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Janne Teller, de las misiones de paz a la literatura

Janne Teller, de las misiones de paz a la literatura

Pocas autoras pueden estar tan de actualidad como la danesa Janne Teller. Macroeconomista de formación, colaboró durante mucho tiempo con la ONU y la UE en la resolución de conflictos, especialmente en misiones de paz en el África subsahariana y el sur de Asia. Sabe, pues, de lo que habla cuando afirma que el asunto palestino es “el pecado original” de la ONU. “A una de las partes las acciones de la otra siempre le parecerán injustas, hipócritas”. Desde que, hace ahora un año, publicó Er du Stolt af mig, Joanna?, que, en su traducción española, aparecida hace apenas unos días en Seix Barral, lleva por título Justicia, ha visto cómo su nueva ficción se ha venido tomando como referencia de la realidad.

En la tarde del sábado, Teller acudió a Getafe para mantener una charla con Maica Rivera, que puso el punto final a la décimo octava edición del festival de novela policiaca de Madrid. Sí señor, la de 2025 ha sido la cita en la que Getafe Negro ha cumplido la mayoría de edad.

"La mayor tragedia, en la mayoría de las personas, es la pérdida de la vida. Pero se me hizo difícil cuadrar la muerte con la justicia"

La novela da comienzo con una imagen potente, la del danés Teodor Merlin —encargado de la ONU para Oriente Medio cuando su hija Joanna murió en una misión de paz en aquellos lugares, cinco años antes—, encañonando a alguien con su pistola en una cabaña de pescadores de Virginia (Estados Unidos). La sensación es extraña, “como cuando alguien comienza a fumar por primera vez”. El que puede estar a punto de morir tiene el convencimiento de que el diplomático no será capaz de disparar, y eso precisamente es otra de las cosas que parecen incitar a Merlin a apretar el gatillo.

“Lo malo no es el idealismo. Yo misma soy una idealista”, comenta Keller. “Lo malo es cuando el idealismo topa con la realidad. Hubo un tiempo en que pensé que dispararía, Incluso tenía planeado cómo iba a matar a Merlin. Pero no acababa de creérmelo. Cuando cumplí 50 años decidí elaborarlo más. Al disparo siempre podría recurrir. La mayor tragedia, en la mayoría de las personas, es la pérdida de la vida. Pero se me hizo difícil cuadrar la muerte con la justicia. No podía sentarme e imaginar un final feliz. Aunque padre al que le han matado a una hija, Merlin ha sido un diplomático con mucho poder y, para él, no acababa de parecerme apropiado un disparo y ya está”.

"Justicia es un libro al que he vuelto una y otra vez. Específicamente, he estado escribiendo sobre él durante 20 años"

A raíz de esas dudas, Teller abrió una analepsis en la que ha estado trabajando durante décadas. Rivera quiso saber sobre un aliento narrativo tan largo en el tiempo que se hace infrecuente en estos días en que todo se consume tan rápido: “En un primer momento, escribí las primeras 30 páginas y un poco el final”, recordó la escritora. “Justicia es un libro al que he vuelto una y otra vez. Específicamente, he estado escribiendo sobre él durante 20 años, y los primeros capítulos del libro son prácticamente idénticos a la primera vez que los redacté”.

Sobradamente conocida entre los lectores españoles por las traducciones de algunos de sus textos, publicados con anterioridad por Seix Barral: Nada (2011), Ven (2012), Guerra (2016), Todo (2023), o La isla de Odín (Maeva, 2016) antes de dejarlo todo en 1995 para dedicarse por completo a la creación literaria, se desempeñó como observadora en misiones de paz desarrolladas en Tanzania, Mozambique y Bangladés. Pero su entrega anterior, Kattens Tramp (2004) está ambientada en el genocidio de Bosnia. Como en la mayoría de sus novelas, en aquella historia Teller también formulaba preguntas existenciales, dilemas éticos… Dudas que, si bien contactan con la sensibilidad de una buena parte de la población europea de nuestros días, y a veces le han merecido premios como el Drassow —que distingue a las bibliografías dedicadas a la exaltación de la paz—, otras han provocado encendidas controversias.

"La discordancia entre las palabras y la acción siempre me ha interesado, y se convierte en una de las focalizaciones de la novela"

No falta en Justicia toda la entrega que se espera en Teller, dada su biografía. “Aunque en estas páginas toda la historia es ficticia, hago activismo, como escritora y como persona. Aunque las cosas no son blancas o negras. Como es bien sabido, los seres humanos no somos perfectos. Así que tenemos que esforzarnos por respetarnos los unos a los otros y que no haya abusos de poder por parte de quienes lo ostentan”.

Su actividad diplomática —que podríamos decir— siempre estuvo inspirada por la consecución del entendimiento, como cabe esperar en los empleados de la ONU, incluso en los inmersos en los campos de batalla. Como observadora siempre antepuso el diálogo a la política. Ahora bien, como autora es otra cosa: “Justicia está basada en algunas experiencias que he vivido, aunque en ningún caso en concreto”, comentó Teller a Maica Rivera y a sus lectores de Getafe.

“Como escritora sí que he podido comportarme como una activista en relación con la política. La discordancia entre las palabras y la acción siempre me ha interesado, y se convierte en una de las focalizaciones de la novela. Al escribir como una mujer, no como una observadora internacional, tengo mucho más margen para considerar lo que está bien y lo que está mal”.

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