Asumir la condición humana terrestre en la biosfera de la que formamos parte

Prácticamente toda la política ambiental del último medio siglo, en los países centrales del sistema (entre los cuales está España), ha sido algo así: vamos a hacer sostenible lo que es esencialmente insostenible, confiad en nuestra magia. No debería sorprender a nadie que nos encontremos en el lugar desesperado donde estamos ahora, con perspectivas de ecocidio más genocidio que hacen temblar a cualquier persona que se tome unos días para estudiar un poco. Cuando analizamos las causas de esta situación endiablada, una de cuyas manifestaciones es la tragedia climática en curso (sólo uno entre los nueve límites planetarios que estamos desbordando, estudiados por el Centro de Resiliencia de Estocolmo), nos fijamos en factores económicos (y hablamos de capitalismo), energéticos (y hablamos de sociedad fosilista), políticos (y hablamos de democracia insuficiente capturada por intereses oligopólicos), sociales (y hablamos de patriarcado)… pero no siempre atendemos a los fundamentos culturales de todo lo anterior. Ahora bien, la crisis ecológico-social contemporánea es tan profunda que nos invita a reconsiderar la base misma de las ideologías y el sentido común dominante. Hablamos de crisis climática, de crisis de vivienda, de crisis política… pero estamos viviendo también una profunda crisis de sentido. ¿No resultará a la postre contraproducente la búsqueda de dominación sobre la naturaleza? ¿Es razonable considerarnos como individuos separados de sus semejantes y de los ecosistemas? ¿El antropocentrismo no nos está descarriando mucho? ¿Cabe decir, a estas alturas de la historia humana, que sabemos habitar la Tierra? Desde hace algunos años vengo proponiendo avanzar hacia lo que se podría llamar una simbioética para seres terrestres, para Homo sapiens que de verdad decidan asumir la condición humana terrestre en la biosfera del tercer planeta del Sistema Solar. Los ensayos reunidos en este volumen tratan de profundizar en esa propuesta, antes desplegada en mi libro Simbioética: Homo sapiens en el entramado de la vida (elementos para una ética ecologista y animalista en el seno de una Nueva Cultura de la Tierra gaiana) (Plaza y Valdés, 2022). La simbioética es el desarrollo de posiciones morales de amor compasivo congruentes con lo que de hecho (ontológicamente) somos: holobiontes en un planeta simbiótico. Sería la vertiente moral de una reflexión que, en lo político, he articulado como ecosocialismo descalzo. Las ecofilosofías, y las humanidades ecológicas que tratamos de promover desde varios grupos de investigación universitarios (GHECO en la UAM, integrado en la red RHECO), pueden ayudarnos ahí.