Inicio > Poesía > 6 poemas de Fernando Merlo
6 poemas de Fernando Merlo

Fernando Merlo fue un poeta nacido en Málaga en 1952. Caracterizado por una estética transgresora y una marcada tendencia experimental, inició su trayectoria con la publicación de dos libros: Al son de mi guitarra Cartas a Elvira y a Iska (este último en colaboración con Juan Domínguez, 1970). Dejando atrás la poética de corte realista y de denuncia presente en sus primeras obras, el autor se volcó en las fórmulas neovanguardistas alcanzando una expresividad propia desgarradora y tierna al mismo tiempo. En 1973 publica Trepanación, llevando hasta el extremo la experimentación rupturista y que significaría el abandono momentáneo de la escritura poética por parte del autor. En 1980, sin embargo, decide recopilar, una vez corregido y revisado, el conjunto de su obra poética, al que titula Escatófago. En 1981, poco tiempo antes de morir, escribe los sonetos A sus venas y Oasis, que cimentaron su fama como poeta yonqui, contracultural y underground. Tras su muerte en octubre de 1981, se publicó Escatófago (1983), reeditado en 1992 y en 2004. Sus textos aparecen en antologías como Degeneración del 70. Antología de poetas heterodoxos andaluces (Antorcha de Paja, 1978), Centuria (Visor, 2004), Y habré vivido. Poesía andaluza contemporánea (Centro Cultural Generación del 27, 2011) o Antología del túnel. 4 poetas adversativos (ETC, 2017). La obra de Merlo se ha consolidado entre las más singulares de la llamada «generación del 68».

***

Aclaraciones

todo tiene un significado
todo ha sido meticulosamente
preparado para la gran hora
todo está roto a la perfección

***

***

Acostarse es muy fácil, facilísimo
arrojar la esperanza a la basura
cuando, al fin, no se siente ni se suda
amor, y el hombre se congela vivo.
Pero yo, os lo juro, no estoy muerto;
y no les coloquéis a mis poemas:
«Aquí yace F. Merlo, fue poeta.»
(Poeta, sí, poeta con dos cuernos
enormes, como dos armas en vilo
dispuestas a morder, con agravantes
de chulo, de vulgar, y de asesino
de congéneres cursis, de elegantes
poetisos de salón). Ahí queda el tiro,
y a quien le haya jodido que se aguante.

***

***

Dos cuchillos
son mi pecho.
Uno blanco
y otro negro.
Ayúdame,
que el blanco se está muriendo.

***

Desde lejos vinimos acarreando vida osamos abrir el tentáculo del miedo 

morir no
hacerse cadaver en la noche aullando
uñas con quietas señales que mascu-
llan clorofila o digieren plasma
entre huellas visibles hasta un abis-
mo un detalle un miembro
me bastarian cinco dedos para asesinar
la mano correre como castigo por de-
tenerla cierro cierras castillos de ace-
ro lejos arena palpitantemente fijos
quietos inmoviles solitarios plomo
gas fusil llegando a esfinge des-
pues aire sol temperatura vertigo
caida y agua
los cristales antes palpitantemente
fijos quietos inmoviles solitarios plo-
mo gas fusil llegando a esfinge
anuncian la venida

***

Inicio de destrucción (Fragmento)

Marchar a La Suiza por un reloj
que nos marque la hora; así el desayuno,
así el autobús, del baile a la canana nos divertimos.
Con nuestro reloj al corazón del brazo vamos
o por él con la intención idéntica cada cual a sus formas vamos
detrás del reloj enigma sobrepasando enigmas,
¿Quieres venirte al reloj de los versos?
A por el reloj, palabras que marcarán la hora.
Tu reloj que germina en la aorta del país.
Dispárale el segundero. Perdimos años en recordarlo.
Donde pusiste el algodón, donde prestaron
el apartamento y nos olvidaron a ti a mí,
donde la colcha. ¿Dónde estabas?
¿Y dónde un reloj encuentra su cicuta?

***

Epílogo

porque tengo diecimuchos años
y una densa derrota
nunca volvere a enamorarme en ninguna de sus abstracciones
dije
para condenarte solo una balanza
junto al vertice
cerca de un insecto
untoso ante el martirio
no sirvan esas llamas de apaciguo al fuego
que en una carne habita la respuesta
lo sabes
¿has de esperar entonces la lluvia por el mar?
¿o son tus atardeceres los mios menos lluviosos?
¿vuelves a escribir despues de este teatro?
¿que materia?
quien nada tiene que decir
habla del verso
comienzo a preguntarme que tengo que decir
estoy muerto cansado repudiado consumido

4.2/5 (40 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios