El escritor mexicano Alberto Chimal, que expresa su preocupación por la inteligencia artificial y su influencia en la sociedad actual en su volumen de cuentos Las máquinas enfermas, considera que “la IA no es ni inteligente ni artificial”.
Chimal, que participa en el festival 42 de géneros fantásticos que se celebra en Barcelona, asegura que él no considera que la IA sea inteligente, pero “tampoco artificial, porque en algunos procesos está monitoreada por personas”. Aunque el mito es viejo, la sensación mundial que han provocado los modelos de inteligencia artificial generativa (ChatGPT, Gemini, Grok o cualquier otra) ha crecido gracias a las amenazas, no siempre veladas, que sus propios dueños o creadores han difundido a través de los medios, apunta Chimal. “Sus tecnologías son inevitables. Quien no se adapte y se someta a ellas, será arrastrado, borrado del mundo laboral y probablemente del mundo a secas. No hay forma de pararlas, nada será igual cuando se apoderen del mundo. Este es el próximo salto evolutivo de la conciencia en la Tierra”, dicen esos creadores.
El autor, que tampoco quiere parecer “ni catastrofista ni paranoico”, defiende que “no hay un determinismo para que el futuro deba suceder como las grandes corporaciones anticipan” y reclama que “Internet debería ser un servicio público, no debería estar controlado por compañías que nos hacen pagar en cada país”. De igual manera, añade, “debería haber modelos que no dependan del capricho corporativo de un dueño que quiere tener un billón de dólares o que quiere tener cien hijos para convertir la humanidad a su imagen y semejanza”.
Considera Chimal que “la explotación a través de la tecnología es hoy mucho más generalizada que en la época de la revolución industrial” y vincula ese control al capitalismo y a grandes compañías tecnológicas estadounidenses como NVIDIA, OpenAI o Microsoft. Para el escritor mexicano, “llamar a esos modelos “inteligencias” es una estratagema mercadotécnica, y ningún chatbot está realmente a la altura de esas expectativas”, pero admite que “el mito es fuerte, y muchas personas que no se han rendido a él de plano sí han abrazado las modas que se han creado a su alrededor”.
Los generadores de texto, imagen o sonido son, desgraciadamente, para muchas personas “sustitutos de la compañía humana, simplemente porque parece fácil y barato, y porque los seres humanos proyectamos nuestra humanidad en todo lo que nos rodea”. Sin embargo, advierte Chimal, ya hay casos de delirios religiosos, fugas psicóticas y hasta suicidios derivados del uso de tal o cual modelo generativo.
Todos los cuentos del volumen son pospandémicos, tanto por sus fechas de realización como porque responden a ese estado de crisis no reconocida que la humanidad ha vivido al menos desde 2021. El umbral entre experiencia vivida y experiencia imaginada es movedizo, igual que en la vida cotidiana: un cuento como “Habló por los profetas” podría suceder en la actualidad, y otros relatos exageran o amplifican las capacidades comprobadas de tecnología ya existente, como ocurre en “Incidentes fatales revelan inteligencias” o “En esta vida sobran cuerpos”, y algunos más llegan a extremos del desarrollo tecnológico, o de la vida en este planeta, que tal vez son imposibles.
El tema de las adicciones a la tecnología es un tema recurrente en los cuentos, una preocupación que Chimal confiesa que tiene desde antes de que existieran las redes sociales, y aún más desde la irrupción de la inteligencia artificial generativa de hoy.
Desde el tiempo de los blogs, que dominaron la comunicación por internet en los años dos mil, hemos podido ver muchos casos de distorsiones en el pensamiento humano que se producen cuando interactuamos de manera imprudente con una tecnología manipuladora.
En el cuento “Lili” una inteligencia artificial se reproduce y se propaga apoderándose de cuerpos humanos, borrando sus mentes y reemplazando en sus cerebros una copia de sí misma. “La premisa puede parecer absurda, pero actualmente ya hay comunidades marginales que fantasean con la posibilidad de la eliminación total por medio de la tecnología digital, un poco al estilo de los místicos de otras épocas”.




Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: