Con motivo de los diferentes encuentros anuales que la asociación Tintincat llevaba a término por territorio catalán, mediante acuerdos con los distintos consistorios y ayuntamientos para llevar a cabo dichas jornadas, una de las actividades a realizar se formalizaba con la puesta en escena y exposición de distintas colecciones privadas que cedían algunos socios de dicha entidad.
En dichos escaparates —nueve en total—, y de la mano de la interiorista señorita Corominola, se pudo escenificar todo un mundo dispar de objetos alejados del mundo del papel. Todos ellos en 3D, evocando distintos escenarios transcurridos en los libros de Tintín. Temas como la fox-terrier llamada Milú, medios de transporte, atuendos de Tintín, etc., fueron reflejados y expuestos en dichos escaparates. El montaje de la misma fue llevado a cabo por Mª Carmen y la señorita Corominola. Mi asistencia tuvo que esperar al fin de semana posterior a su inauguración, por temas laborales.
Dicha exposición fue muy promocionada, hasta el punto de que un programa televisivo llamado España en directo se interesó para poder realizar un reportaje del mismo. No se llevó a cabo dada la poca luminosidad que ofrecía el pasillo donde se encontraban los escaparates, y también la lluvia casi torrencial que se perpetró el día de la conexión en la ciudad de Sabadell.
Pero, ¡cómo son las cosas! Nosotros en esos años no éramos conscientes de la importancia que tenían los derechos de autor, ni la existencia tan siquiera de herederos de los mismos que propiciaran su custodia, y por contra, en dicha exposición se mezclaban todo tipo de objetos, algunos bajo licencia de Moulinsart y otros más ilegales y piratas que el de la canción de Joaquín Sabina.
De tal manera que suerte tuvimos en que se alinearan los astros a nuestro favor. Dada la visualización y transcendencia internacional que tenía el programa televisivo comentado, nos hubiera puesto en el centro de la diana con la que practicar sus amenazas y visceralidades el departamento jurídico de Moulinsart. ¡Suerte tuvimos: nos podrían haber caído encima las siete plagas de Egipto!
Al cabo de unos días nos desplazamos a dicho espacio para ser entrevistados por el periodista local del Diari de Sabadell, Víctor Colomer, y de paso contemplar personalmente y por primera vez el resultado de dicha exposición, intuyendo el interés de los visitantes que se acercaban, muchos de ellos curioseando y embobados delante de unos elementos nada frecuentes en los escaparates de un banco. Mientras que dichos curiosos disfrutaban de lo que se mostraba más allá de los cristales, nosotros, conocedores del material expuesto, quedamos perplejos comprobando la imagen borrosa que se reflejaba en los cristales de dicha muestra a la altura no más de 50 centímetros. Dicha imagen opaca, grasienta, pegajosa, no era otra cosa que las huellas de dedos, manos, narices, mejillas, de una cantidad incontable de niños que quedaban extasiados en los vidrios de dichos escaparates. Tenemos que pensar que las actividades escolares de dichos niños fuera de su recinto son frecuentes, y con motivos culturales como el expuesto, no hay excusa para no marcar un día en el calendario y sacarlos a pasear al encuentro de dichas maravillas tintinescas.
La sensación del deber cumplido, ante dichos vidrios mugrientos, fue motivo nada desdeñable de felicidad y regocijo, ya que como integrantes de Tintincat, entendiendo que uno de los objetivos de dicha entidad es el de promover y divulgar entre los más infantes la lectura de esta obra gráfica, tenga por finalidad el que les sea de ayuda a transcurrir por un futuro inminente que se les presentará en un abrir y cerrar de ojos.
Eran buenos tiempos, y debo señalar que el encuentro tintinesco celebrado en Sabadell fue todo un éxito de participación y público, mediante gran cantidad de actividades lúdicas y una capacidad de difusión considerable, adquiriendo por parte de todos sus organizadores un alto compromiso social a desarrollar. Existe un núcleo de ciudadanos tintinescos muy potentes con personas culturalmente muy eficaces y reconocidas como son Antoni Dalmases, Rafel Sabater, Víctor Colomer, etc.
Por otro lado, en Sabadell, reconocimiento y respeto a dos equipos de fútbol-sala llamados Syldavia y Borduria, los cuales se baten deportivamente cada sábado por la mañana desde hace cincuenta años. Hoy en día, al margen de ser uno de los fundadores de dichas formaciones futboleras, Antoni Ramoneda, el cual sigue compitiendo, la mayor parte de jugadores son nietos de los que dieron luz a dicha contienda deportiva semanal. Todo un alarde de compromiso y fidelidad entre dos formaciones balompédicas que representan a dos países cuya rivalidad política y fronteriza es conocida y manifiesta por todos los aficionados de Tintín.
Si hubiera que poner algún punto de controversia serían los comentarios del antiguo presidente de Tintincat, quejándose de que la asociación en ningún momento tuvo la posibilidad de administrar las aportaciones económicas que los patrocinadores habían destinado para sufragar el gasto que suponían las distintas actividades realizadas al entorno de la “Trobada Tintinaira”, la cual se realizó en los jardines de la antigua Caixa de Sabadell.
Hablando de Antoni Dalmases, no puedo dejar de mencionar una de las frases que en esos días de efervescencia tintiniana más me gustó: “No se puede imaginar el personal la emoción que a uno le embarga al encontrarte con las migajas de tus meriendas infantiles al abrir un libro de Tintín”. Personalmente me pareció una descripción del momento en sí magistral. Todo un homenaje a los bocadillos que nos preparaban las madres, en mi caso de pan con mantequilla y azúcar, en aquellas tardes plomizas de invierno.
Nuestra aportación a tal encuentro tintinesco también contó con el montaje de un stand de compra-venta de producto, en el cual dimos rienda suelta a todo un conjunto de artículos coleccionables de Tintín para todos los gustos y bolsillos. Como anécdota explicaré que nada más abrir el recinto donde estábamos situados los paradistas, se me presentó en el stand el periodista Jordi Tardà y al ver a la venta cinco latas de galletas Delacre vacías, pero hermosamente serigrafiadas con la temática del libro El Loto Azul, me preguntó:
—¿Cuánto valen?
—20 euros la unidad —respondí.
—Pónmelas todas, que me las llevo —me soltó.
—¡Ostras! Me dejas sin género —le contesté.
Y me dice:
—Perdona, ¿no te las pago?
Ante la contundente evidencia me tuve que callar, prepararle una bolsa con dichas cajas, cobrarle y agradecerle la compra efectuada.
ENCUENTRO TINTINESCO EN FIGUERES (2007) Y MATARÓ (2008)
Al año siguiente tuvo lugar el Encuentro en la ciudad de Figueres, auspiciado por el directivo Joan Manuel Soldevilla. En dicha celebración nuestra aportación fue escasa. Aprovechamos unas vestimentas tintinescas que habíamos usado y estrenado en la población francesa de Chabeuil para disfrazarnos y así ofrecer una presencia colorida a dicho evento, siendo Mª. Carmen la que se vistió de Castafiore con traje operístico, acompañada por su amiga Mercè con el atuendo de Irma. Y mi persona vestida de Chiquito, acompañado de mi amigo Jordi disfrazado de Ramón Zárate.
Pasado dicho encuentro y dicho año, nos adentramos en el 2008, con la opción de llevar el encuentro tintinero a la ciudad de Mataró. Dicha ciudad también se inmiscuyó firmemente con dicha celebración, y de la mano del socio organizador Joaquim Martorell se llevaron a cabo unas jornadas muy lucidas.
Por mediación de Caixa Laietana, mentor y promotor de dichas jornadas, se nos propuso de nuevo nuestra participación directa mediante la puesta en escena de una exposición de objetos tintinescos en una sala especializada para tal certamen, propiedad de la misma entidad bancaria. A cambio de llevar a cabo dicha exposición, la asociación una vez más ingresaría en sus arcas una cantidad considerable de dinero. Su inauguración contó con innumerables “tintinaires” asociados a Tintincat y con la presencia y parlamento del alcalde de Mataró.
Delante de nuestra decisión afirmativa de llevarla a cabo, otro socio coleccionista de Tintincat, con domicilio en una población próxima a Mataró, nos pidió poder exponer conjuntamente mediante la cesión de unos cuantos objetos de su propiedad, petición a la cual accedimos sin dudarlo dada nuestra nula intención de acaparar ni protagonismo ni exclusividad. Nada más lejos de nuestras pretensiones.
Lamentablemente, pasados unos años, y con motivo de habernos convertido en comerciantes de producto Tintín, nuestras relaciones se enfriaron, y finalmente su ausencia y distancia hacia nosotros como aficionado tintinero se materializó. Fue uno de tantos boicots sufridos a partir de inaugurar nuestra tienda tintinesca, lo cual, como veremos, molestó a más de uno.
Al igual que en Sabadell, la exposición de Mataró fue todo un éxito. Estaba ubicada en una sala cerrada al público, la cual se abría en horario de mañana y tarde mediante vigilancia privada, y se contabilizaba mediante un contador de asistencias la cantidad de personas que entraban en dicha sala. Recuerdo que el primer día que se mantuvo abierta, después de la noche de inauguración, al final de la jornada y preguntados por la afluencia de público a los responsables del contador numérico, éste ofrecía la cifra nada desdeñable de 934 personas en dicha sala. Las 19 h. fue el momento de más afluencia, con un total de 86 personas.
Toda esta cantidad de interesados en los eventos programados fue el resultado de una gran política municipal y consistorial de carácter divulgativo y de difusión, apareciendo dicho encuentro publicitado en gran número de prensa escrita y llegando a cubrir entrevistas radiofónicas en las cadenas autóctonas de la ciudad.
Siendo ciudad natal y morada de Jordi Tardà, siempre nos pareció y nos sigue pareciendo muy extraña su nula presencia en los actos tintinescos realizados en esta localidad.
Pasado el tiempo, una vez fallecido, y habiéndome relacionado profesionalmente con su esposa, Romy Masferrer, el amor que Jordi le tenía a la obra gráfica de Hergé era incondicional y palmario. Me explicaba su esposa que siendo niño, como alumno del Colegio Maristas Valldemía de Mataró, invitaba a sus amigos de clase a merendar a su casa mientras se deleitaban leyendo los libros de las aventuras de Tintín.
Sin embargo, durante las actividades llevadas a cabo por Tintincat en su ciudad, en ningún momento hizo acto de presencia, y según tengo entendido tampoco se le hizo ninguna propuesta por parte de la entidad organizadora. Es posible que su actitud, ciertamente altiva y arrogante con respecto a los demás asociados, hiciera conveniente su nula presencia, todo para no sufrir el acaparamiento y protagonismo excluyente con el que en más de una ocasión había tratado a más de un miembro de la entidad.
La exposición permaneció abierta más de veinte días, y el encuentro tintinesco que se llevó a cabo se celebró el domingo 26 de octubre del 2008. En dicha jornada festiva, Mª Carmen, yo y mis amigos Jordi y Mercè, acompañados por Toni Argilés, nos volvimos a disfrazar para la ocasión de distintos personajes de la literatura tintinesca. Mª Carmen vestida de Pegui (esposa del general Alcázar) con puro habano en mano, Mercè de Nuchka (El lago de los tiburones), Toni de explorador Ridgewell (La oreja rota), Jordi de Rackham el Rojo y yo, habiéndome dejado crecer mi barba natural y escondiendo sus canas con tinte negro azabache, del caballero Francisco de Hadoque. Todo un toque de distinción en una celebración de lo más lucida y divertida que se llevó a cabo en la Plaza Santa Anna de Mataró.
Como puede apreciar el lector, en Cantonet siempre dispuestos a divertirnos y a hacer agradable cualquier certamen tintinesco que se acontezca.
He explicado mi versión acerca de las exposiciones de Sabadell y Mataró, dejando para la próxima entrega otras exposiciones tanto o más lucidas que las comentadas, ya que por suerte, andando nuestro camino… ¡siempre nos quedará Tintín!





Muy chevere Enric.
Enhorabuena.
En eso estamos, mi querido Juanma.
Con las exposiciones
Remataremos con el próximo artículo !