La arqueobotánica Amaia Arranz descubrió migas de pan carbonizadas de hace 14.400 años en Jordania. Fue un hallazgo extraordinario —al menos hasta que alguien se atreva a mirar dentro de mi tostadora—, porque reveló que nuestros bisabuelos horneaban pan cuatro milenios antes de que empezara la agricultura.
El mío, mi bisabuelo Bautista Ulacia, de chaval fue aprendiz de la Panadería Francesa y llevaba panes de centeno a la reina María Cristina cuando veraneaba en el palacio donostiarra de Miramar. Bautista se hizo republicano, tanto que nació el 15 de abril pero a partir de 1931 celebró su cumpleaños siempre el 14. Era republicano pero sobre todas las cosas era panadero. En un decreto de junio de 1937, Franco concedió a Guipúzcoa el honor de nombrarla provincia traidora y, entre otros castigos, ordenó la clausura de los molinos. Bautista se dedicó a moler algarrobas para añadirlas a la escasa harina del racionamiento, hasta que una noche se hartó y dijo que ese dictador de medio metro no iba a hacer comer a sus vecinos aquel pan negro. Contactó con molineros clandestinos del interior de Guipúzcoa: un kilómetro antes de que el tren llegara a San Sebastián, los estraperlistas arrojaban los paquetes de harina por la ventana para que los recogieran mi bisabuelo y sus compinches panaderos. “¡Cuánta hambre quitó el aita en la Parte Vieja!”, solía decir su hija, mi abuela Pepi, que entonces era una adolescente que ayudaba en los repartos.
Recuerdo a la anciana de la que escribió Kapuscinski, la única civil que se quedó en un pueblo de Angola cuando el enemigo estaba a punto de llegar. La mujer era sorda, no entendía la guerra, pero seguía horneando panes para los soldados que resistían en el puesto. Decía el comandante: “Esta mujer no es partidaria nuestra, pero es partidaria de la vida y del pan, y con eso basta”.
Recuerdo cómo el periodista Mohamed Solaimane contó en abril que Gaza se había quedado sin panaderías porque apenas disponían de harina; y esa poca, a precios exorbitantes. En la misma región del mundo donde aparecieron los primeros indicios de la elaboración del pan, de este producto que tanta hambre ha quitado, el estado de Israel se lo arrebata a las familias gazatíes y vuelve a usar el hambre como arma para el exterminio.
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Medio mundo está condenando las actuaciones del Gobierno de Israel, encabezado por el lamentable Benjamín Netanyahu, porque ya todos, hasta los hace poco incondicionales gobernantes de Estados Unidos, están empezando a entender la naturaleza criminal de la Expedición Militar Punitiva o de Castigo Colectivo (que no Guerra), la política de cerco, asedio y tierra arrasada que está perpetrando el Gobierno de Israel contra la inocente población civil de árabes palestinos pobladores de la Franja de Gaza, una masacre generalizada cuyas víctimas son en su mayoría niños y mujeres. Ya se cuentan más de 60 mil muertes, incluídos bebés víctimas de los bombardeos y las docenas de niños y bebés muertos por hambre. Cuando Estados Unidos fue víctima del atroz ataque terrorista del 11 de septiembre que destruyó las Torres Gemelas de Nueva York no se vió al Gobierno de Estados Unidos creando un Gueto de Árabes y matando civiles con bombas y por hambre, como está matando el Gobierno de Israel, con sus fuerzas militares como instrumentos, a los inocentes civiles árabes palestinos pobladores de la Franja de Gaza, sometidos a cerco y asedio militar, a quienes se les cortó el suministro de agua, alimentos, medicinas, energía eléctrica y todo tipo de combustibles, y continuamente se les bombardea y se les ataca con artillería pesada, tanques de guerra, drones armados, cañones, misiles, cohetes, ametralladoras, granadas y fusiles. Y algunos ministros de la coalición derechista que gobierna Israel han dicho públicamente que los palestinos deben abandonar «voluntariamente» la Franja de Gaza y esos territorios anexados a Israel, la meta de sus exaltados «colonos», porque Israel se empecina en su ocupación ilegal de territorios palestinos destinados al establecimiento de un futuro Estado Palestino independiente, como ordena la misma Resolución de la ONU que dió origen al Estado de Israel, que ahora, desde una posición de fuerza y prevalido de su enorme poder militar y económico mira a la población palestina como «gente inferior» probando los actuales gobernantes de Israel que tienen posiciones racistas (anti-árabes), discriminatorias y de intolerancia que los asemeja a los abdominales Nazis, a quienes imitan al crear el gigantesco Gueto Palestino de la Franja de Gaza, para encerrar allí a los árabes palestinos y someterlos al hambre y la precariedad, privados de energía eléctrica y todo tipo de combustibles, privados de agua, alimentos y medicinas, como sufrieron los judíos de la Europa ocupada durante la Segunda Guerra Mundial encerrados en los Guetos Judíos organizados por los genocidas Nazis. En lugar de organizar un operativo policial con ayuda táctica y de inteligencia militar para identificar, capturar y enjuiciar a los terroristas de Hamás responsables de los terribles crimenes perpetrados contra inocentes judíos el pasado 7 de octubre de 2023 el Gobierno de Israel prefirió imitar a los criminales Nazis, inventó «una guerra» contra la inocente población civil de árabes palestinos pobladores de la Franja de Gaza e inició la matanza despiadada de inocentes palestinos, incluídos bebés, para vergüenza eterna de Israel y de toda la Humanidad, porque todo genocidio nos mancha a todos.
?Cuando despertarán las conciencias de los gobernantes de muchos países acostumbrados a apoyar automáticamente a Israel por el pasado de víctimas inocentes de los judíos asesinados por los genocidas Hitler y sus Nazis? Estas nuevas generaciones de gobernantes de Israel son judíos pero no son las víctimas, parece que les gusta más el abominable estatus de victimarios y están muy cerca de convertirse en genocidas, como los Nazis, y deplorablemente usan la tragedia de sus antepasados, las verdaderas víctimas del Holocausto perpetrado por los Nazis, como escudo protector para cometer sus crímenes y buscar la impunidad ante tantos hombres y mujeres sin brújula moral al frente de tantos gobiernos en el mundo (como los gobernantes de Alemania con su disparatada “Razón de Estado”), ciegos ante una matanza generalizada de inocentes civiles desarmados, indefensos ante el gran poder de sus victimarios, ciegos ante un nuevo Genocidio.
La “inocente población civil de árabes palestinos pobladores de la Franja de Gaza” llevan 2 décadas de educación en la Yihad, y Hamás no son los palestinos, son los palestinos islamistas fanáticos, que el 7 de octubre asesinaron, torturaron, mutilaron, violaron y saquearon, además de secuestrar israelíes y torturarlos bajo tierra por 2 años. Ningún genocidio ni hambre existen que no sean ejecutadas por Hamás: qué genocida permite corredores humanitarios para escape de civiles, dá x años comida, medicinas y combustible al enemigo ( Hamás roba toda la ayuda, el autor olvida decir que la harina no llega porque se la quedan ellos) y avisar a civiles evacuar zonas antes de combates. Basta ya de propaganda antisemita y mentiras descaradas. Cuando los yihadistas atacan en Atocha de pronto son terroristas, si asesinan judíos todo bien.
Repudié y condené los terribles crímenes (asesinatos, violaciones, secuestros, etc) perpetrados el pasado 7 de octubre de 2023 por los criminales terroristas de Hamás contra inocentes judíos en Israel, casi todos civiles desarmados, incluidos niños, ancianos y mujeres. El terrorismo de Hamás es abominable y tales criminales terroristas merecen ser castigados conforme a las leyes penales aplicables y el gobierno de Benjamín Netanyahu debió ejecutar un operativo policial (incluso con participación y auxilio de unidades de inteligencia y equipos tácticos militares) de búsqueda y captura de los autores materiales e intelectuales de tan aberrantes delitos, para su enjuiciamiento por los tribunales penales competentes, pero Benjamín Netanyahu y compañía se inventaron una “guerra” para esconder que ordenaron una Expedición Militar Punitiva de Castigo Colectivo contra toda la población civil de palestinos de la Franja de Gaza, aproximadamente 2 millones 600 mil personas y crearon un Gueto estilo Nazi para matarlos por bala o por hambre y enfermedades, lo que repudio y condeno, y ésto es Terrorismo de Estado. Tan grande es el horror que provocó la venganza irracional de Netanyahu que la comunidad internacional presionó al gobierno de Benjamín Netanyahu para que parara la matanza y trata de impedir nuevas muertes de niños palestinos por hambre, por la hambruna provocada deliberadamente por el gobierno de Benjamín Netanyahu, un corrupto bajo juicio en Israel que buscó la intervención de un poderoso gobernante extranjero (El actual Presidente de Estados Unidos) para presionar al poder judicial de Israel para lograr la impunidad por casos de corrupción y ya veremos a quiénes pedirá ayuda para que la Corte Penal Internacional revoque la orden de arresto y no lo enjuicien por delitos contra Humanidad. Todas manchas para el buen nombre de Israel aunque el pueblo judío no es culpable de éstos delitos y delirios de algunos de sus gobernantes. En Israel también existió y existe oposición y denuncias de muchos israelíes, de muchos judíos contra las erradas políticas de Terrorismo de Estado que adoptó Benjamín Netanyahu. El Terrorismo de Hamás es malo y repudiable y también es malo y repudiable el Terrorismo de Estado del gobierno de Benjamín Netanyahu.
Sí usted, Rlapin, cree que los 2 millones 600 mil palestinos que vivían en la Franja de Gaza son culpables de los delitos perpetrados por los terroristas de Hamás, sí usted cree que todos merecían o merecen morir de hambre, de enfermedades o por bombas y balas, sí usted cree que los niños palestinos muertos de hambre o mutilados son culpables de los terribles delitos cometidos por los criminales terroristas de Hamás y merecían ser castigados siendo inocentes, usted es un fanático sin brújula moral, otro descerebrado violento y criminal como los terroristas que dice repudiar y condenar y dialogar con usted es perder el tiempo.
Y no olvide los hechos: El gobierno de Benjamín Netanyahu ordenó cerrar la Franja de Gaza, someterla a asedio y ataque militar, impedir la entrada de alimentos, agua, medicinas y suministros médicos, todo tipo de combustibles y cortó el suministro de energía eléctrica. Todo para generar la hambruna y matar a la población civil palestina de hambre y de mengua, de lograr salvarse de sus bombarderos, de sus tanques de guerra, de sus cañones, de sus drones artillados, de sus ametralladoras, de sus balas. Se cuentan 67 mil muertos palestinos ?Cuántos son los muertos del Ejército de Ocupación y Agresión de Israel?
?Todavía hablan de “Guerra”? Hable de matanza de civiles, hable de masacre de niños y mujeres, hable de asesinatos de hombres desarmados, hable de bombardeos de hospitales, de centros de ayuda humanitaria y de escuelas y guardería infantiles. No se escuden en los crímenes de Hamás para pretender justificar los crimenes de Netanyahu y asociados.
Y finalmente le informo que los pueblos judío y palestino (árabe) son los dos pueblos semitas (y siento simpatía por ambos), así que supere la ignorancia y no hable de antisemitismo por condenar el genocidio y otros crímenes contra la Humanidad por parte del gobierno de Benjamín Netanyahu. Y le informo que, como hispanoamericano, fecundo resultado de la mezcla de la sangre española, indígena americana y negra africana de mis antepasados, no soy racista (sería contradictorio) y no soy mentiroso, propagandista de nadie y no apoyo terroristas ni asesinos, ni a Hamás ni a Benjamín Netanyahu.
Casi olvido decirle, Rlapin, que algo leí de Historia (incluso de Historia de las Religiones) y como nativo de Costromo nuestra tolerancia religiosa nos hace ver a las guerras de religión, las “guerras santas”, y todo fanatismo como expresión de la suprema estupidez humana. Los Costromeros somos formalmente cristianos católicos la mayoría, aunque poco nos importan las encíclicas papales (ni las leemos), nos espantan las guerras santas, las inquisiciones de cualquier tipo, nos fastidia tanta rezadera, no nos importa sí para mucha gente Dios es uno y tres, uno y sopotocientos o un cero a la izquierda !Cada quien que piense lo que quiera! Tampoco creemos en la infalibilidad del Papa aunque no reaccionamos con un cisma como algunos católicos franceses en el siglo XIX. Lo que nunca entendemos es a la gente que deja de creer en una religión para voluntariamente creer en otra, es como un divorciado que se vuelve a casar, la primera vez que se casó fue por inocente, ?Pero la segunda? Y casi olvido, porque tampoco creemos en ella, la bendita culpa judeocristiana. Con nosotros eso de la culpa no va. Si hay culpables que los busquen entre Dios, Satán y sus huestes. Nosotros, los seres humanos no somos culpables de nada distinto a nuestros propios actos. Y no hay Dios que nos haga desistir de nuestra convicción. Quien creó el mundo lo creó muy mal, muy injusto, muy salvaje (allí están el Holocausto y una larga lista de Genocidios, como el ordenado por Benjamín Netanyahu en la Franja de Gaza contra los palestinos), así que todo apunta a Dios. Quizás por sentir culpa y vergüenza por todo éste mundo salvaje no quiere dar la cara y por eso es un Dios Ausente, como dijo Aristóteles cuando se percató que le tendían una trampa para condenarlo a beber la cicuta como antes a Sócrates, por estar éste último condenando la Guerra del Peloponeso. Y también le informo que los Cristianos que son antijudíos son unos imbéciles racistas e ignorantes porque Jesucristo, la Virgen María, San José y los Apóstoles, Moisés, San Juan Bautista y una legión de Santos y Mártires eran (o son, sí creemos en la vida eterna) judíos. Y quienes somos Cristianos y liberales tenemos un dicho: “El Cristianismo es la más exitosa herejía de la religión judía”.
Rlapin, un consejo: Olvídese de la prisión en la que le metieron la cabeza, deje los dogmas y el fanatismo, piense por usted mismo, vea la realidad, sea un hombre racional. Lea sobre Sócrates, lea a Aristóteles y lea al genial General Sun Tzu, quien entendía la guerra, no para exterminar al enemigo en una orgía de sangre y genocidio, sino como un instrumento a veces necesario para integrarlo a su orden político y social.
Que le pregunten a Hamas por el hambre en Gaza.