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Aprende a escribir con auténticos intelectuales: un manifiesto

Aprende a escribir con auténticos intelectuales: un manifiesto

Autodefinidos como intelectuales, varios actores, escritores y profesores universitarios —así como algún cantante— han lanzado un manifiesto donde piden la unidad de las izquierdas minoritarias de cara a las próximas elecciones del 23 de julio. Como mi vocación de ayuda es incalculable, paso a difundir este comunicado, pero con algunas notas y mejoras que podrían beneficiarlo.

Pueden leer el manifiesto completo, sin mi impertinente interrupción, aquí.

COMENTARIO DE TEXTO

Negras tormentas agitan los aires, (arriesgado plagio, el de un himno anarcosindicalista, pero escalofriantemente cursi…) nubes oscuras nos impiden ver, (¿ver qué, Júpiter? El fascismo está por todos lados, no dejamos de verlo) pero lo cierto es que la derecha y la ultraderecha están preparadas y listas (redundancia, muy militar: la derecha, la ultraderecha, preparadas, listas, ya) para asaltar y tomar las riendas del Gobierno del Estado (nota: es gente votando a la derecha y a la ultraderecha, no es como que vayan a entrar en el Congreso a tiros el 23 de Julio) y desde el Gobierno, iniciar la gran contrarreforma para anular toda la consolidación de derechos civiles y sociales impulsados por el Gobierno progresista de coalición (nota: mil violadores en la calle, malversación facilitada, sedición impune. Pero qué sabré yo).

A lo largo de la historia, las élites de la oligarquía (redundante: las élites o la oligarquía, “las élites de la oligarquía” es como decir “los pueblos del vulgo”, “las gentes de las personas”) siempre se han servido de las derechas y la ultraderecha (¿por qué no “las ultraderechas”?, ¿hay varias derechas y luego una única ultraderecha, monolítica y fiable? ¡Hacen de menos a Falange! Falange no es lo suficientemente ultraderecha) para impedir cambios que les supusiese (anacoluto: “supusiesen”, el sujeto es “cambios”, “impedir cambios que les supusiesen”) obstáculos (nota: es así como raro que los obstáculos “se supongan”, quizá todo: “las élites siempre se han servido de la derecha para impedir el cambio que obstaculizaría su onerosa acumulación de capital”) para garantizarse la acumulación de capital en poco tiempo a costa de un trabajo precario y mal pagado (redundancia: precario y mal pagado es lo mismo, aunque sería bonito saber de trabajos precarios donde ganas 10.000 euros al mes, ministro, quizá). Esas élites no dudaron es (vale, se trata de una errata: sería “en”, pero dejar pasar una errata entre 307 palabras de un pomposo “manifiesto” de difusión nacional firmado por 50 o 60 intelectuales es, como mínimo, cochambrosamente intelectual) su momento en alentar un golpe de Estado contra el Gobierno constitucional de la República (la historia no es mi fuerte, pero creo que fue una guerra civil) y hoy están dispuestas a apoyar, con todos sus medios a su alcance (cacofonía: “sus medios”/“su alcance”, obligado: “con todos los medios a su alcance”), políticos, sociales y mediáticos, un cambio de gobierno de la mano del PP y Vox (impreciso: “un gobierno de PP y Vox”, de la mano de PP y Vox no llegaría un gobierno abstracto, sino, ciertamente, de PP y Vox, ya ves).

Ante ese escenario, los y las abajo firmantes (nota: ay), personas comprometidas con las ideas, valores y cultura de la izquierda (nota: jaja), muchas de ellas luchadoras (el sujeto sigue siendo “los y las abajo firmantes”, de modo que debería encadenarse así: “muchos y muchas de ellos y de ellas luchadores y luchadoras”) por la libertad en tiempos de la dictadura (nota: tres “intelectuales” encabezan, según el titular de El diario, las firmas de este texto: nacieron, respectivamente, en el año 2000, 1963 y 1975; la dictadura acabó en 1975, lucharon contra ella con 12 años, 0 años y -25 años, respectivamente), consideran imprescindible la unidad política, social y cultural (fanfarria trifásica: “política”, mmm, queda corto, pon “social” también; y, venga, “cultural”; ¿qué es la unidad cultural?) de toda la izquierda que pretende una transformación de la sociedad y del Estado para garantizar la igualdad y la justicia social para todas las personas (pompa, pompa, más pompa; piedad con el bombo del vacío, amigos).

El proyecto Sumar es un avance muy importante (nota: es lo de siempre) para aunar a todas las organizaciones políticas, sociales y culturales (ya digo: lo de siempre) y también a personas no organizadas (¿cómo es una persona no organizada?, ¿llega siempre tarde?: “persona sin vinculación con una organización”, tal vez) en torno a un programa que comprometa una acción política, social e institucional (tres eran tres) para garantizar seguir avanzando (tres verbos seguidos no los ponía yo ni a los 9 años en el colegio de mi pueblo cuando tocaba redacción sobre la primavera) en políticas que garanticen el bienestar de la mayoría social.

En ese sentido, asistimos con preocupación que, al día de hoy la unidad no se haya encauzado, (aquelarre sintáctico, leamos otra vez: “En ese sentido, asistimos con preocupación que”, ¿”que”?, ¿qué de “que”?, sigue: “que, al día de hoy la unidad no se haya encauzado”; “al día de hoy” no sé si es castellano (a día de hoy), pero iría entre comas, “que, al día de hoy, la unidad…”; sigue: “la unidad no se haya encauzado”, ¿la unidad se encauza?) al considerar que es imprescindible (¿no se ha “encauzado” / “la unidad” al considerar que nosequé es imprescindible o es que ese nosequé, que es imprescindible, hace que “asistamos con preocupación”?) que toda la izquierda, a la izquierda del PSOE, comparezca unida en las próximas elecciones generales (nosequé = la unidad de la izquierda a la izquierda del PSOE. Nota: Sumar obtendrá menos votos si integra Podemos que si concurre sin Podemos, pero, nuevamente, qué sabré yo).

Apelamos a las organizaciones de la izquierda a que, mediante el diálogo fraterno, trabajen por el objetivo (no se trabaja “por” un objetivo, sino en “en pos de” o “con” un objetivo) irrenunciable de la unidad. Las diferencias de criterio deben ser resueltas empleando el tiempo necesario y discreción (¿y el artículo?: “las diferencias de criterio deben ser resueltas empleando el tiempo que sea necesario y la discreción debida, hasta conseguir la unidad”) hasta conseguir esa unidad.

En la fragmentación de las fuerzas de izquierda radica la fortaleza de nuestros adversarios y nuestra propia debilidad. (Nota: Ser incapaz de escribir correctamente 307 palabras seguidas en castellano es la otra debilidad, por no hablar del cuajo que hay que tener para firmarlas.)

Cuando un país se corrompe, lo primero que se corrompe es su sintaxis”, Octavio Paz.

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Mabjath
Mabjath
9 meses hace

Y tenga en cuenta el estribillo de la canción elegida: “a las mariscadas, a las mariscadas “

Aciex
Aciex
9 meses hace

¡Que le corten la cabeza! dirán las Reinas Rojas.

Yemila
Yemila
9 meses hace
Responder a  Aciex

Mi madre dice que tonto es el que dice tonterías

Ricarrob
Ricarrob
9 meses hace

La autodefinición siempre implica no pertenencia.

Con esta acotación, se pude definir este artículo como el «quevaaser». ¡Qué va a ser de nuestros vestiditos de Prada, nuestros bolsos de mil euros, nuestros viajecitos a la capital del imperio capitalista, nuestros chóferes, cocineros, cuidadoras de nuestros niños, guardaespaldas, nuestros casoplones y demás! ¿Qué va a ser? Qué injusta es la vida y qué fachas todos los que nos impiden seguir con las mamandurrias. ¡Vivir a costa del pueblo es nuesto destino, está escrito en El Capital (aunque no lo hayamos leído)!

¡¡¡Quevaaser!!!

Manu
Manu
9 meses hace

Es un manifiesto grotesco y para colmo mal escrito. Sus firmantes son todos gente del Partido Comunista que no se atreven a mostrarse como son. Con el gobierno «progresista» (eufemismo por socialcomunista) tenemos la tasa de pobreza más alta de la historia de la democracia. Nunca se han dado tantas colas del hambre en España. Y nunca ha habido un gobierno tan autoritario y extremista como el del bananero autócrata Sanchez

David
David
8 meses hace
Responder a  Manu

¿Cuantas empresas han sido nacionalizadas por el Gobierno social comunista? ¿Donde están los soviets y las tierras colectivizadas?
España es un país capitalista que pertenece a una Unión Europea capitalista, títere de un imperio (EEUU) capitalista y miembro de una organización militar (OTAN) capitalista.
Así que las colas del hambre, aquí, las genera el sístema capitalista. Los que tienen a las personas trabajando 12 horas por 800 euros con contratos fraudulentos no es el gobierno son los patrones.
Pretender solucionar los problemas generados por el capitalismo con más capitalismo es como intentar apagar un fuego con gasolina.

Paula
Paula
9 meses hace

Este tipo de movimientos no se define a sí mismo en torno a objetivos concretos, sino por oposición a otros movimientos o agrupaciones. No trabajan en pos del bien común sino «en contra» de determinados sectores. Claro que es más fácil destruir (adversarios) que construir (algo positivo para la sociedad en su conjunto).

Unleyente
Unleyente
9 meses hace

Me recordó este artículo a otros de cierto boletín feroz que llegaba a las casas, grapado y muy mal maquetado, por suscripción. Sus análisis de ciertas obras literarias y de ciertos autores eran el sueño húmedo de cualquier aprendiz literario. La Fiera Literaria era…

Raoul
Raoul
9 meses hace

Magnífico análisis. Lo de la imprescindible unidad cultural, sobre todo en boca de ciertas lumbreras, ¿no da un poco de miedo?

David Villar Cembellín
David Villar Cembellín
9 meses hace

«Las élites de la oligarquía» es evidente que es un pleonasmo, pero el autor está más preocupado de atizar y proclamar su discurso neoliberal (inolvidable su perorata contra las bibliotecas públicas) que en realizar un verdadero «comentario de texto» (pregonado en el encabezado y que nunca llega).

Qué pena los editoriales de caspa y sarro que tienen que escribir algunos para que, a cambio, las editoriales les hagan caso.

Marca España.

David
David
8 meses hace

Fuen un golpe de estado que desembocó en una guerra civil.