A la hora de escribir un libro, el trabajo de los novelistas históricos quizá sea uno de los más difíciles dentro del mundo de la creación literaria, pues se enfrenta a varias dificultades propias del género. En primer lugar, el autor puede encontrarse con que el lector ya conozca el hecho histórico y el desenlace de la historia que está contando. En segundo lugar, ese lector puede también conocer con detalle a los protagonistas y el contexto en el que se desarrollan los acontecimientos.
Además, el escritor no debe olvidar que ha de conquistar el reconocimiento y la confianza del lector; para lograrlo, le es indispensable la rigurosidad, pues solo así su prestigio permanecerá intacto y a salvo de menoscabo.
En la actualidad, la novela histórica goza de gran aceptación y reconocimiento por parte del público, principalmente gracias al rigor con que muchos autores del género abordan la construcción de sus relatos. Con cada nuevo título publicado, observamos cómo numerosos escritores logran superar con éxito el escrutinio del mercado literario, obteniendo ventas, fama y prestigio.
En este último trimestre del año ha visto la luz la más reciente publicación de uno de los grandes nombres de la novela histórica ambientada en el mundo romano: el catedrático de la Universidad Jaime I y escritor Santiago Posteguillo (Valencia, 1967), cuya obra —traducida a decenas de idiomas y con millones de lectores— se ha convertido en un fenómeno literario. Su nuevo libro lleva por título Los tres mundos.
Posteguillo, tras narrar las biografías noveladas de Publio Cornelio Escipión “El Africano” —en tres intensos volúmenes—, del emperador Trajano —en otros tres excepcionales tomos— y de Julia —galardonada con el premio Planeta y desarrollada en dos partes—, ha decidido acometer el reto más ambicioso de su carrera: relatar, en seis volúmenes (va por el tercero), la vida personal, política y militar de Cayo Julio César. En esta nueva entrega, el escritor aborda la ocupación, conquista y pacificación de la Galia, hasta el momento previo a la gran rebelión de los pueblos galos encabezados por Vercingétorix.
El periodo histórico que abarca la novela —los años 58 a.C. a 53 a.C.— fue decisivo para forjar la figura de César, quien terminó convirtiéndose, posiblemente, en uno de los tres personajes más influyentes de la historia de la humanidad. En la conquista de la Galia tomó decisiones que cambiaron su vida y el curso del mundo. Resoluciones meditadas que lo transformaron y le hicieron inmortal.
En estos tres primeros volúmenes, Posteguillo logra, mediante descripciones minuciosas, que asistamos a un intenso monólogo interior de César, a medio camino entre la confesión y la memoria. Este recurso actúa como eje biográfico y moral del relato, alejando al personaje de los estigmas de la petulancia y mostrando a un hombre honesto consigo mismo, orgulloso de su palabra, intuitivo e inteligente.
En mi opinión, ningún novelista ha sido capaz, como Posteguillo, de narrar el mundo de Roma con tanta claridad, brillantez y emoción; no importa que sea la alta política o las campañas militares: cualquier tema de esa época lo convierte en una lectura tan entretenida como adictiva e impactante. Con su prosa, logra dotar de emoción a temas tan áridos como las maniobras políticas o la táctica bélica, hasta hacer que cada lucha se convierta en un episodio vibrante y apasionante.
En Los tres mundos el autor humaniza a sus personajes, los desnuda ante el lector mostrando sus sentimientos, miserias y grandezas, y describe con gran maestría cómo sus instintos, ávidos de poder, riqueza y gloria, mueven sus acciones.
Como lector, debo reconocer que disfruto enormemente con los recursos narrativos que emplea Posteguillo: no solo por las historias que cuenta, sino también por el modo en que las cuenta. En sus libros encontramos una literatura que ha conquistado el respeto y el consenso de los lectores, del mundo literario y del ámbito académico.
Sin lugar a dudas, Posteguillo ha sabido convertir la historia en una herramienta de comprensión del ser humano y su entorno. Su prosa conjuga belleza formal, rigor conceptual y profundidad ética, proyectando una visión del mundo en la que conocimiento, lectura e historia forman un tríptico inseparable.
En Los tres mundos —la Galia, Roma y Egipto— narra los acontecimientos de esos años en tres escenarios interconectados, donde lo que ocurre en uno repercute inevitablemente en los otros dos.
Las obras de Santiago Posteguillo destilan conocimiento, rigor, entretenimiento y calidad; motivos más que suficientes para recomendar no solo su última novela, sino toda su producción literaria.
No puedo cerrar este comentario sin mencionar un delicioso cameo que el autor incluye en la novela. En una de las escenas aparece un galo corpulento, de fuerza descomunal, que defiende con valentía a su inseparable compañero frente a un grupo de legionarios y a su procónsul, César. El compañero es un pequeño y ágil galo con casco alado; a ambos les sigue de un diminuto perro. Cuando los descubrí no pude evitar sonreír; al fin y al cabo, mi fascinación por el mundo romano comenzó, entre otros personajes, precisamente con ellos.
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Autor: Santiago Posteguillo. Título: Los tres mundos. Editorial: Ediciones B. Venta: Todos tus libros.


Nuestro amigo Ramón Villa lo ha vuelto a hacer… Ha sido delicioso volver a leerte, compañero! Reconozco que esta vez esperaba con muchas ganas este artículo, dado que Santiago Posteguillo es uno de mis autores favoritos. No es esta la primera vez que subrayo al valenciano como el mejor escritor de novela histórica que tenemos en España, y uno de los mejores en toda la historia del género a nivel mundial. Si no tuviera una treintena de libros esperando su turno en mi mesita de noche, ya hubiera caído esta tercera entrega sobre ese gran personaje que fue Julio César. Con ganas de hincarle el diente (las dos entregas anteriores volvieron a llevarse puntuaciones de 10/10 para mi gusto!) y más después de leer el artículo de Ramon… Gracias, muchas gracias!
Muchas gracias, Juan.
Efectivamente, Santiago Postegillo ha sabido recrear los estados de ánimo, los pensamientos y sentimientos de cada personaje. La lectura de “Tres mundos” ha sido cautivadora y al mismo tiempo me ha hecho conocer esa parte tan importante de la historia.
Tienes mucha razón, Blanca.