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Historia de mi lengua, de Claudia Apablaza

Historia de mi lengua, de Claudia Apablaza

Claudia Apablaza es una narradora y editora nacida en Rancagua, Chile, en 1978. Recibió el Premio Alba Narrativa para autores menos de 40 años de Latinoamérica y el Caribe por su novela Goo y el amor (2012). Ha publicado las novelas Diario de quedar embarazada (2013), EME/A (2010) y Diario de las especies (2008). Los libros de cuentos Todos piensan que soy un faquir (2013), Siempre te creíste la Virginia Woolf (2011), y Autoformato (2006). Sus libros han sido publicados en España, México, Chile, Perú, Estados Unidos, Venezuela, Italia y Cuba. Sus relatos se han traducido al inglés, francés, portugués, ruso, alemán e italiano. El año 2005 recibió el premio de cuentos de la Revista Paula. Actualmente es coordinadora editorial de Los libros de la Mujer Rota. Además, el año 2004 ganó el concurso de cuentos Filando en Asturias, el año 2005 recibió el premio de cuentos de la revista chilena Paula y en 2008 fue finalista del Joven Talento Booket. Su libro Diario de quedar embarazada (2017) ha resultado central en la abundante producción actual de la literatura en lengua española, a una y otra orilla del Atlántico, que problematiza el tema de la maternidad, por lo que ocupa un lugar central en una constelación de textos donde estarían Samanta Schweblin, Brenda Navarro, Gabriela Wiener o Sara Mesa. Además, podría hablarse de una escritura fresca y novedosa, proclive al humor y a la mirada irónica hacia sí misma, pero también de una escritura indómita que se rebela contra las imposiciones clásicas de los géneros literarios. Presentamos un adelanto de su nuevo libro, Historia de mi lengua, una obra escrita a propósito de un tratamiento dental, que la narradora de este texto emplea como excusa para realizar un viaje por las formas en que se involucra la lengua en nuestra vida cotidiana. La comida, el habla, el sexo, la lectura y la escritura son reinterpretados a la luz de una serie de reflexiones acerca de este órgano que puja por no dejarse dominar independiente del contexto y del territorio, un texto de naturaleza híbrida, entre el diario íntimo y el ensayo, escrito en pequeñas imágenes dispersas que en su totalidad cuestionan las convenciones del habla, el pensamiento y la escritura. El libro fue publicado recientemente en Chile por editorial Overol, ahora por Editorial Comisura en España y en junio de 2023 saldrá la edición italiana. La edición española aparece, además, acompañada de ocho collages de Xoana Elías, una artista visual de origen argentino radicada en Barcelona. Historia de mi lengua es un libro con un indudable afán de cuestionar y reflexionar sobre la influencia del machismo, el academicismo y el colonialismo en nuestras vidas y por tanto en nuestro habla, con un texto que se declina en femenino y constituye una reflexión afilada (aunque cargada de ironía en muchas ocasiones) sobre el papel de la mujer y el control de lo decible por parte de distintos estamentos sociales.

***

El día lunes 4 de marzo de 2022, a las 11:02 a. m., entré al consultorio de la ortodoncista que me vería en calle Ronda de Atocha. Al llegar me recibió una mujer que se llamaba igual que yo, Claudia, pero que tenía otro acento, otra forma de comunicarse.

Había un canto constante en su habla y la mía parecía llana, monótona.

Le dije que había llevado durante un año brackets en Chile, que ahora me había trasladado a Madrid y quería continuar con el tratamiento.

Me explicó los detalles, le comenté que quería sacármelos pronto, no soportaba más esos aparatos en mi boca, hiriendo mis labios y mi lengua, rozándola.

Me hicieron una serie de radiografías, a las que ellas llamaban fotos.

Ahora te haremos las fotos, me decían. Ven para acá.

Su ayudante, una mujer colombiana, aplaudía mi acento a cada instante.

Después de ver las fotos, la odontóloga me dijo que tenía una mordida desencajada, tal vez por haber usado mucho tiempo chupete, o por tomar demasiado tiempo mamadera.

Le dije que mis padres siempre hacían hincapié en que de guagua fui así.

La sentía respirar muy cerca. Yo estaba tendida en la camilla y ella al lado mío, en una silla. Cuando pronuncié la palabra guagua, la miré a los ojos esperando su comprensión. Ya no podía poner marcha atrás en lo que había dicho.

Dijo que debía tomar sesiones con una logopeda, aparte de seguir con los brackets algunos meses. Que cuando tragaba o hablaba, mi lengua empujaba los dientes hacia afuera y eso lo hacían los bebés, desestabilizando cada vez más mi mordida y la mandíbula. Abriéndola.

Lo normal, cuando hablas, es que pongas la lengua en el paladar, también cuando tragas, pero lo que tú haces lo hacen los niños. Con el tiempo las personas aprenden a poner la lengua arriba y se arma bien la mandíbula.

¿Nunca te lo habían dicho?

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Mi madre nos daba de comer lengua de vaca. Nos decía que era suave y mejor que la carne.

La compraba los miércoles en la feria de San Francisco de Mostazal. Una larga calle donde vendían fruta, verduras, cachureos, detergente, juguetes, ropa de segunda mano y enormes palanganas para lavar ropa.

Siempre pedía «la lengua más grande».

Para cocinarla, la ponía en la olla a presión y cuando estaba lista la trasladaba a un plato, así, entera, a la vista de todos.

Después de cortarla, le poníamos, encima, mayonesa casera.

Me gustaba muchísimo.

Siempre me la repetía.

***

Mi hija me corrige: Se dice coche, mamá. No se dice auto. Tú no sabes nada. No sabes nada, no sabes nada. Se dice coche, coche, coche, no se dice auto. ¿Escuchaste?

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Caminamos por el centro con mi hija, cerca del Mercado de la Cebada. Cuando nos detenemos en la plaza, frente al mercado, a comer su colación (una mandarina, un croissant de chocolate y agua), me dice:

Mamá, hay un país al lado de Rusia, quieren quedárselo y lo van a atacar.

Hay un hombre malo, llamado Compota, que quiere poner su bandera en otro país.

Un niño se escondió en un subterráneo para que no le pasara nada.

Tengo una compañerita que estaba de vacaciones en Rusia con su familia, la Mica. Ojalá no le pase nada. Tengo pena por ella, mamá.

¿Y si atacan España? ¿Qué vamos a hacer? Tengo una idea, tomamos un taxi rápido al aeropuerto y nos vamos a Chile a estar con los tatas.

 

Pienso en su posible asociación: Compota, budín, Putin.

No sé qué decirle.

La abrazo.

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Autora: Claudia Apablaza. Título: Historia de mi lenguaEditorial: Comisura. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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