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Las revoluciones empezaron siempre en un mapa

Las revoluciones empezaron siempre en un mapa

Geografía e historia deberían ser una sola asignatura; dos materias mezcladas, alambicadas y maridadas con la sal de la memoria y las especias de los manuscritos y los mapas. Pero desgraciadamente estos dos vasos que tendrían que ser comunicantes se presentan a los alumnos como estancos en muchas ocasiones. O tenemos Geografía o hay Historia. A estos dos siameses los planes de estudios se empeñan en pasarlos por el serrucho al comenzar el curso escolar. Christian Grataloup reclama en su última obra (La historia del mundo: Un atlas) —publicada en Francia en 2019 y que llega a las librerías de nuestro país este 2023 gracias a la editorial Península— la vital importancia de los atlas para comprender los hechos históricos.

"Este atlas sirve para desenmascarar ambiciones actuales que han derivado en una guerra como la de Ucrania, al apropiarse Putin la Rus de Kiev de los siglos X-XIII para Rusia"

Tomando como referencia las obras de George Duby, y la de Hermann Kinder y Werner Hilgemann, Christian Grataloup elabora un gran atlas histórico que tiene como virtud huir del occidentalismo y ofrecer una visión más global, acorde con los tiempos que vivimos. Esta perspectiva no resta importancia a la concepción clásica de la historia, sino que la enriquece al ampliar el horizonte del lector que se asoma a sus páginas. Y es esa la gran motivación para hacernos con un ejemplar de esta obra magníficamente editada: descubrir nuevos matices, aprender capítulos que se desconocía o sorprenderse con antiguas civilizaciones que se mostrarán como nuevas antes sus ojos. De esta forma podremos por primera vez ver la conexión entre el Imperio Han (China), el Kushán (Persia) y el romano. Con este atlas viajaremos desde los Valles de Awash —en los que nació Lucy, nuestra remota antepasada, designada como madre de la humanidad— hasta la Rusia soviética de Stalin —donde descubriremos cómo se distribuía el terrorífico sistema de gulags—; conoceremos la decadencia de Bizancio —hasta su desaparición en 1453— y también la del imperio otomano que lo sometió; y veremos en toda su extensión el territorio árabe en los siglos VII y IX, una época en la que el Islam traspasó el Éufrates para unir Kabul y Córdoba bajo una misma cultura antes de su posterior fragmentación. Este cuidado y completo trabajo de Grataloup sirve también para sacar los colores a los nacionalistas que durante las últimas décadas, empeñados en aprovecharse de la historia para sus fines personales, han creado un relato irreal y contrario a los acontecimientos; y para desenmascarar ambiciones actuales que han derivado en una guerra como la de Ucrania al apropiarse Putin del relato de la Rus de Kiev de los siglos X-XIII para Rusia.

"Son muchos los motivos para reivindicar un atlas histórico como este, la fundamental disfrutar de la historia localizada en su contexto, pero amplificado y globalizado"

La historia del mundo: Un atlas es una obra imprescindible para los amantes de la historia, que hará disfrutar también a cualquier alma inquieta ávida de conocimiento. Entre los muchos aciertos del libro de Christian Grataloup está no limitar la visión del mapa al hecho histórico al que hace referencia: al ampliar el campo geográfico también ensancha nuestra perspectiva sobre lo que ocurrió. Pero no pensemos por ello que este atlas reniega de su propia esencia, la cronología. El lector clásico podrá completar la comprensión del imperio portugués de los siglos XV y XVI gracias a las notas de la parte superior —presentes en todos los mapas—, que le llevarán, como hilo de Ariadna, a descubrir la génesis de Portugal en un capítulo anterior y su poder colonial en uno posterior. Grataloup nos lleva de nuevo al pupitre y nos dibuja en el encerado un mundo más rico y una historia más jugosa. El profesor de la Universidad París-Diderot no solo cuenta lo que le interesaba relatar al hombre blanco, sino que podemos conocer la disposición geográfica de civilizaciones indígenas al margen de las clásicas divisiones coloniales. Son muchos los motivos para reivindicar un atlas histórico como este, la fundamental disfrutar de la historia localizada en su contexto, pero amplificado y globalizado. Al fin y al cabo, las revoluciones, los imperios, las guerras, los tratados de paz y las grandes civilizaciones comenzaron —y también vivieron su ocaso— en un mapa.

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Autor: Christian Grataloup. Título: La historia del mundo: Un atlas. Editorial: Península. Venta: Todostuslibros

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