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Ladrón de bicicletas, un canto a la dignidad humana

Ladrón de bicicletas, un canto a la dignidad humana

El 24 de noviembre de 1948 se estrenó Ladrón de bicicletas, una película dirigida por Vittorio De Sica, que eligió actores no profesionales y escenarios reales de Roma para rodar una historia descarnada que clama contra la insolidaridad. El filme fue galardonado con el premio honorífico a mejor película en lengua extranjera en los Oscar —en ese momento no era una categoría competitiva—.

Ladrón de bicicletas, lo que debes saber

  • Título: Ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette)

  • Año: 1948

  • País: Italia

  • Director: Vittorio De Sica

  • Guion: Cesare Zavattini, Vittorio De Sica, Oreste Biancoli, Suso Cecchi D’Amico, Adolfo Franci, Gherardo Gherardi

  • Historia original: Cesare Zavattini

  • Productor: Giuseppe Amato

  • Fotografía: Carlo Montuori

  • Montaje: Eraldo Da Roma

  • Música: Alessandro Cicognini

  • Dirección artística: Antonio Traverso

  • Duración: 93 minutos

  • Productora: Produzioni De Sica / P.D.S.

  • Género: Drama, Neorrealismo italiano

Reparto

  • Lamberto Maggiorani — Antonio Ricci

  • Enzo Staiola — Bruno Ricci (el hijo)

  • Lianella Carell — Maria Ricci (la esposa)

  • Gino Saltamerenda — Baiocco

  • Vittorio Antonucci — El presunto ladrón de la bicicleta

  • Giulio Chiari — Jefe de policía

  • Elena Altieri — Señora de clase alta

  • Carlo Jachino — Sacerdote del comedor

El boom del Neorrealismo italiano

Luigi Bartolini publicó su libro Ladrón de bicicletas en 1946. El escritor italiano nos cuenta en esa novela, con humor y también con amargura, su relato personal, la búsqueda en la Roma de la posguerra de la bicicleta que le habían robado. Bartolini no se podía imaginar que su obra se iba a volver universal gracias a Vittorio De Sica, el director de la película, que se convirtió en el emblema del neorrealismo italiano. Los espectadores de las salas de cine cambiaban las comedias de “teléfonos blancos” —películas de enredos, protagonizadas por jóvenes ricos, con un trasfondo aspiracional— por unos relatos duros que aireaban todas las miserias de la sociedad.

Si Roberto Rossellini mostró el camino con Roma, ciudad abierta (1945), Vittorio De Sica consolidó esta propuesta, que ponía el foco en los problemas de la gente normal: trabajadores, parados, niños, ancianos… personajes muy alejados de los protagonistas de las películas financiadas por Mussolini. El neorrealismo italiano fue un cine que mostraba la realidad social sin artificios. Entre sus mayores éxitos podemos destacar Obsesión (Luchino Visconti, 1943), Paisà (Roberto Rossellini, 1946), El limpiabotas (Vittorio De Sica, 1946), La tierra tiembla (Luchino Visconti, 1948), Arroz amargo (Giuseppe De Santis, 1949) y El ferroviario (Pietro Germi, 1956).

El impacto de Ladrón de bicicletas fue enorme y su legado continúa vivo tantos años después. Sin esta película no habríamos tenido las primeras historias de Federico Fellini, como La Strada (1954), y no podríamos entender movimientos como la Nouvelle Vague. Muchos han sido los directores de cine que han reconocido su influencia, como Martin Scorsese, Ken Loach y los hermanos Dardenne. Ya lo escribió Bosley Crowther en su crítica publicada en The New York Times: “La gente debería verla, y debería importarles”.

Sinopsis

En una zona suburbial de Roma, Antonio Ricci, un obrero en paro desde hace dos años, encuentra trabajo como fijador de carteles, pero para poder desempeñar su labor correctamente, necesitaría una bicicleta. La situación económica del país es desoladora. Italia acaba de salir de la Segunda Guerra Mundial y Antonio ha empeñado la bicicleta que tenía. Maria, su mujer, empeña las sábanas para poder recuperar la bicicleta, pero en un buen día, en un descuido, un joven desesperado le roba el vehículo a Antonio. Es sábado y Antonio se propone recuperar la bicicleta antes de que vuelva a llegar el lunes para reemprender el trabajo. Acompañado de su hijo Bruno, Antonio emprende una dura y angustiosa jornada de búsqueda hasta que la desesperación le lleva a contemplar un enorme aparcamiento de bicicletas aparcadas y sin vigilancia.

Anécdotas y curiosidades de Ladrón de bicicletas

  • El asistente de dirección de Vittorio De Sica fue un jovenzuelo de 20 años, que décadas más tarde reinventó el western con títulos como La muerte tenía un precio: Sergio Leone.
  • Vittorio De Sica vio a Enzo Staiola por la calle y lo siguió hasta su casa para convencer a sus padres de que fuera Bruno en su película. Al principio se negaron, pero el tío de Enzo se lo llevó al rodaje y De Sica le dio el papel. Enzo participó en más películas, pero abandonó su carrera cinematográfica para trabajar primero en el registro del catastro de Roma y luego como profesor de matemáticas.
  • Ladrón de bicicletas fue también la primera película para Lamberto Maggiorani, que trabajaba como obrero en una fábrica. Después de terminar el rodaje y la promoción, intentó recuperar su puesto, pero fue despedido. Lamberto quiso comenzar una carrera como actor, pero ni Vittorio De Sica le dio una oportunidad, más allá de unos pocos papeles irrelevantes, sólo Passolini confió para darle una oportunidad como secundario en Mamma Roma (1962).
  • La esposa de Antonio en la película, Lianella Carell, también fue una debutante. Esta mujer trabajaba como periodista. Vittorio De Sica le ofreció el papel en su película después de que le hiciera una entrevista. Lianella participó después en una docena de películas sin demasiado éxito. A finales de la década de los cincuenta, retomó su carrera y publicó una novela. Durante los años siguientes, comenzó a trabajar como guionista para los programas de una de las grandes estrellas de la televisión italiana, Raffaella Carrà.

Premios y reconocimientos

Ladrón de bicicletas fue ampliamente premiada y es hoy considerada una de las mejores películas de la historia. Algunos de sus principales reconocimientos son:

  • Oscar honorífico a la mejor película extranjera (1950), antes de que existiera la categoría competitiva actual.

  • Gran Premio del Festival de Cine de Locarno (1949).

  • Premio BAFTA a la Mejor película (1950).

  • Elegida repetidamente en listas de las mejores películas de todos los tiempos, como las clasificaciones de Sight & Sound y la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF).

  • Reconocida por la crítica como una de las obras más influyentes del siglo XX.

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Juana
Juana
22 ddís hace

En el centro de estudios de la universidad de Florencia para extranjeros la película fue uno de los temas para estudiar el idioma italiano en el departamento de lenguas una película excelente un ejemplo

Erwin Villuendas
Erwin Villuendas
16 ddís hace

Es Ladrones, en plural.
El original dice “ladri”, ladrones. No “ladro”.
Parece poco importante pero el título original pone el foco en quienes se roban las bicicletas. El título mal traducido pone el foco en em protagonista. Revela el final.

Miguel Ángel Santamarina
Miguel Ángel Santamarina
16 ddís hace
Responder a  Erwin Villuendas

Cierto, Erwin. Debían haberlo traducido como “Ladrones de bicicletas” para conservar el matiz que señalas. La lista de títulos mal traducidos o con títulos raros es larga: “La guerra de las galaxias” (Star Wars), “Tiburón” (Jaws)… Quizás uno de los peores es el de “La jungla de cristal” (Die Hard), que estropea el resto de la serie de películas.

Erwin Villuendas
Erwin Villuendas
15 ddís hace

Sí, el museo del terror en la traducción de títulos de películas es amplio… Pero este caso tiene algo que lo hace diferente, y es que es un error muy esparcido. Al menos en las versiones en inglés, español y francés cometen el mismo error. Acabo de comprar una edición de los 70s en Bruguera y tiene el mismo error, empeorándolo con un artículo : “El ladrón de bicicletas”: En fin. Mi error preferido en cuanto a echar a perder una película con la traducción sigue siendo el de “Thelma y Louise”: “Un final inesperado”.

Miguel Ángel Santamarina
Miguel Ángel Santamarina
15 ddís hace
Responder a  Erwin Villuendas

En España se obvió lo de “Un final inesperado”. Creo que el subtítulos sólo se añadió en algunos países de Hispanoamérica. Lo peor fue en México: Thelma y Louise desaparecen del título y se acorta a “Un final inesperado”: