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Magia oscense

Si juntas dos talentos el resultado es una maravilla. Esa maravilla se llama OSCENSARIO, a primera vista un almanaque que recoge el paisanaje altoaragonés en forma gráfica y literaria. Los dos talentos son Javier Sáez Castán —artista gráfico, premio nacional de ilustración 2016— y José Antonio Escrig —artista literario y crítico—. Con OSCENSARIO han logrado mucho más que un almanaque. OSCENSARIO es una novela trabada, gráfica y letrada. Ciento cincuenta personajes —desde las cumbres del talento y el arte y la ciencia altoaragoneses hasta gentes sencillas que se ganaron un lugar en el imaginario de su tierra— componen un desfile de todas las épocas y una colosal imagen histórica de la memoria oscense. Esta imagen vive en el libro —en las páginas postreras y en las viñetas de cada personaje—, pero también como un espectacular lienzo que la Diputación de Huesca, impulsora de este proyecto, haría bien en instalar en espacio principal de su monumental sede.

"En literatura las danzas de la muerte aparecen en momentos de grandes crisis o de transición"

No es una exageración decir que este almanaque es una novela. Hay una forma artística que tiene presencia en varias artes y que ha recibido varios nombres. Quizá el más apropiado sea el de “danza de la muerte”. Se trata de una imagen horizontal en la que se reúnen todos los personajes de una época, de una nación, de un arte… Esa imagen ofrece horizontalmente aquello que ha tenido una existencia vertical, temporal. En literatura las danzas de la muerte aparecen en momentos de grandes crisis o de transición —según el punto de vista del observador—. Así son los Diálogos de los muertos de Luciano de Samósata —del siglo II de nuestra era— o los espectáculos populares del final de la Edad Media europea. Así es la Divina Comedia de Dante. O el mural del mexicano Diego Rivera Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que recoge la historia de México, desde los aztecas al siglo XX. Son numerosas las obras teatrales o novelísticas modernas que nos presentan esa imagen horizontal de la historia.

Foto: Javier Broto Hernández

En OSCENSARIO la síntesis histórica no viene a denunciar la decadencia y el final de un mundo —como hicieron Luciano, Dante y otros— sino que viene a proponer una celebración y un juego. Es un juego abierto de sus autores que invitan a jugar a los lectores, en especial a los lectores altoaragoneses, para celebrar el triunfo del talento y de la vida sobre el olvido. Como reza la contracubierta del libro, “el almanaque procede como un alocado cabezudo montado a la grupa de un gigante, dichoso de cabalgar en el conocimiento que nos legaron los sabios, sin renunciar por ello a su naturaleza bulliciosa e infantil. Recuerda, orienta, edifica, refiere…”. Y es que las danzas de la muerte, además de dar la alarma sobre la degradación social, también sirven para lo contrario, para reforzar la cohesión social. Y eso es lo que hacen Sáez y Escrig con la cultura altoaragonesa.

"Todos miran en una misma dirección, a todos se les trata con respeto y, a algunos, con la debida veneración"

OSCENSARIO es el producto de un encargo de la Diputación de Huesca a Sáez Castán, ganador del concurso Ramón Acín de 2023. El proyecto inicial fue creciendo, primero a su forma actual de libro y de exposición —que se puede visitar en la Sala de Exposiciones de la DPH en este invierno—; y, durante el curso, en un proyecto docente para escolares oscenses, que también se presenta como juego. Este crecimiento llevó a Sáez Castán a incorporar a Escrig, lo que ha favorecido su trascendencia y alcance. La selección de los ciento cincuenta personajes incluye artistas, científicos, deportistas, eruditos, escritores, músicos, figuras populares y tradicionales, próceres, reyes y santos. La primera condición para estar ahí es haber muerto. Ese criterio ha impedido que estén la trenza de Almudévar o el pastel ruso de Ascaso. Pero, como todo juego, OSCENSARIO deja la puerta abierta a nuevas incorporaciones, proponiendo en sus páginas finales la sección “Los que faltaban” que permitirá incluirlas en próximas ediciones. Por cierto, CL es en cifra romana 150 y también las iniciales de Civitas Laurentina, la ciudad de Lorenzo, el santo patrón oscense. Es otra muestra del juego permanente que alimenta el libro. En un segundo momento, la selección la configura un decálogo: deben convivir famosos y populares, históricos y legendarios, humanos y el Oso Camilo, personas, personajes artísticos y tradiciones —las procesiones del Corpus—… Todos miran en una misma dirección, a todos se les trata con respeto y, a algunos, con la debida veneración. Todos, en viñetas de rostros graves y gestos “lavados de penas y alegrías” que expresan la paz de los que han cumplido su tarea existencial, forman un conjunto, una red de relaciones fraternas que remiten al lector de un personaje a otro para componer la novela gráfica trabada que es, en realidad, este almanaque.

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Autores: Javier Sáez Castán y José Antonio Escrig. Título: OSCENSARIO. Editorial:Diputación de Huesca.  

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