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Pasear para conocer mejor a Pier Paolo Pasolini

Pasear para conocer mejor a Pier Paolo Pasolini

A los cincuenta años de su asesinato, se publica esta biografía exhaustiva que, huyendo de los lugares comunes en torno a su muerte, nos presenta a un Pasolini complejo y polémico en un viaje que recorre desde sus primeros años friulanos hasta sus últimos años en Roma.

En este Making Of, Jordi Corominas explica cómo escribió Las muchas vidas de Pier Paolo Pasolini (Siglo XXI).

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Podría contaros infinitud de curiosidades sobre el proceso de elaboración de Las muchas vidas de Pier Paolo Pasolini, pero mi elección recae sobre una más bien poco recurrida y fundamental en mi metodología.

Para conocer a un personaje uno debe empaparse de sus lugares, pues mediante el reconocimiento de los espacios es más fácil comprender todas sus vicisitudes. A lo largo de mi existencia he cultivado una intensa relación con Pier Paolo Pasolini y he transitado por muchos de sus sitios de predilección y cotidianidad, aunque una cosa es acudir a los mismos desde el ocio y otra bien distinta visitarlos para perfeccionar una biografía.

"Dieciséis años más tarde, en marzo de 2022, reincidí, rehíce el camino y accedí al recinto tras coger una llave depositada junto a la reja de acceso"

Con anterioridad a este proceso sí acudí en dos ocasiones al Idroscalo de Ostia, escenario fatal de su asesinato la madrugada del 1 al 2 de noviembre de 1975, hace justo medio siglo. En 2006 era un chico ingenuo y muy emocionado al haber descubierto poco antes las ideas finales de nuestro protagonista, desde la homologación del mundo contemporáneo a sus advertencias en torno a la dificultad de identificar a los fascistas.

Esa tarde de julio, fotografiada en blanco y negro, pisé un descampado lleno de hierbajos amarillentos que rodeaban una estatua algo desvencijada. Dieciséis años más tarde, en marzo de 2022, reincidí, rehíce el camino y accedí al recinto tras coger una llave depositada junto a la reja de acceso. Lo marchito había cedido ante un verdor primaveral y la totalidad apabullaba, como si renaciera como el mundo tras la Pandemia.

Mural pasoliniano en Il Pigneto, Roma.

Casarsa della Delizia, diciembre 2024.

Sin embargo, esos viajes de Roma a su puerto, tan fúnebre en esta tesitura, eran de pura muerte y en mi biografía no quería imitar otras tantas que empiezan con tan abrupta conclusión, que determina todo el montaje del relato pasoliniano.

Mi intención, que creo haber cumplido, era plasmar todas las vidas del poliedro italiano, plagadas de aciertos y comprensibles contradicciones. Para ello me sumergí en muchas fuentes, pero las más bellas han sido las de pasear a su búsqueda.

En Roma lo hice en varias fases por motivos varios. Pasolini llegó a la Ciudad Eterna y su tío lo instaló en un piso de piazza Costagutti, en el límite del gueto, casi como si así se simbolizara su múltiple expulsión del Friuli, donde de ser héroe devino paria.

"Todas estas peripecias fueron muy importantes para configurar mejor el cuerpo de mi Pasolini romano, no muy conocido en nuestro país, empecinado en limitarlo al cine, cuando hizo mucho más"

Su siguiente destino capitalino fue en la extrema periferia de Ponte Mammolo, en la via Giovanni Tagliere, que fotografié tras un largo periplo, magnífico para entender cómo en 1951 residir en esas latitudes era no ser y obligarse a un sinfín de esfuerzos para alcanzar el centro, meca de sueños, contactos y aspiraciones.

No fue hasta 1954 cuando pudo abandonar ese margen junto al río y alquilar, junto a sus padres, un piso en Monteverde, base para algunas de sus novelas sobre los suburbios. Sin embargo, en todas estas idas y venidas romanas, el mayor impacto para con sus pisos fue comprobar cómo el último, sito en via Eufrate 9, era idéntico al de Ponte Mammolo, con la diferencia que ese suburbio era muy burgués y liquidaba marginación inicial, hasta gozar del privilegio del silencio desde el estatus.

Todas estas peripecias fueron muy importantes para configurar mejor el cuerpo de mi Pasolini romano, no muy conocido en nuestro país, empecinado en limitarlo al cine, cuando hizo mucho más. Para abrazar toda su complejidad es necesario escarbar en sus orígenes en Bolonia y el Friuli, sus centros de acción de 1922 a 1950, cuando emigró a la Urbe.

Via Nosadella 48, Bolonia, marzo 2025.

Tumba de Pier Paolo Pasolini en Casarsa della Delizia.

Bolonia fue su ciudad natal y vivió en dos casas, todas ellas desprovistas de los típicos arcos de este emblemático paraje. La primera es muy céntrica, no por posibilidades familiares, sino por la condición militar del padre. La segunda se halla alejada del meollo, diríase a pocos metros de quedar excluida del bullicio, algo lógico si se atiende que lo acogió junto a su amada madre en el limbo previo a un gran salto.

Este consistió en trasladarse durante la Segunda Guerra Mundial a Casarsa della Delizia, hoy en día un pueblo anclado en lo arcaico del agreste Friuli, clave para apuntalar la primera parte de Las muchas vidas de Pier Paolo Pasolini al haberme planteado abordar esta etapa inaugural con más precisión que muchos de mis precedentes.

Casarsa custodia la tumba del poeta, pero, sobre todo, es un museo al aire libre que desnuda una sencillez extraña, idónea para la calma y crecimiento de un creador, así como para cortarle las alas ante su conformismo provincial.

"Pasolini fue desterrado de ese paraíso inventado por él mismo tras el escándalo que sacó a la luz una diversidad por todos sabida. Sus enemigos lo celebraron y el pueblo lo demonizó, cuando antes lo santificaba"

Durante mis horas en sus calles no paraba de preguntarme cómo pudo aguantar siete años sin meditar ir más allá para honrar a su talento. Quizá el apego a lo materno era superior a otros anhelos, así como el amor a esa paz que convirtió en guerrera por su reivindicación de la lengua friuliana, los encuentros furtivos con adolescentes entre prados y el compromiso político con el Comunismo de la posguerra.

Pasolini fue desterrado de ese paraíso inventado por él mismo tras el escándalo que sacó a la luz una diversidad por todos sabida. Sus enemigos lo celebraron y el pueblo lo demonizó, cuando antes lo santificaba. Hoy reposa en su camposanto. En la estación de tren una policía me paró porque, según dijo, unos transeúntes me habían visto sacando fotos, lo que era extraño para sus parámetros de un día a día más que anodino.

La efeméride me hizo entender mejor a mi biografiado. Cada suela gastada en estos trayectos ha sido útil para aproximarme mejor a su personalidad en el reto de reflejarla por escrito. Al lector corresponde juzgar si logré lo pretendido.

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Autor: Jordi Corominas. Título: Las muchas vidas de Pier Paolo Pasolini. Editorial: Siglo XXI. Venta: Todos tus libros.

Jordi Corominas en el Idroscalo de Ostia, marzo 2022.

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