaces de enfrentarse directamente al poder de Alejandro, descargaron su resentimiento contra su maestro.

El gran logro de Chicot con esta tetralogía es acercar al gran público una visión de conjunto de los cuatro pensadores fundamentales del mundo antiguo. Las ideas de la “Academia” platónica y del “Liceo” aristotélico mantienen una sorprendente semejanza y plena vigencia respecto a la sociedad actual. Aún hoy, para nuestra desgracia, persisten los vicios políticos que denunciaron Sócrates, Platón y Aristóteles. Tanto en aquellos tiempos como en los actuales, los mejores hombres rara vez ocupan el poder.

En algunos momentos históricos, como en la vida misma, la realidad se reviste de novela negra, con misterio, suspense e intriga que superan cualquier ficción imaginable. Con estos elementos, Chicot ha construido una tetralogía soberbia que refleja las pasiones humanas de unos sabios cuyo legado perdura durante siglos, llegando en plena vigencia a nuestros días. En estos tiempos de orfandad de educación y cultura filosófica cobra más importancia esta tetralogía ya que acerca al mundo educativo unos conocimientos que no se manejan en el día a día de la enseñanza. No quiero olvidar que uno de los grandes éxitos de Chicot es la aportación cultural que hace al acercar la filosofía clásica griega al lector contemporáneo.

A lo largo de este comentario me he referido poco a la calidad literaria de la obra. Calidad que desborda cada página, pero que queda a veces eclipsada por la profundidad del análisis y las conclusiones que el autor ofrece sobre su protagonista. Me parece especialmente destacable el retrato de la personalidad de Aristóteles, su pensamiento y su legado.

No quiero recomendar solo un título: considero muy recomendable la tetralogía completa. Puede leerse en cualquier orden, ya que los cuatro libros son autoconclusivos. Todos envuelven al lector en una ficción entretenida y atractiva que los hace especialmente disfrutables.

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Autor: Marcos Chicot. Título: El asesinato de Aristóteles. Editorial: Planeta. Venta: Todostuslibros