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5 poemas de Miron Białoszewski

5 poemas de Miron Białoszewski

Poeta, novelista, dramaturgo y actor polaco. Sus versos son mensajes crípticos, llamamientos desesperados de un autor que sufría encerrado en las paredes de un país hostil con la cultura. A continuación reproduzco 5 poemas de Miron Białoszewski.

Autorretrato vivido

Me miran.
Quiere decir que tengo cara.

De todos los rostros que conozco
del que menos me acuerdo es el mío.

A veces mis manos
viven sin comunicarse.
¿Tal vez sea mejor no sumarlas?
¿Dónde están mis límites?

Pues lo que me encrespa
es el moverme o vivir a medias.
Sin embargo siempre
se arrastra en mí
diminuto o lleno
un atisbo del ser.

Cargándome
cargo
un espacio propio a mí.

Si lo pierdo
significará que no existo.
No existo
ergo no dudo.

las civilizaciones: cómo han vivido
las culturas: qué han pensado y sentido

y según Ludwik / un día vino
y al quitarse el abrigo /:
— la civilización — ya lo sé
es una mecánica de la vida
¿Y qué opinó sobre el arte?
/ eso ya hace un tiempo /
— ¿con qué
empieza?

con un primer gesto desinteresado

A través del vidrio

Abajo resplandece la plaza
la calle ofrece su visión
llega, continua, prende luces:
primera, segunda, tercera,
se desvía
los tranvías se desvían,
no se ven traviesas
cruzan
un parque
alguien camina
con su cabeza
por atrás de blanco
este niño en los brazos
de blanco
al lado
construyen
detallitos
detallitos
resumiendo: yo —de pie—
en la ventana —a tientas—
faltan para las seis ¿sobre qué fondo?
―espero—
―como si me hubieran pintado—

Verde ergo es

eres… o no eres
creer en ti o dudar
no importa de qué estás
fabricado de qué
quizás de nada

verde
con tu barniz de luna
tu —paisaje invernal

un simple pedazo de loza
apenas poblado
y frío
con sus adornos de árboles
y de niebla
al bordo

y mientras nada sé de ti
ni del gusano de minivacío
que te muerde
no pienso llamarte nieve
ni extremidad de un pueblito
ni fondo
de una noche de luna llena

puedes tocarme
el más bello preludio
de la inquietud

Testimonio del sueño

Detrás de las cabeceras de las camas
nosotros —barracas cinematográficas
del sueño

No podemos ni silbar
ni aplaudir

Lo único que ocurre
es que vociferamos en el lenguaje de los monos
—nuestro antiguo dialecto—
las cosas más actuales

Y de veras, entonces
estamos viviendo
nuestra propia era

Qué fácil perder la fe

Vino el caballo y el carruaje.
Los veo. Creo en ellos.

Está anocheciendo.

Vino el caballo y el carruaje.
Pero ya el caballo tenía otro caballo.
Y el carruaje —otro carruaje.
Paseaban los grandes bultos
de sus sombras
por las limas de las acacias.

Y ya era difícil creer
en caballo y en carruaje.

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