Hay una madre en el lago

La chica, Kaila, tiene agua bajo sus pies. Siente que se hunde, que su mundo se deshace en un lago oscuro y denso, sin nada (amor, familia, proyectos vitales) a lo que asirse. Podría intentar salir a flote, es cierto. Podría nadar, patalear, luchar con todas sus fuerzas por llegar hasta la orilla. Pero luchar es muy cansado, y la chica prefiere irse como un ancla directa al fondo cenagoso, arrastre a quien arrastre con ella.

En los últimos años, en la narrativa se ha escrito mucho acerca de las malas madres (de las que se culpan porque creen serlo y de las que de verdad convierten las vidas de sus hijos en un infierno). Sin embargo, no tenemos tantos ejemplos contemporáneos de malas hijas. Y las hay: hijas que, o bien porque no pueden controlarlo, o bien porque les motiva una espiral de autodestrucción, convierten a sus madres en su saco de boxeo particular.

La chica que se hunde y arrastra a su madre con ella es la protagonista de Criaturita, la nueva novela de María Bastarós (Zaragoza, 1987). Después de la exitosa y original Historia de España contada a las niñas (Fulgencio Pimentel, 2018) y de la colección de relatos No era esto a lo que veníamos (Candaya, 2021), que la ha situado en el punto de mira de la narrativa internacional, María Bastarós da el salto a Seix Barral con una magnífica novela que es tan ágil y divertida (de esas que no quieres soltar) como estructuralmente perfecta.

Bastarós ha armado un puzle narrativo donde todas las piezas encajan de forma armoniosa porque ha construido una historia muy sólida, con una voz y un imaginario personalísimos, a partir de los puntos de vista enfrentados de sus dos personajes, hija y madre, en cuyo (aparente) antagonismo se encuentra el quid de la novela.

Kaila y su madre atraviesan un duelo: el padre y marido, respectivamente, ha fallecido hace poco. Una muerte envuelta en misterio, de esas que hacen murmurar a los vecinos cuando te ven en el pasillo del supermercado. Ambas viven en Aguas Claras, uno de los pueblos que se arremolinan alrededor del lago Milagro. El hogar de la criatura. Porque estos pueblos (Aguas Claras, Aguas Altas, Aguas Negras…) de origen minero y que ahora se esfuerzan en convertirse en un pequeño paraíso turístico se levantaron sobre una leyenda: la de una criatura de aspecto indefinido y origen remoto que duerme en las cavidades del lago. Un lago tan grande, tan oscuro y profundo que ningún instrumento científico ha sido capaz de mapearlo en su totalidad.

El juego de espejos con el Lago Ness no es casual, sino deliberado. Bastarós recurre a la misma fabulación, a la misma histeria colectiva, a la misma necesidad (como tan bien explicaba Laura Fernández en su breve ensayo Hay un monstruo en el lago) de creer en la maravilla, en que existe algo más aparte de todo esto. ¿Quién cree que hay un monstruo en el lago Milagro? El padre de Kaila, un reputado científico que llegó hasta la portada de la revista Nature, lo creía, y fue ridiculizado por ello. Sin embargo, ahora que unas mujeres de mediana edad han empezado a desaparecer en las inmediaciones del lago, los vecinos parecen más predispuestos a resucitar las teorías del científico loco.

La chica se obsesiona con las desapariciones de estas mujeres, porque además de inusuales (como dice uno de los personajes: si fuesen chicas jóvenes todos los medios de comunicación del mundo estarían apuntando hacia el lago Milagro), estos sucesos resucitan la memoria de su padre. Y ella lo necesita. El padre ejemplar, el brillante y valiente explorador, el contador de historias. Él brillaba como un diamante, y ahora a Kaila solo le queda su madre, tan mediocre, que siempre va en bata y es televendedora. ¿Cómo se atreve siquiera a intentar competir por su amor?

En una búsqueda constante de la aprobación (masculina) ajena y del amor (masculino) romántico, en una carrera desesperada en pos de una figura paterna que quizás no era tan perfecta como ella imaginaba, Kaila encuentra una razón para existir. Mientras, su madre seguirá preparando cada día un desayuno que su hija tira con desprecio a la basura. En los alrededores del lago Milagro se agolpan los curiosos y los fabuladores, y entre todos ellos se encuentran las hijas desconcertadas de esas mujeres desaparecidas, que eran madres, sí, pero que también seguían siendo mujeres. Todas ellas, las hijas horribles, en busca y captura de un monstruo hambriento de amor y reconocimiento y cuidados que se esconde en la capa bentónica, aguardando a la siguiente madre que ahogar en su guarida.

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Autor: María Bastarós. Título: Criaturita. Editorial: Seix Barral. Venta: Todos tus libros.