Inicio > Libros > No ficción > Cuando la historia crea monstruos

Cuando la historia crea monstruos

Cuando la historia crea monstruos

Siempre que se habla de Erzsébet Báthory, también conocida como “la Condesa Sangrienta”, se presenta a la noble húngara como un ser malévolo y se obvia la complejidad de su figura histórica. Este libro se adentra en su verdad para mostrarnos que fue una víctima de las intrigas políticas de su época.

En este making of Laura Blázquez Cruz explica cómo escribió La Hungría de Erzsébet Báthory (Akal).

***

La Hungría de Erzsébet Báthory: La Condesa Sangrienta nace de una línea de investigación que llevo tiempo desarrollando. Siempre me ha atraído la figura del “otro”: lo monstruoso, lo que se sale de la norma. Con el tiempo entendí que esa figura no es fija ni universal, sino que depende del contexto y de quién la mira. Lo monstruoso se construye desde el centro, desde el poder que dicta qué cuerpos son aceptables, qué comportamientos se consideran correctos y qué historias se cuentan como “oficiales”. Como escribió Goya en su Capricho nº 43, El sueño de la razón produce monstruos: cuando la imaginación y la ignorancia se desbordan, la sociedad crea los suyos, aunque no los tenga.

Durante el proceso de investigación descubrí que la historia de la condesa ha sido contada, sobre todo, por sus acusadores. Las fuentes primarias son escasas, y eso ha reforzado su carácter legendario. Buena parte del trabajo se ha basado en documentos de archivo de Budapest, cartas de Erzsébet y de Thurzó, e incluso en el testamento de la aristócrata. Mi objetivo era mantener el rigor académico sin renunciar a la fluidez del texto. Por eso, junto con Akal, buscamos la mejor manera de incluir las citas de esos documentos sin interrumpir la lectura, dejando que esta avanzara con naturalidad.

"Lo que se es frente a cómo se percibe, una tensión que recuerda a la idea freudiana de la reticencia y de lo reprimido que aflora en la mirada de los demás"

Desde el principio tuve claro que los nombres debían aparecer tal como eran: Orsolya Nádasdy seguía siendo Orsolya, y no Úrsula, o Erzsébet Báthory y no Elizabeth Bathory, aunque eso pudiera dificultar un poco la lectura. Era una forma de devolver a cada personaje su identidad y su contexto.

A la hora de estructurar el libro, me sorprendió que la parte biográfica —la que contenía datos históricos verificables— fuera tan escueta. Por ello, el libro quedó dividido en dos bloques a través de diez capítulos: la primera mitad aborda la biografía histórica de Erzsébet; la segunda explora la otra parte de la Condesa: su construcción en la cultura popular, los mitos y exageraciones que la convirtieron en un icono de monstruosidad. Incluso en esta división se manifestaba un poco el carácter doble de un humano, como un Doppelgänger: lo que se es frente a cómo se percibe, una tensión que recuerda a la idea freudiana de la reticencia y de lo reprimido que aflora en la mirada de los demás.

Durante el proceso de escritura, me impuse cierta disciplina para poder compaginar las clases en la Universidad con la investigación sobre Báthory. Los días de docencia reservaba horas fijas para trabajar encerrada en mi despacho de la segunda planta, frente a una ventana que da a un conocido centro comercial. Aquella vista, tan poco bucólica, servía para lo más mecánico: lecturas, toma de notas, extracción de datos. Pero el resto de la semana, cuando podía trabajar desde casa, todo cambiaba.

"El ordenador nunca quedaba muy lejos y, entre plato y plato, terminaba comentando los hallazgos más recientes: las torturas, las víctimas, las posesiones de Erzsébet..."

Vivo en una casa-palacete en el centro de Baeza, y mi rincón favorito para estudiar y escribir es el ático: techos de madera, un aire seudovictoriano y tres ventanas que dan a una de las calles más castizas de la ciudad. Allí, acompañada de composiciones de Hans Zimmer, Björk, Fever Ray, Ludovico Einaudi, Lamb, Jonathan Hultén o incluso Gojira, entre otros (un poco ecléctico todo, lo sé, jeje), y de las listas de reproducción del perfil Nobody, con títulos tan elocuentes como Music for when you have deep existential thoughts in the shower o Everyone is asleep, except you, entraba en un estado de concentración casi ritual. Esa música, a medio camino entre lo etéreo y lo hipnótico, me permitía una suspensión del tiempo y una consciencia flotante en la que la escritura fluía.

Hubo ocasiones, sin embargo, en las que la Báthory” se colaba incluso en los almuerzos. El ordenador nunca quedaba muy lejos y, entre plato y plato, terminaba comentando los hallazgos más recientes: las torturas, las víctimas, las posesiones de Erzsébet… Aquello derivaba en auténticas tertulias domésticas que, para mi sorpresa, a veces abrían nuevas líneas de investigación. Entre teorías, risas y alguna que otra mirada escéptica, me veía después buscando documentos para confirmar o desmentir lo que habíamos debatido entre cucharadas.

"La hemos conocido a través de sus documentos, sus cartas y las historias que la rodean, y esa familiaridad ha hecho que se haya convertido en un personaje recurrente en nuestras conversaciones"

Algo parecido ocurría en el comedor de la Universidad. A esas alturas, muchos compañeros de otros departamentos —de Medicina, Física, Derecho, Filología, Historia del Arte o Música— ya sabían que estaba inmersa en la investigación y, entre bandejas y cafés, me preguntaban cómo iba el proyecto. Sus preguntas y comentarios eran chispas de inspiración: reflexiones sobre anatomía, derecho aristocrático, símbolos artísticos o música que me hacían replantear ideas y mirar a la Báthory” desde ángulos distintos.

Y quizá por eso, después de tanto tiempo investigándola y escribiendo sobre ella, Erzsébet ha acabado siendo “la Báthory” en nuestro círculo más cercano. La hemos conocido a través de sus documentos, sus cartas y las historias que la rodean, y esa familiaridad ha hecho que se haya convertido en un personaje recurrente en nuestras conversaciones, más allá de la distancia temporal y cultural que nos separa de su vida.

—————————————

Autora: Laura Blázquez Cruz. Título: La Hungría de Erzsébet Báthory: La Condesa Sangrienta. Editorial: Akal. Venta: Todos tus libros.

5/5 (2 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios