Inicio > Poesía > Las cicatrices de Angel Zero

Las cicatrices de Angel Zero

Las cicatrices de Angel Zero

Angel Zero, que escribe poesía como quien respira, cuenta con dos padrinos de lujo. Marwan, que ha dicho: «Angel Zero está enamorado del amor, y sus poemas son el fiel reflejo de ese flechazo: cartas de amor que se clavan en el corazón de quién las lee».

Y Rayden, que ha escrito: «Es la única persona que ha sido herida de gravedad 146 veces y que aún sigue viva para contarlo, para sacar a relucir sus cicatrices e incluso presumir contando la historia que esconde cada una de ellas. Esta persona se llama Angel Zero y posiblemente sea el último superhéroe patrio que nos quede, porque caminar sobre las brasas, mantenerse despierto, correr rápido, sobrevivir sin comer ni beber, aguantar la respiración o recordar muchísimos dígitos lo podrá hacer un selecto grupo de personas extraordinarias, pero amar y abrir el corazón como la primera vez, a pesar de vivir en estos tiempos de odio, capricho y fugacidad emocional, solo lo puede hacer un loco de remate o un superhéroe que se muere por vivir.» (Zendalibros)

CICATRIZ 1

Yo solo quería a alguien con unos brazos que tuvieran
la capacidad de ser ese «a salvo».

Que parecen dos palabras sin importancia, pero
cuando los miedos te aflojan el cinturón, la vida te
deja desnudo.

CICATRIZ 2

Otra mañana más la busco en el espejo, como el
que busca un calcetín desparejado, sin demasiada
esperanza, con demasiada expectativa. Cuando despierto,
y apenas puedo abrir los ojos, o cuando apenas
puedo mantenerlos abiertos. No es ella quien
me despeina. Estoy ante otro selfi de puro contexto
social como tratando de contar que aquí pasó algo.
Algo que merezca la pena contar. Esconder la
tristeza nunca se me ha dado demasiado bien. Me
acuerdo de ella, más de lo que admito, más de lo
que quiero creer, aceptar, o con lo que quiera vivir.
Es la sexta foto. No sé si pretendo buscar un
efecto óptico, una perspectiva menos inconformista,
o simplemente debería ir aceptando que ninguna
cumplirá la expectativa. Las fotos quiero que me
las haga ella. Y que no use cámaras. Sus ojos y un
recuerdo en su mente. Que se sienta libre de fijar
objetivo cuantos segundos quiera, que pestañee y
guarde esa foto en formato recuerdo. Que sea suya,
y de nadie más.

Despeinado. Pero qué peinada tengo la sonrisa si
al girarme está.

CICATRIZ 3

Ya no sé si asusta más el miedo a lo desconocido o
que algunas historias nos sepan a miedo conocido,
desde el primer instante en el que las miradas se conocen.
Pero nadie es capaz de ver la señal luminosa
del cartel de «Precaución».

Y, joder, lo sabes tú tan bien como yo, que cuando
sonríes a alguien, has caído hasta el fondo.

Y no voy a entrar a debatir quién es el león y quién
es la gacela.

Eso siempre será una duda que te resolverá aquel
que tiene que encajar el adiós.

CICATRIZ 4

Ojalá tu recuerdo se hubiera perdido
con la curiosa habilidad que tiene el eco
de tragarse todas mis carcajadas.

CICATRIZ 5
Me sigo abriendo el corazón como en un piso
compartido abres la nevera, para encontrar:

Salsa de tomate y mucho vacío.

CICATRIZ 6

Él era uno de esos chicos
que había empezado a decir que
no sabía «amar» porque todas
sus historias siempre le acaban
por saber tan a desastre como sus
dibujos: simples y con arte a su manera.

Él hubiera dejado de vivir
todas sus orgías con farolas
cada vez que pensaba en Ella,
si, tan solo una vez, los besos
que imaginas pudieran ser un
deseo cumplido.

Él no hubiera dejado de tejer
su tela de araña con sueños
—aunque siempre llegue alguien
que los destruya—,
porque, aunque siempre le desesperó,
quién se resguarda de sus miedos sin
un corazón al que llamar hogar.

Él seguía pensando que, donde
unos insisten en ver diferencias,
Él solo veía razones para juntar.
Y, por eso, la única vez que le preguntó
a alguien qué opinaba de la distancia,
comprendió que solo el polo norte y el polo sur
estaban preparados para dar respuesta.

Tan diferentes pero a la vez tan parecidos.

Tu frío o el mío,
que roce aquí o roce allí,
un día tanto dolor va a hacer
que derritamos nuestros polos
el uno por el otro.

—————————————

Autor: Angel Zero. Título: Cicatrices. Editorial: Planeta. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro

3.8/5 (5 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios