Cuando terminé de leer Marruecos, de Agustín Gómez Arcos, me puse a investigar más sobre el autor. Es algo que hago cuando leo a alguien nuevo y necesito saber de dónde viene para ver desde dónde escribe. ¿Separar al autor de su obra? Bueno, supongo que mi subconsciente tiene clara la respuesta.
En francés, el título de la obra es L’ aveuglon, que se traduce más o menos como «El cegato». En español es Marruecos, como el nombre del país. Por lo poco que he podido averiguar, parece que el autor pensó primero el título Marruecos y después lo cambió y bautizó su obra como El cegato (uso la traducción para entendernos entre los que suspendimos francés toda la vida). ¿Por qué ese cambio de parecer? Cuanto más lo pienso, más me pregunto por qué dudó de su primera idea.
No es que titular al libro El cegato carezca de sentido, tan solo se me queda pequeño. La novela trata de un niño, Jalil, que nació ciego y cuya única posibilidad de ver por primera vez en la vida es gracias a una operación quirúrgica muy costosa. Así pues, Jalil, apodado Marruecos por indicar a los turistas por dónde se va al país, vive su vida soñando con poder ver algún día. Esa vida está llena de personajes estrafalarios, grotescos, tremendamente hermosos y/o tremendamente tristes. El deseo de conocimiento, o más bien de puro saber, define al personaje, algo intrínsecamente relacionado con su ceguera, puesto que sin ella no soñaría con los colores, los cabellos rubios y los múltiples rostros de la belleza.
El título Marruecos es inmenso. Con Marruecos se pone el énfasis en algo que el niño ha elegido por sí mismo, un nombre que solo dos seres, él y su país, pueden ostentar. Él ama su país y comparte su nombre con orgullo. Marruecos es un cegato, sí, pero también es hijo de un emigrante muerto en otro país; hijo de una madre que no puede rebelarse contra lo establecido; ayudante de barrendero de boñigas; lazarillo de un ciego centenario; un adulto de cinco años que ahorra para una operación quirúrgica. Y, lo más importante, es el que nos guía como turistas por una novela que conmueve y horroriza, a la vez que saca una sonrisa y enamora en los momentos más inesperados.
¿El cegato o Marruecos? Para mí, elegir la primera opción es como definir a Agustín Gómez Arcos como almeriense. Importante, verdadero, pero incompleto, y eso lo dice alguien que lleva Almería en la sangre.
Hay un audio de una entrevista en la que le preguntan al autor si cree que España es ingrata con él. Agustín Gómez Arcos responde que decir que España es ingrata con él es reducir España a quienes no lo publican cuando España es otra cosa: España es él.
El cegato es el mote que juega con lo despectivo y lo cariñoso y que reduce a un pequeño adulto a la condición impuesta con la que no tiene más remedio que vivir.
Marruecos es el pequeño adulto nacido con el nombre de Jalil que vive porque sabe que Marruecos es más que las sombras que percibe. Marruecos es también leyendas, escribanos, bordadores, zapateros, pastelitos, tullidos, limosna, soñadores, silenciados, mentiras y amor.
—————————————
Autor: Agustín Gómez Arcos. Título: Marruecos. Editorial: Cabaret Voltaire. Venta: Todos tus libros.


Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: