Distanciarse de la dieta habitual en los estrenos de streaming tiene sus ventajas. Y descubrir Berserk, el anime basado en el trabajo de Kentaro Miura a treinta años de su estreno, suena como a poco a ingenuo. Pero los 25 episodios disponibles en Netflix España presentan una aventura de fantasía medieval que devuelve a uno la ilusión por ese cine basado en cómic fagocitado por grandes compañías norteamericanas, que ven ahora cómo su pingüe negocio de las últimas dos décadas vive ciertos pero alarmantes estertores de crisis.
La calidad de animación de la serie del 97, típica del anime japonés, se compensa sobradamente con la inmensa banda sonora de Susumu Hirashawa, disponible también en plataformas musicales. Con ritmos electrónicos despiadados y desatados, su anacronismo se adapta perfectamente a la sensación de imprevisible crueldad y amenaza de Midland, el mundo que recorren los protagonistas. En general, Berserk es un relato de aventuras que compagina de manera sorprendente lo épico con lo oscuro, la reproducción de un pasado medieval europeo inexistente con lo puramente arcano. Otras series como The Witcher, también en Netflix y basada en los trabajos de Andrei Sapkowski, carecen de la simpleza de trazo y eficacia de la aquí presente.
El camino de la Banda del Halcón a la fortaleza de Chuder se narra a golpe de misión autoconclusiva, sin que se resienta la idiosincrasia de los personajes pese al largo tiempo transcurrido en ocasiones entre un capítulo y otro, pero existe un arco argumental coherente a lo largo de los capítulos. El tratamiento de la fantasía es tan bestial como el uso de la violencia. Y las criaturas que asoman por el mundo de Miura, pese a no ser abundantes, destacan por un carácter inhumano parejo a los abundantes chorros de sangre de las batallas.
Berserk demuestra que el género ha visto más tribulaciones audiovisuales que las de Juego de tronos, la notable serie que ha acaparado la fantasía heroica en los últimos tiempos, y quizá la última gran ficción de la denominada Edad de Oro televisiva comenzada por The Wire o Los Soprano. Recuerda, en cierto modo, a las prohibidas tardes de infancia, Nocilla y Cola Cao viendo Conan el Bárbaro de John Milius, y desde luego a los mundos medievales imaginarios de videojuegos como Dark Souls o Elden Ring.
La serie basada en el manga del fallecido Kentaro Miura, que en el papel se siguió publicando un año después de su muerte en 2021 por el Studio Gaga (y que publica en España la editorial Panini) proporciona ya sea en cómic o anime horas de nada infantil entretenimiento animado que uno desearía haber descubierto (mucho) antes.
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