Este viernes, dentro de la sección “No son todos los que están”, presentamos la lista de siete grandes poetas de Guatemala cuya obra bien podría ser considerada como clásica o influyente en las generaciones actuales de poetas de su país. Pasen y lean. Estos son los que están esta semana, y los que no, ya llegarán. En la selección ha colaborado el poeta Wingston González.
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HUMBERTO AK’ABAL
Humberto Ak’abal fue un poeta maya-k’iche’ nacido en Momostenango, Totonicapán, Guatemala, en 1952. Escribió principalmente en idioma k’iche’, traduciendo luego sus poemas al español. Es considerado uno de los poetas mayas más reconocidos a nivel mundial, con traducciones de sus obras a numerosos idiomas. Entre los reconocimientos que obtuvo destacan el Premio Continental Canto de América 1998 y el Diploma Reconocimiento a la Trayectoria, otorgado por el Estado de Campeche, México. En coherencia con sus convicciones políticas, declinó recibir el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias en 2003. Murió en Ciudad de Guatemala en 2019.
El fuego
El fuego acuchillado
apaga la tristeza del leño
cantándole
su ardiente canción.
Y el leño
lo escucha
consumiéndose
hasta olvidar que fue árbol.
*
Camino al revés
De vez en cuando
camino al revés;
es mi modo de recordar.
Si caminara solo hacia adelante
te podría contar
cómo es el olvido.
*
Piedras
No es que las piedras sean mudas;
solo guardan silencio.
***
MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS
Miguel Ángel Asturias fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco, nacido en Ciudad de Guatemala en 1899. Es el escritor guatemalteco más conocido y de obra mejor divulgada internacionalmente. Ante todo, cabe observar la coherencia de su recorrido humano y literario, pues toda su producción está dominada por dos impulsos: la reivindicación del ciclo cultural prehispánico y una defensa sostenida de principios propios de la izquierda, que por otro lado gozó de especial predicamento entre los defensores del socialismo real y le sirvió para merecer el Premio Lenin en 1966. Reconocido por su contribución a la literatura latinoamericana y por su enfoque en la cultura indígena de Guatemala, fue ganador del Premio Nobel de Literatura en 1967. Es conocido por obras como El señor presidente, Hombres de maíz y su Trilogía bananera. Murió en Madrid en 1974.
Retrato de abuelos
Recuerdo que en los días rosados de mi infancia,
la abuela… (¿de quién son los abuelos?, ¿de los niños?),
solía por las noches, cuando la tibia instancia
parecía una caja de dulces de la luna,
contras historias viejas. Hoy ya no sé ninguna.
Abriendo lentamente los cofres de mi abuelo,
me daba a que besara la hoja de su espada.
Guardaba ha muchos años un relojón de plata,
una bandera blanca y azul color de cielo,
la estrella de una espuela y un lazo de corbata.
Conservo esos recuerdos que me legó de un hombre
y tengo en las reliquias de mis antepasados
la historia de mi casa, la gloria de mi nombre,
y guardo en esos cofres que siempre están abiertos
el retrato de bodas de mis abuelos muertos.
***
MARGARITA CARRERA
Margarita Carrera Molina fue una poeta y narradora nacida en Ciudad de Guatemala en 1929. Fue la primera mujer graduada en Letras en la Universidad de San Carlos de Guatemala, en 1957, y la primera que hizo su ingreso a la Academia Guatemalteca de la Lengua, en 1967. Ejerció de Catedrática universitaria desde 1957 en las Universidades San Carlos de Guatemala, Rafael Landívar y Del Valle de Guatemala. Fue miembro del International Writing Program, en la Universidad de Iowa. En 2003 y 2004 fue propuesta por la Universidad del Valle de Guatemala, para el XII Premio Sofía de Poesía Iberoamericana. Como periodista colaboró en los diarios El Imparcial, La Hora, Diario de Centro América, y el diario Prensa Libre. Publicó dos novelas, trece libros de ensayo y once de poesía, y fue finalista al XI Premio Anagrama de Ensayo, Barcelona, 1982. Entre su obra destacó En la mirilla del jaguar: Biografía novelada de Monseñor Gerardi, publicada en 2002, que le valió la Orden Monseñor Gerardi Conedera en 2004. Murió el 31 de marzo de 2018.
Cantos a la escoba
Me gusta la escoba
en la soledad de mis manos
en su silencioso barrer de muerte
en su ocultarse
-cual niña solitaria-
tras la puerta dormida.
Sí.
Me gusta la escoba
en su canto de limpieza
por su pelo entretejido
su cuerpo de espiga
y porque, loca,
va siempre
patas arriba.
***
ALAÍDE FOPPA
Alaíde Foppa fue una poeta, escritora, traductora, feminista y activista nacida en Barcelona, España, en 1914. Creció en Guatemala y México, donde desarrolló gran parte de su obra. Fue una figura clave en el movimiento feminista latinoamericano y una voz destacada en la literatura guatemalteca del siglo XX. En 1950 regresó a Guatemala junto con su familia, pero luego tuvo que salir nuevamente al exilio tras el derrocamiento del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en junio de 1954. Fue una feminista activa que participó en defensa de los intereses de género. Fundó y colaboró en Fem, tal vez la primera revista semanal feminista de México. Colaboró también en El foro de la mujer, programa radiofónico transmitido por Radio Universidad en México durante varios años y se integró activamente a la Agrupación Internacional de Mujeres contra la Represión. Fue detenida y desaparecida por el Estado de Guatemala el 19 de diciembre de 1980.
Ella siente a veces
Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
***
LUIS DE LIÓN
Luis de Lión, nacido como José Luis de León Díaz, en San Juan del Obispo, Sacatepéquez, Guatemala en 1939, fue un escritor guatemalteco secuestrado el 15 de mayo de 1984 por elementos de inteligencia del ejército de Guatemala y desaparecido desde entonces. Su novela póstuma El tiempo principia en Xibalbá está considerada como una pieza fundamental en la narrativa centroamericana contemporánea. El 15 de mayo de 1984 un grupo de hombres armados vestidos de civiles lo introdujo a la fuerza en un automóvil sin placas, mientras se dirigía a su trabajo en el Centro Histórico de Ciudad de Guatemala, engrosando las filas de los cerca de 50.000 desaparecidos por los gobiernos militares guatemaltecos durante la década de 1980. No se supo nada de su paradero hasta 1999, cuando su nombre apareció en el Diario militar, un documento que contiene fotografías e información sobre las capturas y ejecuciones de cerca de 200 personas, y en el que figuraba con el número 135. Así se supo que fue asesinado el seis de junio del mismo año. Entre sus obras destacan los libros de cuentos Los Zopilotes (1966), Su segunda muerte (1970) o los libros de poemas Poemas del volcán de Agua (1980) y Poemas del volcán de Fuego (1998).
los héroes
eran altos
y presumían del verde
o
del azul
con que miraban
y del amarillo que les chorreaba en la cabeza,
eran hijos
de los dueños de la casa de tejados,
del mausoleo del pequeño cementerio
y
de la parte del volcán que producía las manzanas.
éramos pequeños
y
morenos,
éramos campesinos,
pero sobre todo,
éramos descalzos
y los pies de ellos presumían de llevar un cuero
recubriéndolos.
el campo no era plano:
tenía depresiones,
valles,
selvas,
piedras.
pero nuestros pies conocían el terreno palmo a palmo,
conocían todos los ángulos.
nuestros pies eran unos geómetras geniales.
y cuando algún domingo
el campo de alegría se transformaba en uno de batalla
-venían ellos,
nos retaban-,
nuestros pies se movían en el campo de fútbol como peces en el agua
y frente a los zapatos que molían nuestra piel para vencernos,
nuestros pies se morían de la risa.
***
ROBERTO MONZÓN
Roberto Monzón fue un poeta nacido en Ciudad de Guatemala en 1953. Vivió parte de su adolescencia en México. Cuando regresó, formó parte del movimiento guerrillero. Estudió historia en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Recibió el premio La Monja de Oro en los Juegos Florales de Quetzaltenango en 1989, debido al poemario Ciudadano Laberinto. Fundó dos editoriales, en las que se apoyó para publicar su trabajo. Murió a los 39 años en su ciudad natal. Es considerado uno de los poetas urbanos más importantes de Guatemala.
Despido Mutuo
Te dan dos patadas en el culo
te dicen -muchas gracias
por todos sus servicios o vicios
y a volar; no lo necesitamos más
Te encuentras en la calle
sin un solo centavo, sin tan solo
un petate donde caer muerto
ni madre ni perro que te ladre
*
Relampagazo
El día no es tal día
Es relámpago frugal de doce horas.
SIEMPRE es la noche. Se muere
A oscuras en cualquier momento.
***
OTTO RENÉ CASTILLO
Otto René Castillo fue un poeta, activista y combatiente guerrillero nacido en Quetzaltenango, Guatemala, en 1936. Graduado con 17 años en el Instituto Nacional Central para Varones, en donde estaba incluido en la agrupación estudiantil llamada Alianza de la Juventud Democrática. Regresó a Guatemala en 1964, mientras mantenía la militancia política y sus actividades culturales. Dirigió el teatro experimental de la Municipalidad de Guatemala. En 1965 fue capturado y enviado nuevamente al exilio. En marzo de 1967 fue herido en combate y capturado por las fuerzas antiguerrilleras del gobierno, y conducido junto con su compañera Nora Paiz a la base militar de Zacapa donde el 19 de marzo de 1967 fue brutalmente torturado y finalmente fusilado junto a otros trece colaboradores de la insurgencia cuyos cuerpos fueron quemados. Su obra poética, compuesta por innumerables poemas de corte amoroso y político, fue compilada en 1989.
En invierno, una mañana
Juntos
hemos despertado
esta mañana de febrero,
y nos ha sorprendido
tanto el nupcial
andar de las horas,
que ambos exclamamos,
¡está nevando recio!
Y luego sonreím0s
un beso.
Ha nevado
toda la noche,
dices, y seguirá
nevando
en mí
toda la vida.
El invierno
comienza a envejecer
y suavemente bella
es su blancura,
pero ya nunca,
será bella para mí la nieve,
si con ella se acerca
un solo segundo
tu partida.
Tu rostro es, entonces,
más hermoso que nunca
y a él cae, hondamente
mi ternura,
esta mañana de febrero,
en la ciudad nevada
de Berlín.




El fuego
apaga la tristeza
del leño.
Lo escucha
cantándole
su ardiente canción.
Hasta olvidar,
que un día,
fue árbol.