Clemens J. Setz (Graz, 1982) es uno de los mejores escritores europeos de su generación. Y la editorial H&O es la responsable de que los lectores españoles vayamos accediendo a su obra: tras Las abejas y lo invisible en 2023 y Las lunas antes del aterrizaje este mismo año, ahora nos presentan Bot, subtitulado Una conversación sin autor. Se trata de un experimento literario a partir del fracaso a la hora de responder con solvencia a las preguntas de la editora Angelika Klammer, quien pretendía, de la mano de la editorial Suhrkamp, publicar un libro de su conversación. Sin embargo, Setz no estaba elocuente, así que, viendo que el proyecto naufragaba, decidieron bucear en las miles de páginas en Word que el autor ha ido escribiendo durante años; además, para minimizar la alteración por parte de los humanos implicados, «se hicieron búsquedas de texto completo de determinadas palabras presentes en la pregunta o de términos de significado afín. En otros casos, sencillamente se desplazaba el cursor al azar por una página cualquiera» (pp. 12-13).
Tenemos, entonces, unos diarios sui generis en los que Klammer pregunta y la mente extendida de Setz contesta. Y en estas operaciones hallamos de todo: farmacias, objetos fuera de sitio, discusiones sobre la utilidad de la literatura, su poca querencia por Gombrowicz, lectoras que confunden las novelas con la vida real, claves de su narrativa historiográfica, congresos literarios, un pequeño poema sobre el fin del mundo, olvidados personajes encantadores (como August Musger, el inventor de la cámara lenta), la misma pantera que contemplaron Rilke y Jules Renard, el parecido de la herida en el costado de Cristo con la gestualidad del pájaro bruja, cómo hacer que un gato viejo retome el interés por un puntero láser, quiénes fueron los primeros peces nacidos en el espacio, una historia de cabras propia de la mitología griega, sus andanzas por Japón, etc. Y, como escribí en otra ocasión, disfrutamos de las bellísimas y numerosas imágenes características de Setz, ubicadas en una transición entre una prosa árida y una fantasía naíf: «En la oficina de correos había una balanza que oscilaba entre 0,00 kg y -0,02 kg aunque estaba vacía, así que imaginé al ángel invisible que, con su peso negativo, daba saltitos sobre el platillo de la báscula delante de nuestras narices» (p. 143).
Merece —y mucho— la pena embarcarse en este archivo viviente, dividido en una conversación a lo largo de cinco días, en el que iniciarse o profundizar en las obsesiones de Clemens J. Setz, quien ya es conocido por su destreza para lo inquietante, lo extraño, y por un trabajo que combina lo minucioso con lo lírico. Bot no es un «bot» en sentido técnico, sino una metáfora (y, en cierta medida, una realidad textual) de la escritura como depósito de vida, de pensamiento y de memoria acumulada, y de cómo esa escritura puede hablar cuando el autor abandona el escenario, habiéndose convertido en una especie de programa codificado en su obra: acaso, como se cuestiona en el prólogo, ¿podrán reconstruirnos algún día a partir del material que dejamos al morir?
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Autor: Clemens J. Setz. Título: Bot: Una conversación sin autor. Traducción: Virginia Maza. Editorial: H&O. Venta: Todos tus libros.


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