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¿Eres estúpido?

La estupidez es más misteriosa que la maldad, la envidia o el abuso. Todos hemos deseado alguna vez la infelicidad, el fracaso, la derrota de otra persona. Ver a otro caer, o propiciar su caída, nos ayuda a sobrellevar nuestro miedo, nuestra insignificancia, nuestro fracaso. Se puede entender al abusador que se aprovecha de otra persona para obtener un beneficio, y el corrupto nos cae bien, envidiamos su falta de escrúpulos para llevarse el trozo más grande del pastel, o el pastel entero.

Pero las personas estúpidas son un enigma. ¿Por qué tienen un comportamiento que les perjudica y perjudica a quienes les rodean? ¿Por qué perseveran en el error? ¿Por qué no puedo vencer en un debate a un estúpido si la lógica está de mi parte?

Estas preguntas, y algunas más, se plantean en esta comedia estructurada en cinco escenas independientes, unidas por las intervenciones de un Profesor, que nos expone las ideas del ensayo Las leyes fundamentales de la estupidez humana, de Carlo Maria Cipolla. Este profesor de historia económica clasificó las interacciones humanas en cuatro apartados dependiendo de si “tú” ganas o pierdes y “el otro” gana o pierde. En un extremo de la clasificación están las relaciones inteligentes: tú ganas y el otro gana; en el extremo opuesto están las relaciones estúpidas: tú pierdes y el otro pierde. Este último cuadrante, donde somos infelices y hacemos infelices a los demás, se vive frecuentemente en pareja.

Marga: ¿Y por qué quieres volver?

Antonio: Porque te quiero.

Marga: ¿Aunque nuestra vida de pareja sea un infierno?

Antonio: Es el infierno que conozco y no lo cambio por ninguno.

Marga: ¿Desde cuando eres tan profundo?

Antonio: Esto no es profundo, es una puta mierda.

La espiral de la estupidez atrapa a los personajes como la gravedad de un agujero negro. Ellos se hunden cada vez más en lo irracional, lo necio, lo irresponsable, y los lectores disfrutamos del placer de ver las acciones de la gente estúpida sin tener que sufrir las consecuencias de sus actos.

"¿Será que la estupidez es contagiosa? ¿Deberían enseñarnos en la escuela a defendernos de la estupidez?"

Se muestra el comportamiento de los estúpidos, y también el de los incautos o inocentes, aquellos que no reaccionan adecuadamente ante la estupidez. ¿Quién cede terreno ante un estúpido es también un estúpido? ¿Será que la estupidez es contagiosa? ¿Deberían enseñarnos en la escuela a defendernos de la estupidez? Escenas familiares o laborales nos muestran lo difícil que es escapar a las acciones de los estúpidos; da igual que la razón esté de nuestro lado, porque ellos están acorazados contra la inteligencia. “La estupidez es una roca inexpugnable: todo lo que se da contra ella se despedaza”, nos dice el profesor, citando a Flaubert.

El clímax de la función llega en la última escena, en la que dos “superestúpidos” tienen un accidente en una rotonda. El choque exacerba el lado estúpido, y lo que se podía haber resuelto sin grandes daños acaba teniendo consecuencias mortales. La risa de ver a dos “superestúpidos” en acción se nos congela cuando recordamos que ganar debates gritando más fuerte, apagar fuegos arrojando gasolina, o solucionar guerras enviando armas son comportamientos que vemos cada día.

Toda esta reseña está escrita suponiendo que yo no soy un estúpido, pero una condición de la estupidez es que no se reconoce a sí misma. Según dice el profesor, una de cada siete personas es estúpida. Así que no le hagan mucho caso a lo que acaban de leer. Hay un catorce por ciento de posibilidades de que lo haya escrito un estúpido.

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Autora: Daniela Fejerman. Título: Gente estúpida. Editorial: Ediciones Antígona. Venta: Todostuslibros.

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