Como un pájaro en una pecera: Retratos de superdotados, de Lou Lubie, es un cómic que sirve para cotejar si eres o no una persona superdotada o de alta capacidad intelectual. No porque sea un reto leerlo, sino porque de una manera ingeniosa y a través del formato cómic, compruebas, mientras lees, si perteneces o no a ese 2,2 % de la población superdotada. Por lo visto, y aquí empieza lo divertido, es el mismo porcentaje que hay de pelirrojos. Y seamos sinceros: tantos pelirrojos no vemos todos los días ni nos los encontramos en los semáforos cuando vamos a trabajar. Hay pocos. Hay, para ser exacto, un 2,2 % de ellos en el mundo. Pero parece que sucede lo contrario con quienes son superdotados, parece que hay muchos: en las familias, en los colegios, en los institutos; el mundo está superpoblado de superdotados. Pero no es así. Lo que ocurre es que se da el efecto Barnum, del que hablaré más adelante.
Así, Birdo comienza a mostrar su rutina diaria y aprovecha para explicar cómo se desenvuelve un superdotado en cada una de las escenas cotidianas a las que se asoma, desde la asistencia a fiestas con los amigos y donde nos dice cómo se siente, a las relaciones sociales que establece, como por ejemplo la amistad que fragua con Raya, una chica de similares características a las de él, por lo que conectan por intereses terminando haciéndose amigos, aunque ella compagina esta amistad con la relación que tiene con su novio, que no termina de entenderla.
Raya y Birdo hablan y dialogan todo el rato en el cómic. Qué si no. Durante estas charlas Lou Lubie tiene la capacidad de mostrar cuáles son las características de una persona de alta capacidad. El lector, mientras avanza, empieza a señalarse y a sentirse identificado con algunas de las características que reflejan Raya y Birdo. Y el lector empieza a resoplar, como he resoplado yo en algunos momentos, porque coteja que algo de bichos raros tenemos.
Realmente el cómic es un test de inteligencia ilustrado. Así, por ejemplo, hay escenas que demuestran cómo una persona de alta capacidad, y es un ejemplo entre tantos otros, está adelantada varios años en algunas áreas, como las pasiones y el razonamiento; en cambio, alguien superdotado, en el plano socioemocional, suele estar rezagado o muy rezagado. Es decir, en un superdotado los pensamientos son demasiado rápidos, precoces y curiosos y por el contrario tiene un corazón demasiado sensible, inmaduro y sentimental.
A lo largo de la historia aparecen conceptos y explicaciones específicas y científicas, relacionados con la alta capacidad. Se define, por ejemplo, el efecto Barnum, que es un sesgo cognitivo que podemos desarrollar mientras leemos el cómic. Fue demostrado en 1948 por un psicólogo que hizo un test de personalidad detallado a sus estudiantes a los que les dio a todos el mismo resultado, completamente inventado e inspirado en el horóscopo. Algo así como “necesitas que te quieran y te admiren, pero a la vez te haces mucha autocrítica. Es cierto que hay algunos puntos débiles en tu personalidad, pero, por lo general, sabes compensarlos. Tienes un potencial considerable que todavía no has utilizado a tu favor…”. Nada que no proporcione hoy en día los gurús de la autoayuda. Este sesgo demostraba, puesto que los estudiantes calificaron la adecuación de su resultado con un 4,26 sobre 5, que cuando la descripción es lo bastante vaga, todo el mundo puede sentirse identificado. ¿A alguien no le gusta que le digan que es sensible, inteligente y especial?
Traigo este ejemplo porque uno de los peligros de leer este cómic es que termines pensando que eres un superdotado, a pesar de que las situaciones a las que se exponen los personajes y las situaciones en las que actúan son lo suficientemente concretas como para no creerse un superdiós. El otro peligro es que pienses que, gracias a Dios, eres normal.
Sigues leyendo y descubres propuestas de tests válidos para medir tu inteligencia, y así, las posibilidades de saber si eres o no un superdotado. El test de Wais-IV (escala de inteligencia Wechsler para adultos, versión 4), por ejemplo. Aunque si bien la alta capacidad está relacionada con la inteligencia, esta a su vez, y su dimensión, se concreta con unos índices: el de comprensión verbal, el del razonamiento perceptivo, el de memoria de trabajo y el de la velocidad de procesamiento.
Además, los superdotados, suelen cubrirse con una capa, que es la capa del síndrome del impostor: soy un inútil, no valgo para nada…, y suele complementarse con esa sensación de no encajar y hacerse demasiadas preguntas que le llevan a tener una gran curiosidad por el conocimiento.
Hay una parte del cómic que, podríamos decir, es muy técnica. Se nos ilustra, de una manera muy amena, el cociente intelectual, cuyo estudio comenzó en 1905 con el test de Binet-Simon, que tenía como finalidad detectar a niños con retraso escolar. Ya saben, el cociente intelectual es la relación entre la edad mental y la edad real. Ese test evolucionaría hacia el test de Stanford-Binet donde un tal Lewis Terman tuvo la idea de utilizarlo no para detectar niños con problemas académicos, sino para estudiar a los niños con alto cociente intelectual. Junto a esto, Charles Spearman observó en 1904 que las puntuaciones en las distintas pruebas de inteligencia tendían a estar relacionadas y de ahí se desprendió el factor G, que detecta las zonas del cerebro más conectadas en las personas de alto CI. Y entre datos y sugerencias de Birdo, aspiraciones de Raya y unos dibujos que invitan a una lectura rauda de las viñetas, se concluye que las personas con alto CI son aquellas que su inteligencia fluida o capacidad para pensar lógicamente y de resolver situaciones nuevas, está determinada biológicamente además de estar en sintonía con su inteligencia cristalizada, que es la capacidad de utilizar las competencias, los conocimientos y las experiencias adquiridas a través de la cultura y la educación. Y así, página a página, la curiosidad de Birdo y el diálogo que establece con su amiga Raya, de una manera muy amena, incluso para calzar tantos datos técnicos, se nos revela grato, divertido y muy ilustrado.
Sorprende descubrir en un cómic, y es algo que se demuestra en la historia entre Birdo y Raya, que el CI no es algo que se mantenga fijo a lo largo de la vida. A Dios gracias. Cada individuo, al nacer, posee un potencial que desarrolla a través del entorno, educación y familia, por un lado, y vía interés, motivación y emoción por otro.
La historia concluye que un superdotado no es un trastorno ni un don, sino un modo atípico que tiene el cerebro de funcionar y que depende, sobre todo, de la velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos. Además, influye mucho la materia gris, la corteza cerebral que, en los superdotados, suele ser más gruesa.
En definitiva, quien sea superdotado tiene una estructura particular del cerebro y por eso se habla y se le asignan altas capacidades intelectuales. La genialidad de esta autora, Lou Lubie, ha consistido en traducir la complejidad de un asunto tan candente en una clara, sencilla y motivadora historia de amistad.
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Autor: Lou Lubie. Título: Como un pájaro en una pecera: Retrato de superdotados. Traducción: Eva Reyes de Uña. Editorial: Norma. Venta: Todostuslibros




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