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Cerdita, la gran película de terror española que mezcla bullying con La matanza de Texas

Cerdita, la gran película de terror española que mezcla bullying con La matanza de Texas

Como un soplo de aire fresco, Cerdita es una de esas películas capaces de hacerse un todo en uno, de aunar las necesidades del cine de género de terror con otro tipo de crudeza, la que se desprende de un cine con una notable faceta de retrato social (aunque ambas a menudo pueden ser complementarias) y, a la vez, hacerlo con la heterogeneidad que da maridar dos géneros amigos como la comedia y el horror, las risas con arrebatos de violencia slasher, con una solidez inusitada. Pero también, si somos amigos de la geopolítica, de reflejar con autenticidad un carácter marcadamente autóctono, cañí, y a la vez, de resultar identificable como interpretación del folk horror USA con esa referencia confesa de La matanza de Texas, reconocida abiertamente por sus responsables.

"Cerdita, la película, destaca por su imprevisible desarrollo y la ambigüedad de las decisiones morales que debe enfrentar su protagonista"

No es poca cosa para la adaptación de un cortometraje al formato grande, y no es tampoco poca cosa para la debutante en el largometraje Carlota Pereda, que toma su historia original y la amplía más allá de 90 minutos sin que ni siquiera se note que la historia original acababa casi donde esta empieza. Al contrario: Cerdita, la película, destaca por su imprevisible desarrollo y la ambigüedad de las decisiones morales que debe enfrentar su protagonista, Sara (Laura Galán), una scream queen que, sin paternalismo ninguno, merece un puesto notable en la galería de heroínas del género que, ojo a esto, compartió con la icónica Jamie Lee Curtis el estreno de Halloween: El final el mismo día, a la misma hora, al menos aquí en España.

Efectivamente, Cerdita mete un trágico tema de siempre que resulta que ahora es de agenda, el bullying y los abusos, la dictadura de los cuerpos normativos, y algunos dirían que hasta el machismo. Pocos, quizá, han señalado lo afortunado del retrato de ese silencioso psicópata que hace Richard Holmes, que parece haber llegado al pueblo en una de esas inmortales Citroën C-15 (si buscan objetos arquetípicos de la piel de toro, uno podría ser este) decidido a ajustar cuentas con el pasado… o quizá como una fuerza de la naturaleza que pondría al límite a la protagonista. Algo no muy diferente a Michael Myers, solo que esta vez a rostro descubierto.

"Todo lo que cuenta Cerdita lo incorpora a un tren en marcha de peripecias, escaramuzas y asesinatos que no escamotea al espectador momentos de impagable belleza"

La película refleja bien el trauma de la gordura, con imágenes de una espectacular franqueza y un extraordinario control de la cómica incomodidad del mal trago que atraviesa la pobre Sara. Pero también lo hace bien con esa España rural entre cómica y negra, entrañable y arisca y definitivamente reconocible que sirve de contexto y escenario a todos los razonamientos de la directora. Pereda revela, además, ser una buena conocedora del cine de terror: todo lo que cuenta Cerdita lo incorpora a un tren en marcha de peripecias, escaramuzas y asesinatos que no escamotea al espectador momentos de impagable belleza: ese amor que se sella entre Sara y el desconocido bajo unos fuegos artificiales (no del 4 de julio), las gotas de sangre que revelan fuera de cuadro dónde podría haber ido a parar un disparo perdido de uno de los protagonistas, y un buen equilibrio entre efectismo y elegancia, solo que una que hay que saber percibir entre la mugre.

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