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El invitado invisible

El invitado invisible

Hay que decirlo todo: tras no pocas decepciones leyendo, o intentando leer, las novedades editoriales en cuanto a narrativa, cierto alivio me invita a escribir estas líneas a partir de una novela que merece toda la atención y todo elogio, por cuanto de esperanzador tiene el descubrimiento de cara a los nuevos rumbos de la narrativa española.

En efecto, la causa que me anima a afrontar esta reseña no es otra que la ópera prima de una escritora madrileña, Bárbara Arena, que irrumpe con un marcado sello personal, una seguridad garante de la mejor aptitud y una indiscutible predisposición para encarar el oficio, lo cual es motivo de regocijo en estos tiempos en que casi todos los autores de libros parecen pretender escribir el mismo libro.

Me refiero a la novela —o nouvelle—, titulada Un adiós, que acaba de publicar Lengua de Trapo / Círculo de Bellas Artes en su colección Episodios Nacionales, y cuya autora es, como quedó dicho, Bárbara Arena.

"Todo empieza a partir de una cacería en la que nuestra protagonista participa junto a su hermana, Mati. Allí todos esperan al invitado ilustre"

En sus páginas lo cotidiano, inmerso en un círculo social escasamente cotidiano, se torna trascendental, así el primer beso que, pese a la frugalidad del acto, la protagonista —del beso y de la novela— no puede olvidar. Un joven irlandés y «monosilábico» llamado Owen, mientras la enseñaba a pescar, le dio aquel primer beso, en Galway. Soso, pero fue el primero beso. La anécdota forma parte del álbum de los recuerdos, y los contrastes, que la mujer atesora entre sus apaciguadas nostalgias, las cuales enseguida se verán eclipsadas por la aparición del «invitado ilustre», presencia elemental en la novela por más que adopte la forma de un deuteragonista anónimo y elíptico, siendo dicha condición lo más sobresaliente, y solvente, de este personaje que nos invita a elucubrar en relación a su identidad, hasta que por fin nos cabe la certeza de saber de quién se trata. Eso sí, llegaremos a la identificación a través de las magistrales pistas que con decoro y maestría esparce la autora a lo largo de la novela. El diseño, y la no-presencia, de este personaje nos aboca a buscarle una identificación real (en su doble sentido) cuya pesquisa se nos antoja lo más estimulante y el mayor logro de Un adiós.

Todo empieza a partir de una cacería en la que nuestra protagonista participa junto a su hermana, Mati. Allí todos esperan al invitado ilustre (sic). Hasta que éste hace su aparición y se fija en ella —de la que no tenemos su nombre; tampoco el del invitado ilustre, lo que le confiere un añadido de misterio que demuestra la pericia de la autora en el planteamiento de su historia y, sobre todo, el tratamiento del personaje—, toda vez que, aunque por obra del azar, fue la entonces joven quien batió al venado que todos los señorones de la reunión anhelaban cazar.

"Aun así nos empeñamos, de manera inhabitual, en ponerle rostro al misterioso personaje y ocasional amante de la protagonista. Ahí radica el mayor logro de la novela"

Enseguida sabemos que ese invitado ilustre es el padre del hijo de nuestra heroína —circunstancia que el progenitor ignora—, y en el transcurso de la historia veremos que va y viene, está y no está, es y no es, por lo que si al principio se nos figuraba un Godot innombrable, con el correr del relato se nos antojará una especie de espectro de tan elevado estatus —si vale llamarlo así— que pareciera que su tratamiento está fuera de toda lógica humana. ¿Quién es ese hombre tan poderoso?… El misterio nos mantiene alerta y nos atrapa hasta que despejamos el secreto; eso sí, por vía de la intuición.

Tras esta interrogante se esconde otra de las virtudes que despliega la autora. De un modo subliminal, Arena hace que poco a poco vayamos atisbando la verdadera identidad del misterioso personaje, como quien traza el perfil de un fantasma. Hasta rozar la evidencia, que nunca será corroborada por la narradora por más pistas que nos ofrezca, pues no desvela dicha identidad, para bien de la novela. Aun así nos empeñamos, de manera inhabitual, en ponerle rostro al misterioso personaje y ocasional amante de la protagonista. Ahí radica el mayor logro de la novela. De lo contrario, si en la misma se descubriera la persona real que se esconde tras el invitado ilustre, el personaje, y con él la novela, perdería no ya efectividad, sino verosimilitud, misterio y técnica. Es bueno que el lector especule. Por ejemplo, cuando nos asomamos a esa certeza —la de creer que tenemos identificado al personaje de carne y hueso— nos asaltan las dudas por el hecho de que la historia comienza, in extrema res, con el funeral de dicho personaje y, desde luego, a día de hoy, el hombre de quien pensamos sigue vivo.

"En suma, Bárbara Arena nos narra la historia de un amor unidireccional, el que siente ella por él, para concluir que ama más el que más espera"

Otra muestra de la pericia de Bárbara Arena como escritora: juguetear con el lector en el manejo de los tiempos y las anécdotas.

También es relevante el diálogo que ella —la heroína— mantiene con el taxista que la lleva al funeral del invitado ilustre. Un cuadro costumbrista que no solo disipa sino que sirve para afianzar los entresijos de la personalidad de la protagonista, y de paso la actualización a ras de calle del mundo que en ciertas esferas sociales pervive al margen, por no decir ignorado.

Estamos, pues, ante la historia protagonizada por dos innombrables: ella y el invitado ilustre.

En suma, Bárbara Arena nos narra la historia de un amor unidireccional (el que siente ella por él), para concluir que «ama más el que más espera».

Ante tan gratificantes impresiones, es una lástima encontrar en la lectura algún que otro despiste sintáctico, como el que chirría en la página 34, cuando leemos: «dado que que la eligiera a ella…»; con lo sencillo que habría sido anotar: dado que haberla elegido a ella… O el excesivo uso de los paréntesis, pues mejor hubiera sido sustituirlos, en muchas ocasiones, por las correspondientes acotaciones o incisos del narrador.

En fin, pequeños detalles que se hacen más notorios en contraste con la calidad de la obra.

Habrá más ediciones, seguro.

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Autora: Bárbara Area. Título: Un adiós. Editorial: Lengua de Trapo / Círculo de Bellas Artes. Venta: Todos tus libros.

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