William Wadsworth es un poeta y ensayista nacido en Long Island, Nueva York, en 1950. Estudió en las universidades de Wisconsin y Columbia. Su trabajo ha aparecido en revistas como The Paris Review, The New Republic, The Yale Review o The Boston Review. Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías como The Library of America Anthology of American Religious Poems (2006), de Harold Bloom y Jesse Zuba; o The Best American Erotic Poems (2008), de David Lehman. Fue el director ejecutivo de la Academia de Poetas Americanos (1989-2001), donde supervisó el lanzamiento del Mes Nacional de Poesía, el sitio Poets.org, y otras iniciativas innovadoras. En la actualidad es el director del Programa de Escritura de la Universidad de Columbia, donde enseña poesía. Reside en Nueva York. Presentamos un poema de su libro Una noche fría el físico explica (Vaso Roto, 2010) con traducción de Jeannette L. Clariond.
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Una noche fría el físico explica
Poema Nº7
que todo se equilibra, excepto las pequeñas pérdidas
de calor registradas durante el intercambio de toda
información. Anfitrión angélico, aguarda
en la puerta y sacude las partículas de nieve
de los hombros de los invitados, cada uno agregado
específicamente a la función para ser sustraído
de las posibilidades más frías de la noche.
Einstein afirma en su teoría,
entibiando sus alas frente a una hoguera virtual,
su fe inflamada por la triste conclusión de que x
se debe igualar a más de lo que nunca sabremos
creyó que dos naturalezas complementarias —situadas
en puntos extremos del universo—
pueden intercambiar complementos en un instante sin tiempo.
Pero nadie lo ha demostrado; nuestros instrumentos
carecen de tiempo y mundo suficientes para comprobar
lo angélico de una lógica. Y sin embargo, Einstein lo
previó: miro tu mirada a través de la habitación,
y en esa mirada conjugamos cada instante
en el tiempo presente. A través del espacio exterior
intercambiamos las pérdidas involuntarias de calor.
Al observarnos ambos desde las alas,
otros comen y beben para colmar el silencio
que desciende de las nebulosas solitarias
hasta desvanecerse en centelleos
de conversación y constelaciones de alimento.
Pero entre tú y yo, el silencio demuestra
que amamos por leyes que no podemos romper ni probar.


Me gustaría participar como escritor de poesía.
Exelente el sol tambien sale de noche
Wow… me encantó la parte final. Será que nuestro Destino por donde quiera que vaya, ya esta predestinado a fallecer y no queremos darnos cuenta’.
Este mensaje es para el autor del artículo. La siguiente es una pregunta legítima. Para ti (el autor del artículo) que hace bueno a ese poema que es digno de mención? Lo pregunto independientemente de la trayectoria del poeta.
“Al observarnos ambos desde las alas,
en el tiempo peesente,
el silencio/ demuestra
que amamos por leyes que no
podemos romper ni probar”.
Lo angélico de una Lógica:
Su Fe”.
A partir y desde Wadsworth