Dada la avalancha de novela negra que inunda las librerías, sorprende la escasez de obra teórica que la analice en profundidad, más allá de las reseñas de novedades. Por fortuna, desde hace unos años vienen apareciendo, aquí y allá, algunos ensayos que contribuyen a paliar ese desequilibrio y que la abordan con distintos criterios, desde el enciclopédico al subjetivo, con diferentes gustos y con variado estilo, pero siempre interesantes.
Castigo y justicia en algunos casos de la novelística criminal española contemporánea (Peter Lang, 2025), de Emilio Ramón García, es un tratado necesario y bien documentado sobre la actual novela negra española. De sus abarrotadas autopistas, Emilio Ramón selecciona a ocho autores muy representativos, y a cada uno de ellos dedica un capítulo en profundidad y por lo menudo: Eduardo Mendoza, Alicia Giménez Bartlett, Lorenzo Silva, Carme Riera, Arturo Pérez-Reverte, Dolores Redondo, Juan Gómez-Jurado y Rosa Montero. Y como siempre que hay una selección, habrá discrepancias. La piel de los escritores suele ser muy fina y es muy difícil hacer una antología sin que a alguien le salga un sarpullido. Cada cual propondría a sus candidatos, acaso incluyendo a otros autores que circulan por carreteras secundarias, pero con no menor bagaje narrativo.
Hay, además, una introducción y unas conclusiones, ambas muy oportunas, la primera porque clarifica el statu quo del género; las segundas porque resumen el enorme acervo de datos expuestos.
El libro de Emilio Ramón García es riguroso y sistemático, con una claridad que se agradece frente a otras obras de carácter impresionista o acumulativo, a base de reunir textos dispersos. Con afán investigador, el autor revela fuentes desconocidas, saca a luz títulos ya olvidados, pero en su momento trascendentales para la evolución de la novela criminal, un adjetivo que, por razones pragmáticas, él prefiere (como también lo prefería Claude Mesplède) antes que novela negra, de suspense, policiaca, de enigma o thriller. Emilio Ramón demuestra haber leído mucho sobre el género: las novelas, sí, pero también la teoría, los ensayos y artículos en papel y en digital, en bibliotecas y en internet. Y resulta evidente que ha disfrutado con su lectura. El autor aúna lo académico con la pasión, lo cual no es mal maridaje. Es el libro de un erudito, pero sin alardes, no va dejando en cada párrafo marcas catedráticas ni manifiesta jerarquía en sus opiniones. Y siempre lo hace elogiando el género negro, sin ponerse en ningún momento a la defensiva.
Un tema apasionante recorre todas sus páginas y les da cohesión y coherencia: la relación siempre problemática entre la ley y la justicia, que no siempre coinciden. Repasa numerosas obras donde los investigadores van más allá de la ley y aplican la justicia por su mano o justifican la no condena de algún “culpable”. Así, cita obras de Sara Paretsky, de Alicia Giménez Bartlett o del propio Sherlock Holmes, que en el relato “Charles Augustus Milverton” no impide que una mujer dispare sobre el hombre que le hace chantaje. También la jueza Mariana de Marco, del añorado José María Guelbenzu, deja impune un crimen, “dado que en dicha impunidad reside el castigo”.
Además de profundizar en el tratamiento de la justicia en la novela criminal, el libro aborda otros temas con amplitud de miras y de intereses y relaciona las obras con su entorno y su época, siempre apoyándose en una extensa bibliografía, que me empuja a subrayar y a anotar títulos para incluirlos en el carrito de la compra y leerlos más tarde. Si habla de la condición urbana de la novelística criminal, aporta conocimientos de urbanismo. Si habla de los perros en la novela negra, lo pone en relación con el cervantino El coloquio de los perros. Al glosar los libros de Pérez-Reverte, evoca los vínculos entre historia y novelas de detectives y utiliza oportunamente los argumentos de Luciano Canfora, del mismo modo que para explicar el comportamiento de los personajes de la Trilogía del Baztán, de Dolores Redondo, se apoya en textos de psicología y de antropología. Para enmarcar las aventuras de Bruna Husky, de Rosa Montero, describe una distopía provocada por el cambio climático. También la temática social aparece con frecuencia en historias de “crímenes relacionados con el racismo, la violencia doméstica, el maltrato animal, el tráfico de seres humanos o la corrupción”.
Destaca, en fin, un tema que hasta ahora no había sido expuesto con tanta precisión y claridad: el curioso fenómeno de la glocalización que actualmente impregna el género en España, donde muchas ciudades y comarcas, convertidas en escenarios de novelas negras, consiguen atraer el interés universal, en una especie de fusión cultural, “de manera que el modelo global queda asimilado en el nuevo contexto tras haber sufrido modificaciones propias de la cultura local”. Como ejemplos, cita el Valle del Baztán, Vigo o Vitoria a través de las narraciones de Dolores Redondo, Domingo Villar o Eva García Sáenz de Urturi.
En España, y en Europa, estamos más acostumbrados al tipo de ensayo literario que analiza preferentemente aspectos como la estructura, el lenguaje, el estilo y las relaciones entre fondo y forma, rozando en ocasiones la abstracción. Emilio Ramón, en cambio, acaso influido por la escuela de crítica estadounidense, en cuyas universidades ha desarrollado buena parte de su trayectoria profesional, se apega a lo concreto y despliega lo mejor de su análisis en el contexto sociohistórico y en el argumento de las obras. Muchos lectores agradecerán esa elección.
La avalancha de novela negra que citaba arriba provoca, entre otras, dos consecuencias: por un lado, es comprensible —y no me parece mal— que excelentes poetas, ensayistas y narradores de otros géneros se sientan molestos y amedrentados ante ese estruendo mediático. Pero, por otro lado, quizá la novela negra esté ayudando, más que ningún otro género, a fomentar la lectura y a combatir los recientes mensajes contra los libros por parte de influencers.
Aunque estas celebrities no lo colocaran en sus brillantes estanterías, Castigo y justicia en algunos casos de la novelística criminal española contemporánea es un libro necesario por dos virtudes: como tratado al que acudir para ampliar conocimientos más allá de la Wikipedia y como estudio y análisis de la obra de escritores españoles actuales, que el autor fundamenta con rigor, en profundidad y con oportunos ejemplos.
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Autor: Emilio Ramón García. Título: Castigo y justicia en algunos casos de la novelística criminal española contemporánea. Editorial: Peter Lang.


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