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5 poemas de Félix de Azúa

Poeta, novelista y ensayista español. Fue incluido en la antología de uno de los grupos poéticos más relevantes de España en el siglo XX, los Novísimos. A continuación reproduzco 5 poemas de Félix de Azúa

Fotografía: ©Victoria R. Ramos.

5 poemas de Félix de Azúa

El jugador de dátiles

El pentotal paqué
Oliverio Girondo

Me dan los dados, dicen: ¿tiras o la muerte?
con ellos juegas con su juego vives
donde nace la fórmula te haces
donde se rompe acabas.
Y si te dan los dados te dirán: ¡juega la vida!
porque los dados son la cara del insomnio y la pena
y otros hasta doce retratos. Por eso te dirán:
apenas dejo yo dinero en este par
¡ya!, dobles, para ti la suerte
-Para mí la desgracia, centeno y sidra, esa fue mi desdicha.
Rancio es el olor de la taberna, sé lo que juego
y si lo arriesgo es ocio, no aventura.
-¡Tira los dados! Seis figuras contiene cada uno
la muerte se desliza entre los puntos negros
suma su sino goza la ganancia.
-Tirar pá qué. Los pentotales nada.
-Para eso estamos, dale ya, no jodas.
Tiro, rodean el tablero, giran matan.
-Mal paso.
Siempre fue así, entre cebada y hule de pequeño
ahora de grande con acero y cristal.
Cojo los dados, los peso, arrojo y ¡dame!
azar, peso del tiempo, sacrilegio,
cantan bailan suben bajan regocijo geométrico
galanteo de puntos. Resultado.
Avena y trébol, tristeza misma de bacalao y patata
norma del hombre que nunca fuese al cine.
Esto es así:
comprender que las fórmulas vacilan ante la regla
la matemática se incendia ante el derecho
lo abstracto teme a la barbarie del fascista concreto.

Función superestructural

Literatura es la forma de historia
como si hacer poesía fuera la leyenda de una sola palabra
monasterios helados la tinta fue sacada con pólvora
desde el puente de mando o ante las ruinas
nadando para cruzar el río o unidos a naciones extrañas
meditativos -la aristocracia es la esencia de la literatura-
al borde del río y del sepulcro.
Una forma de historia muy sutil
no por eso menos unida a la guerra y los dioses
enamorada de lo imperecedero -soberbia, sí-
( oh Señor Dios de los ejércitos )
fragantes y coquetas cuando los nobles cortesanos
unían ambos polos largas colas y puños esmaltados
buenos tiempos para volver a Anfriso y Galatea.
La gran forma de historia Tod ist Freude madre
atlantes rubios antropófagos.
Al disfraz de método y sistema
medio ciegos mezclados hacia dentro hacia fuera
descubiertos en sucios barrios conocidos cuartos
detenidos junto a bacantes y corruptos senadores
subidos en el veloz camión hacia la cárcel
tan arrepentidos como inocentes. Literatura es la historia
letra de historia donde la lupa puede ver los sistemas
en frases que se muerden la cola
rastrear entre palabras victoriosos términos
capítulo final antes de abrir epílogos de la materia.

Romance tecnócrata

Silbando su tonada hacia la izquierda
con el tren bajo las nalgas de melocotón
el pecho atravesado todavía por una dentadura
y desdén de la pierna por la media de nylon
camino de la ventilación de un asunto amoroso
se lanza al mar y pide dos horchatas
brindando con el aire «¡salud salud!»
se acerca entonces el bruñido atleta
«sé lo que pasa y que tu weltanschauung
la voluntariedad, quiero decir;
él en cambio -plagiando a Scott Fitzgerald-,
es escolástico hasta en la compra de tabaco».
Ella grita con júbilo y sonríe
por la noche y en íntima fusión los dos orines
cantan a dúo:
-«Nada tan claro como las ciencias del espíritu
nada tan taylorista como la psiquiatría «.

Gabinete del mago

Mientras de mi clepsidra se destila
un nuevo no man’s land
la piel se resquebraja
pierde su liso color pálido Anglada Camarasa
cuando a través de la laguna de cigüeñas
los picos de metal deshacen tristes fríos peces
fríos peces.

Nueva ausencia sin fondo
y por detrás del aire
donde esos pájaros espían.

Antes morir que pecar

Estás triste, los desnudos no te afectan
y sus caricias resbalan por tu dorada piel.
Salidos de una piscina de sangre diluida,
estos ángeles rojos no te afectan y en ellos sólo ves bronce,
Pollajuolo, Cristo.
Su llamada es lejana e insistente;
están maquillados con dureza y ellas muerden sus labios.

Estos desnudos te entristecen -¿ quieres que seamos amigos?-;
estos desnudos no te afectan,
aunque te embriagues con el aroma de tanta página.
¿Y la Virgen, oh María del Pilar, estos adolescentes
que aprietan pesadillas en pequeños sostenes
nubes de nylon y tormentos,
baños de espuma rosa, sus pesadillas?
Salen de un río de plata
y la naturaleza los disfraza como el Céfiro a Flora;
ellas miran de frente
como esperando ser dulcemente castigadas por un nazi.
No pueden afectarte los desnudos
vuelan entre ellos Perseo y CliteMnestra
y no piden cariño sino asombro,
¿su amigo vas a ser ? Suenan los cascabeles
cuando extiendes la mano y la sonrisa,
mas recuerdas,
y el huracán de la memoria mezcla cines y discos y muñecas:
alguien corta tus dedos. Estos desnudos,
estos vidrios latentes no deben afectarte.

Así, con un delirio de brasas y de lágrimas
tu enloquecido «no» los decapita.

¡Suicidios precedidos por el salvaje grito,
la frase eterna de San Luis Gonzaga!

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