Del amor romántico a la pérdida de los sueños

La escritora mexicana Laura Baeza nos lanza en esta nueva novela a un viaje por las contradicciones de la adolescencia en un país en el que la violencia feminicida es casi el pan de cada día. Una historia compleja sobre un grupo de púberes cautivo en una casona de los márgenes de la ciudad.

En este making of Laura Baeza explica cómo escribió El lugar de la herida (Alfaguara).

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Escribir El lugar de la herida (Alfaguara, 2025) no fue sencillo por varios motivos. El primero, porque esta novela que va sobre el enamoramiento, la adolescencia y sus peligros, la maternidad y, principalmente, el secuestro de adolescentes para fines de explotación sexual, no es algo que me haya sucedido y no por eso deja de parecerme importante, necesario para discutir. Aquí hay una realidad tan común como inhumana: la desaparición de Lucero y Nancy, dos chicas del último año de secundaria; la primera viene de un contexto familiar muy complicado, de abandono y necesidad, y la segunda es la hija única de un matrimonio con padres que la adoran y están al pendiente de ella, en apariencia. Al empezar a escribir surgió una de mis revelaciones personales y de creación: no todos somos iguales ante la desgracia. La historia es narrada por Lucero, una de las chicas sustraídas, y por Dolores, la madre de Nancy, quien hace lo posible para hallar a su hija, pero ¿y Lucero? ¿A las adolescentes como ella quién las busca?

Por medio de una investigación que realicé en notas de prensa, sitios de internet, videos de testimonios de familiares de adolescentes y mujeres desaparecidas, datos oficiales, estadísticas, libros e incluso material académico vi ese panorama desolador, el de la pérdida en un país donde nada de esto es historia, sino el día a día. Por desgracia, en México en el 2024, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) se llegó a la cifra más alta de personas desaparecidas, un total de 31,083, de las cuales un buen porcentaje corresponde a mujeres entre los 15 y 19 años. Las desapariciones crecen, pero desde que yo era adolescente, hace más de veinte años, se oía sobre personas que robaban niños. Conforme crecí, comprendí que no únicamente eran niños, porque ser mujer también es un riesgo, el peligro latente de que alguien siga tus pasos.

La historia de Nancy y Lucero está ambientada a inicios de la década del 2000, en una ciudad muy pequeña en el centro de mi país, en el estado de Tlaxcala, porque en esa época, mientras unas jugábamos a imitar a nuestras cantantes favoritas y ver el conteo de éxitos en MTV, otras chicas no regresaban a su casa, y entonces iniciaba el peregrinaje de sus familiares, el ir y venir de un lado a otro intentando que las autoridades les hicieran caso, la tristeza y en algunos casos la resignación, pero nunca la pérdida de la esperanza. En El lugar de la herida hablo del amor romántico, aquel del que casi nadie nos advirtió a las adolescentes de hace veinte años, del que muchas salimos ilesas y otras no, como Lucero y Nancy. Beto, ese muchacho atractivo que se pasea en motocicleta delante de la escuela secundaria, es el sueño de más de una, un sueño que poco a poco se revelará como la peor pesadilla y el punto de inflexión en la vida de las adolescentes.

¿Por qué escribir una historia más acerca de violencia y dolor? Porque lo que no se escribe se olvida o, quizás peor, se convierte en un hecho indiferente, y la literatura de ficción nos da la oportunidad de imaginar finales más luminosos, aquellos donde siga existiendo un poco de empatía.

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Autora: Laura Baeza. Título: El lugar de la herida. Editorial: Alfaguara. Venta: Todostuslibros