En esta novela, el lenguaje nos habla sobre otros lenguajes, las metáforas son símbolos de otros símbolos y el argumento, si es que lo hay, no es sino un entrelazamiento generoso de nuestras potencialidades perceptivas más allá de lo cotidiano.
En este making of Emilio Picón cuenta cómo escribió y racional (Niña Loba).
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Creo que sucedió hace cinco años. La memoria no es mi fuerte. Tal vez por esto mi literatura tiende a lo imaginativo de manera irremediable. El hecho es que paseaba por la playa a última hora de la tarde cuando tuve la epifanía verbal de una frase contundente. Soy más de lo que necesito y menos de lo que sueño. Me sedujo. Me convenció. Se apareció frente a mí y sentí unas sinceras ganas de abrazarla; no obstante, lo que hice fue sacar la libreta y el bolígrafo del bolso que colgaba de mi hombro izquierdo y anotarla. Anoté la frase. Soy más de lo que necesito y menos de lo que sueño. Podría decir, sin temor a equivocarme, que este fue el momento en que germinó la novela titulada y racional que recientemente ha publicado la editorial sevillana Niña Loba.
Pero también hubo un germen para el fondo de la narración. Un germen, digamos, temático. Una suerte de máxima vital que recorrería, incluso habitaría, el clima general de la historia. Un germen que parte de una pregunta. ¿Cómo percibe el ser humano la realidad? Principalmente a través de la capacidad racional, dejando en segundo plano el resto de capacidades: intuitiva, imaginativa, onírica, sensitiva, sensorial, incluso espiritual. La razón ocupa el lugar primordial. Así, sólo aceptamos aquello que comprendemos. Y es muy poco. Es una jaula. Manipulando el mito más popular de Platón, se podría decir que habitamos las sombras de la realidad, vivimos en la caverna. La idea era plantear una novela que narrara un viaje de la oscuridad a la luz; un viaje que transitara por caminos no racionales; unos caminos que, contra pronóstico, aportaran a los personajes la luz que necesitaban.
Quisiera escribir sobre el fin de la era de la razón es otra frase que anoté en la libreta cuando la novela aún era sólo un propósito.
Escribir sin planificación, como yo suelo hacer, implica reescribir muchísimo. Implica generar la estructura al tiempo que se levanta el edificio, lo que supone un riesgo de derrumbe constante, pero también la posibilidad de alcanzar equilibrios inverosímiles, hallazgos arquitectónicos que se podrían calificar, incluso, de memorables. El viaje de la oscuridad a la luz, del caos al orden. El viaje de los personajes y de la narración también es el viaje del escritor y del potencial lector. Crear un clima de confusión y búsqueda, de contradicción y necesidad es humanizar la novela, otorgar al lector un rol activo: que también busque la luz en la oscuridad, el orden en el caos; y, por supuesto, que también atraviese el umbral de lo no racional para transitar los caminos del misterio.
La escritura intuitiva no está exenta de razón. La razón, simplemente, ocupa el último lugar, pasa a ser el criterio más subordinado, el eslabón postrero de la cadena creativa. La razón permite que el edificio no se derrumbe, pero también evita que vuele. Hay que atarla en corto. No anularla, sino resituarla. Se trata, únicamente, de arrebatarle el protagonismo.
Rufino, probable alter ego de quien suscribe estas líneas, escribe en el comienzo de la primera parte de la novela:
Soy más de lo que necesito y menos de lo que sueño. Quizás este sea el umbral del equilibrio. Quizás una garantía de conflicto perenne. En todo caso, sé que estoy aquí para contarlo. Sé que, como buenos espejos, los seres humanos se reflejan en lo esencial y, como malos actores, construyen con meras apariencias las historias que pueblan el mundo.
Pues eso.
He intentado escribir sobre lo esencial a través de lo no racional.
He intentado evitar las apariencias.
Yo, al menos, lo he intentado.
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Autor: Emilio Picón. Título: y racional. Editorial: Niña Loba. Venta: Todos tus libros.

Una novela estupenda, de la cual me siento muy afortunado de haber leído. Muchas suerte para celebrar está razón tan genuina. Adelante!