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Y así, la echó del jardín

Y así, la echó del jardín

Durante una fría noche de invierno, a las afueras de un pequeño pueblo de montaña, Marion sufre fuertes dolores que culminan en un parto espontáneo. Hasta entonces, no había dado señales de embarazo. Con este extraordinario evento comienza la última obra de Violaine Bérot, Caída de las nubes, publicada por la editorial Las Afueras.

Mediante este súbito acontecimiento, y haciendo uso de la prosa veloz que caracteriza sus novelas, Bérot sumerge al lector en un complejo conflicto que explora los límites del amor maternal ante una natalidad no deseada ni planificada. La obra propone un ejercicio formal, ofreciendo al lector una doble lectura: narrativa y cronológica. La primera implica el seguimiento de una guía, facilitada por la propia novela, que nos asoma a la perspectiva de algunos habitantes del lugar próximos a la pareja. Saltando de un párrafo a otro, formamos la secuencia que permite conocer los hechos a través de diferentes voces, culminando con la narración de Marion. Si, por el contrario, el lector se propone seguir el orden regular del relato, se enfrenta a una distribución cronológica que comprende varios días de la semana, del martes al viernes. Esta lectura supone una colisión de todas las voces en una secuencia angustiosa, opresiva y confusa que nos sitúa en la piel de la madre durante el puerperio. Aquellos que narran refieren a un «usted» desconocido, ante el que comparecen, de tal modo que el lector ocupa el lugar de un último personaje, cuyo papel también debe reconstruirse. Por ello, la prosa fragmentaria y ágil que Bérot escoge para narrar esta historia supera el ejercicio técnico, al cobrar un sentido simbólico.

"De esta suerte de comunión forma parte el mundo animal, pues es frecuente el paralelismo entre Marion y sus cabras, en particular la cabra que está próxima a parir"

En su forma, Caída de las nubes refleja la constitución de un doble plano, el individual y el colectivo, que se inscribe en el tiempo del idilio. La presencia de la colectividad tiene un alcance positivo en el apoyo, el compañerismo y la celebración, pero también tiene una cara negativa, manifiesta en el juicio, la asfixia y la limitación de la privacidad y la libertad. Ambos niveles coexisten en las vivencias de un mundo rural que acoge de forma festiva la llegada de la criatura, pues supone la renovación del tiempo del idilio.

El festejo popular está revestido de un halo bíblico que también parece cernirse sobre otros eventos y personajes de la novela. La «natividad» no consentida de Marion (próximo a María, o Miryam) supone su propia expulsión del paraíso, pero es celebrada por los habitantes del pueblo marchando en procesión. Un bebé «hecho entre todos» y para todos. De esta suerte de comunión forma parte el mundo animal, pues es frecuente el paralelismo entre Marion y sus cabras, en particular la cabra que está próxima a parir. El título de la obra y el nombre de la criatura, impuesto colectivamente, tienen también una sacra resonancia.

"Su forma atropellada y fragmentaria, carente de signos de puntuación o marcadores de diálogo, se alinea con el frenesí de llamadas, instrucciones, pruebas médicas y preguntas que envuelve a la pareja protagonista"

Ya se siga el sentido narrativo o el cronológico de la narración, la voz de Marion se distancia, bien porque esta es la última en aparecer, o bien porque figura al mismo nivel que todas las demás. De este modo, la autora establece una tensión entre el deseo de la madre y el deseo del resto de personajes, esto es, entre lo individual y lo colectivo. La novela sumerge la experiencia de Marion en un entramado coral donde lo íntimo se mide en relación con lo común.

La novela de Violaine Bérot armoniza lo inquietante, lo oscuro y lo angustiante con la alegría, la generosidad y la vitalidad. Su forma atropellada y fragmentaria, carente de signos de puntuación o marcadores de diálogo se alinea con el frenesí de llamadas, instrucciones, pruebas médicas y preguntas que envuelve a la pareja protagonista. El paisaje (suponemos de inspiración pirenaica) alberga una historia que transcurre en un tiempo idílico atravesado por la confrontación entre el impulso individual y la consideración colectiva. Así, Bérot da forma a un asunto tan complejo como el amor materno obligado, mediante la paradoja de un nacimiento que es, al mismo tiempo, condena y milagro.

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Autora: Violaine Bérot. Título: Caída de las nubes. Traducción: Concha Sánchez Santos y Pablo Martín Sánchez. Editorial: Las Afueras. Venta: Todos tus libros.

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