Vivir en tu invierno es el último poemario de Martín Lorenzo Paredes Aparicio, poeta jienense reconocido por una lírica que reivindica la intimidad, la cotidianidad y el arraigo familiar. La obra, dedicada a su esposa Natalia y a sus hijas Julia y Emma, indaga el amor, el cuidado y el paso del tiempo desde el verso libre y la imagen doméstica.
Zenda comparte cinco poemas de Vivir en tu invierno, publicado por Editorial Rilke.
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Camino
La primavera cruza las postrimerías del invierno y los vencejos
reniegan de su condición de emigrantes. Como todos los días,
desde aquellos de Lisboa, vas al hospital.
Los pasillos ya saben tu nombre y la luz filtrada por las
ventanas escolta la paciencia de tus ojos.
Vas contenta, con tu traje de enfermera.
La devoción al Dios, que tú admiras, empieza en la sala
de quimioterapia.
Los primeros pacientes del día se encomiendan a la habilidad
de tus manos y al consejo de la experiencia.
“No tengan miedo, todo va a salir bien. Pronto volverán a la
ternura de sus hogares. La llama de la victoria destruirá las
células del miedo”. Les dices.
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Natalia
Dejas atrás el aire de la noche.
Y hallas el límite en otro lugar.
Y los pasos que rompen invisibles
la quietud de la acera sin un alma.
Y sola con el viento que te empuja
llegas a descender por el sendero
para buscar la plaza donde existe
el sueño que al principio creías
que no era tuyo, o no quisiste vivirlo.
Ahora llega ya, sin importarle,
alguien con la noticia, con el nombre
que nunca deberías de saber.
Eres la luz, de las noches espejo.
Eres la nada, lo claro, la ausencia.
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IV
Cuando la guerra de Ucrania estalló,
yo estaba celebrando
el cumpleaños de mi hija.
La imagen de la llama de la lucha
se mezclaba en el cristal
de la mesa, con las velas.
La tarta, también, iba a explotar.
Pero, existe otro conflicto.
En la plaza de abajo,
reos de la belleza de las hojas,
malviven los otros,
esperando el nacimiento
del sol. Natalia acaba de descubrirlos.
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XVII
Antes, las noches eran invisibles.
Apenas, un ruido,
un murmullo.
Ahora, son coto privado
de las niñas.
Sus desvelos aciertan y te apresan.
Madrugadas sin dormir.
Y las calles, con sus cielos abiertos,
el secreto descubren
de tus pasos.
Y tu mañana empieza en una sala
de quimioterapia.
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XLIII
A mi hija de cuatro años
Acuérdate, Julia,
de la luz del
Mediterráneo.
Con dos años, ya lo habías visto.
Eras valiente, tocar siempre el mar
querías.
Todavía sigues haciéndolo.
Salvar vidas en el azul
es el hilo de tu destino.
Las primeras palabras de este poema
son muy ciertas.
Sin embargo, tus veranos son cuatro.
Sé que tu ventura
será entrar en el mar de tu infancia,
donde las olas
pronuncian con alegría tu nombre.
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Autor: Martín Lorenzo Paredes Aparicio. Título: Vivir en tu invierno. Editorial: Rilke.



Qué amplio es el mundo de la poesía y como me cuesta encontrarme en ella.
A veces pasa y lo disfruto.
Creo que estoy creciendo, al no comentar negativamente a un autor que quizás, haga el deleite a un lector que va por ahí “ojeando”.