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Mirando hacia la Hispania de las Médulas desde 2025

Mirando hacia la Hispania de las Médulas desde 2025

Hispania, dos milenios atrás. Un cónsul romano quiere acabar con la rebelión cántabra y, ya de paso, hacerse con el secreto del oro astur: Las Médulas. Pero hay un joven que, con tal de proteger a los suyos, será capaz de enfrentarse a todo un imperio. Esta ficción mereció el Premio Vallirana de Novela Histórica 2024.

En este making of Elio Quiroga explica cómo escribió El vientre de la Tierra (Diëresis).

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Con apenas 10 años visité Las Médulas por primera vez, acompañado de mis padres. Mi madre, Isabel, era de Gran Canaria, y mi padre del Bierzo. Recuerdo admirar aquel paisaje enorme, inabarcable, aquellas montañas que parecían destrozadas por gigantes furiosos, en un asombro que me ha acompañado desde entonces. Volví otras tres veces al lugar en vida de mis padres, y esta novela es un homenaje al lugar, y a aquel asombro que viví de niño.

Crear una ficción alrededor de un lugar como ese necesita de mucha documentación. Dediqué el año 2022 a ello (adjunto un par de imágenes de una de las agendas en las que iba añadiendo datos, trabajando en tramas y personajes, circunstancias históricas, y otros detalles, como la minería que allí se trabajaba, en busca de un oro que necesitaba desesperadamente el Imperio Romano), y a finales de aquel año empecé a trabajar en la escritura, que me llevó el año 2023.

"En ciertos casos, algunos personajes que vas creando se quedan en el camino, o se convierten, fusionados, en otros. Es un proceso que requiere tiempo, reflexión, y dejar que, poco a poco, las cosas se vayan asentando, sin prisa"

El proceso de investigación fue fascinante, especialmente cuando fui explorando las asombrosas técnicas de minería que se aplicaron en aquella zona hace ahora dos milenios. La llamada ruina montium, capaz de arrasar un paisaje, de derrumbar montañas sólo con el poder del agua, la asombrosa capacidad para canalizarla desde distancias enormes, toda una hazaña de la ingeniería romana, lleva al más absoluto asombro. Tendemos, desde la arrogancia del siglo XXI, a mirar por encima del hombro a nuestros antepasados, cuando las obras de aquellas épocas que han llegado a nosotros nos hablan de un ingenio y una capacidad inventiva asombrosas.

Soy un escritor de mapa por mi formación como guionista; me gusta planificar las historias y me lo paso muy bien con ello, por lo que, a medida que me iba documentando, iba perfilando a los protagonistas, sus lugares de vida cotidiana, sus vidas hasta el momento en el que se iniciaría la novela, sus arcos personales, sus anhelos, miedos y vidas posibles. Crear un personaje es algo que se me antoja casi mágico. Empieza siendo un nombre, y a su alrededor, poco a poco, van creciendo detalles, circunstancias, acontecimientos, dramas, que finalmente acabarán articulando la narración de la novela. En ciertos casos, algunos personajes que vas creando se quedan en el camino, o se convierten, fusionados, en otros. Es un proceso que requiere tiempo, reflexión, y dejar que, poco a poco, las cosas se vayan asentando, sin prisa. Precisamente para ello, me gusta ir simultaneando ese proceso con el de documentación, especialmente en casos como este, que requieren familiaridad con un tiempo ajeno a nuestras vidas modernas, en el que los valores, la vida, la forma de vivirla, era muy distinta a la actual.

"Tuve aquella tercera revisión a inicios de 2024, que es la que obtuvo el Premio Vallirana de Novela Histórica, con revisiones por parte de los editores, que han hecho un maravilloso y riguroso trabajo"

De esta manera, la historia, la trama, las subtramas narrativas, van creciendo poco a poco a medida que el mundo en el que esa historia va a tener lugar va construyéndose. Como si fueran las ramas de un árbol, de un centro narrativo van surgiendo personajes, arcos, vidas imaginarias que, ese es el objetivo, deben parecer reales, en unas circunstancias y unos tiempos que requieren, por lejanos en el tiempo, que el escritor se sumerja en ellos al documentarse. Es casi imposible que nos pongamos en el lugar de una gente que vivió hace dos mil años, en una cultura y un tiempo absolutamente ajenos a los nuestros; es imposible que nuestra forma de mirar y de pensar contemporánea no lo impregne todo, y precisamente a ello ayuda un buen y paciente proceso de documentación.

Tras tener unos mapas de tramas adecuados y una estructura armoniosa (suelo trabajar mucho en esa fase, con borradores de esquemas narrativos, hasta que todo parece estar maduro y reflexionado), me lancé en 2023 a escribir el primer borrador de la novela. Suelo ser un escritor rápido, ya que el trabajo previo me ha dado una buena base sobre la que trabajar, y las tramas se desarrollan generalmente con armonía. El primer borrador, lleno de partes mejorables y errores, suelo repasarlo al menos en tres ocasiones, que llevan a otras tantas reescrituras, y no es hasta esa tercera revisión que no empiezo a mover un manuscrito; durante el proceso se han reordenado partes de la trama, han desaparecido o mutado personajes, y ciertas estructuras han mejorado, siempre, y de eso se trata en esta novela, con el objetivo de dar una obra que ofrezca entretenimiento, drama, y unas circunstancias históricas realistas en las que la historia fluya de manera natural. Tuve aquella tercera revisión a inicios de 2024, que es la que obtuvo el Premio Vallirana de Novela Histórica, con revisiones por parte de los editores, que han hecho un maravilloso y riguroso trabajo, y las últimas correcciones, y que ahora ve la luz.

"Al final esta es la historia de un superviviente, que se ve obligado a lo largo de su existencia a tomar las decisiones más difíciles imaginables, en unos tiempos auténticamente salvajes"

Es un regreso a una fascinación que me acompaña desde la infancia, y un homenaje a mi padre, alguien que bien pudo haber sido legionario romano si hubiera vivido en aquellos años, que dominaba el latín al dedillo —lo había aprendido en el seminario— y que conocía bien la disciplina de los grandes Estados en cualquier tiempo —hizo el servicio militar en la legión española—. De alguna manera, se lo debía, y saldo una cuenta con él, y con el regalo que me hizo hace años, al llevarme a ese lugar mágico, sobrecogedor y extrañamente místico que es el paisaje de Las Médulas.

En los tiempos en que Las Médulas estaban en plena explotación, los indómitos guerreros celtas, astures y cántabros estaban en plena guerra de guerrillas contra Roma, y sus incursiones llevaron a batallas ahora legendarias. En aquellos años el mismísimo César Augusto se acercó a aquellas tierras para intentar averiguar qué pasaba. Ábilus, el protagonista de esta novela, un guerrero astur que vivió en aquellos años llenos de furia y rebeldía, cuando los pueblos no se doblegaban ante sus conquistadores, en un momento de su vida deberá elegir entre seguir luchando o sobrevivir junto a su mujer y sus hijos, pasando a ser uno de los dirigentes de la que entonces era la explotación minera más importante del mundo. Su elección cambiará su vida y la de sus descendientes para siempre. Al final esta es la historia de un superviviente, que se ve obligado a lo largo de su existencia a tomar las decisiones más difíciles imaginables, en unos tiempos auténticamente salvajes, en los que tu vida apenas valía nada si no eras útil a Roma.

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Autor: Elio Quiroga. Título: El vientre de la Tierra. Editorial: Diëresis. Venta: Todos tus libros.

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