Inicio > Poesía > 9 poemas de Frank Stanford
9 poemas de Frank Stanford

Frank Stanford fue un poeta nacido en Richton, Mississippi, en 1948. Conocido como el «Rimbaud de los pantanos» (apodo acuñado por el crítico Lorenzo Thomas, quien escribió el excelente ensayo: Finders, Losers: Frank Stanford’s Song of the South), este término no hace referencia solo a su talento y a su breve paso por el ámbito poético y por la vida, también entronca con su origen geográfico. Pasó su infancia y juventud en Mississippi, Tennesee y Arkansas, lugar, este último, en el que asistió a la universidad pública en Fayeteville para estudiar ingeniería durante dos años y donde empezó a escribir poesía. La obra de Stanford se caracteriza por una poesía cruda, como moscas que merodean por un establo que puede esconder al mismo tiempo a dos amantes o a un cadáver. Publicó ocho libros de poesía en sus últimos siete años de vida. Entre 1974 y 1976 Stanford publicó varios libros de extensión breve, además de iniciar una relación (que incluyó el ámbito editorial) con la poeta C.D. Wright, con quien establece, en 1976, Lost Roads Publishers, un sello editorial independiente destinado a «recuperar el paisaje de la poesía norteamericana». En 1977 publicó uno de sus libros más destacados: El campo de batalla donde la luna dice te amo (The Battle Field Where The Moon Says I Love You), una coedición de Mill Mountain Press y Lost Roads. Murió con en Fayetteville, Arkansas, el 3 de junio del año 1978, cuando una noche de sábado, estando en casa con su esposa Ginny, se produjo una discusión y el autor se retiró a su habitación, disparándose acto seguido sobre el corazón. Su obra se encuentra reunida en What About This (2015). Presentamos una selección de poemas traducidos por Hernán Bravo Varela.

***

POEMA

Cuando la lluvia azota a la serpiente en la cabeza,
él, cerrando los ojos, querría estar
dormido en una llanta al borde del camino
para que los muchachos lo hagan rodar por siempre.

***

QUEDARSE

La luna pasea por mi granero
Como una viuda rumbo a la sede del condado

Aún no cae la noche
Solo aguardo a que lleguen los arqueros
Para poder correrlos

Hacen dinero fácil con mi tierra
Cada verano

Se vuelven dóciles los animales cuando refresca

Ya me he dormido antes
En los árboles

Soñé con el caballo de alguien
Vagando por el campo de futbol
Para poder pastar
Mientras que yo les daba un recorrido en el museo a los niños

Los arqueros hacen que sus muchachos
Le saquen a los ciervos la lengua a mano limpia

Cuando se pone el sol y oigo una flecha
Atravesar mi campo como un pájaro
Me pregunto qué tanto aprendieron los hombres
De las plumas

Los animales vadean el arroyo
Y comen zarzamoras
El viento sopla entre los árboles
Como una mujer en una balsa

***

LA DESPEDIDA

Una palabra
Que de seguro es
Como una espada
Que ha gastado
La funda

***

LA LUZ QUE VEN LOS MUERTOS

Son muchos los que vuelven
Después de que alisó el doctor la sábana
En torno de su cuerpo
Y salió para hacer una llamada.

Han muerto pero viven.

Se les conoce como los muertos que vivieron a través de sus muertes,
Y en mi familia
Se les tiene por sabios y honestos.

Flotan fuera de sus cuerpos
Y se prenden del techo como una palomilla,
Siguiendo los afanes de todos los demás en torno suyo.

Las voces e imágenes de los vivos
Se van desdibujando.

Un bramido los traga
Bajo las ruedas de una tiniebla sin dolor.
En la distancia
Hay alguien
Parecido a un guardavía que agita una linterna.

La luz, flor blanca, crece.
Se vuelve muy intensa, como música.

Ven los rostros de gente a la que amaron,
Los que en verdad murieron y hablan dulcemente.

Ven en un sembradío a su padre, sentado.
Terminó la cosecha, y su silla de mimbre fue arreglada.
Lleva una toalla alrededor del cuello
Con olor a loción.
Luego ven a la madre
De pie, a espaldas suyas, con un par de tijeras.
Sopla el viento.
Ella le corta el pelo a él.

Los muertos han contado historias como estas
A los vivos.

***

A veces en el sueño acariciamos
El cuerpo de otra
Mujer y despertamos
Y sabemos de las primeras noches
Cuando llegan visitas veraniegas
A la casa de tres pisos de nuestra infancia.
Sea lo que sea que recordamos,
El pelo más oscuro
Peinado frente al más oscuro espejo
Del cuarto más oscuro.

***

LAS MOSCAS EN LA MIERDA

Caballeros del sur
y turistas del norte
que redactan poemas sobre el sur
tarados estudiantes
les quiero hacer una pregunta estúpida
han visto alguna vez una regata de moscas
navegando en un montón de mierda
y regresar a hacer un pícnic en la mierda
han oído aunque sea alguna vez
en su vida a las moscas en la mierda
porque yo me curtí con moscas
que flotaban en la mierda

***

muchacho que huyó para casarse

se fugó con peligro
y la más guapa de las otras hijas
ella una noche estaba recogiéndose el pelo
como la noche de emperifollada
en el hotel
y el chico
que no era más
que un pobrecito escuincle
fue a ver si le vendían una botella
cuando él volvió ella se había hecho
viuda
los gitanos afirman que el amor
es tan extraño
y su sonido incluso
se parece al de un animal herido

***

sonrisas de una tarde de verano

ahí viene una mujer con un bebé en sus brazos
dentro de pocos años
ella habrá de ponerle
flores en su tumba
la guitarra que ella rescató para acercársele
cuando él tocó
en un grupo
al cumplir dieciséis
pasará por generaciones y generaciones
de arañas

***

PARA SABER LLEGAR

Ve al cementerio.

4.1/5 (22 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios