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“Oído, cocina”, o la oportunidad de participar como asesor en El cautivo de Alejandro Amenábar

“Oído, cocina”, o la oportunidad de participar como asesor en El cautivo de Alejandro Amenábar

Durante los dos últimos años, el colaborador de Zenda José Manuel Lucía Megías ha trabajado como asesor filológico y cervantista de la película El cautivo, de Alejandro Amenábar, en la que se narra de manera ficcional los cinco años en que Miguel de Cervantes estuvo cautivo en Argel.

En este making of José Manuel Lucías Megias construye una crónica sobre los inicios de esta sin par colaboración.

*****

Esta historia comienza un 7 de julio de 2023. Y si quieres más exactitud, curioso lector, puedo también decirte la hora: las 11:34 minutos. ¡Viva la precisión en la ciencia! Pero este dato no tiene más mérito que el de haber conservado el primer correo electrónico que me envió el productor Fernando Bovaira, que me comunicaba que estaban “inmersos en el trabajo de documentación de una película que transcurre durante los años de cautiverio de Miguel de Cervantes en Argel”, y les habían surgido algunas dudas sobre la vida cotidiana y las relaciones sociales. “Aunque nos hemos documentado extensivamente hay varias cuestiones en las que necesitaríamos un conocimiento más profundo”, y parece que yo era el investigador que les pudiera echar una mano.

Por aquellos meses (justo hace dos años del momento en que estoy escribiendo estas líneas que ahora mismo estás leyendo), yo estaba dando los últimos retoques a mi particular biografía literaria sobre José Luis Sampedro (que publicaría Plaza y Janés en noviembre de 2023 con el subtítulo de “Un hombre fronterizo”). Así que leí el mensaje en diagonal, y les comenté que estaba interesado y que podríamos vernos por Zoom la semana siguiente, sin entrar en más detalles.

Y, sin más interrupciones, seguí con la lectura completa de mi libro sampedriano, que tendría que haber entregado semanas antes.

"Y entonces, se abre una nueva pantalla en el ordenador y aparece en ella la cara de Alejandro Amenábar"

A las 17:00 horas del 12 de julio, me conecto desde Barcelona a la reunión por Zoom con Fernando, el productor de la película sobre Cervantes. No había vuelto a pensar en el asunto desde la semana anterior… y me daba lo mismo: los que me conocen saben que defiendo la necesidad de que la Universidad esté presente lo más posible en la sociedad, que debemos estar en los lugares para difundir el conocimiento y no quedarnos en la queja de todos los errores detectados en tantas obras audiovisuales que acercan al gran público nuestros temas de interés.

Así que al conectarme a mi reunión online, me encuentro con Fernando en una sala de reuniones de su productora, un poco lejano, dándome algunos detalles de la película: que iba a tratar sobre el periodo en que Cervantes estuvo cautivo en Argel, y que al director le habían surgido algunas dudas sobre, por ejemplo, el papel de las mujeres o sobre algunas costumbres cotidianas muy concretas… y todo lo que me iba contando me parecía muy interesante y, mucho más, la posibilidad de poder participar, de poder difundir la imagen de Argel como ciudad cosmopolita que había defendido en mi libro La juventud de Cervantes (Edaf, 2016), frente a esa imagen impuesta de una cárcel, donde se maltrataba a todos los cautivos que no quisieran renegar. Mientras pensaba en esto, el productor, para concretar mejor los temas en los que necesitaban asesoramiento, me preguntó si tenía inconveniente de que se incorporara el director a la reunión. Le llama y confirma que se puede incorporar, que está en su casa… y, entonces, se abre una nueva pantalla en el ordenador y aparece en ella la cara de Alejandro Amenábar.

"¡Una película sobre Cervantes con la firma de Alejandro Amenábar! ¡Por fin Cervantes encontraba su sitio en la gran pantalla como merece!"

¿Cómo convertir en palabras la sorpresa y la emoción de ver aparecer a Alejandro Amenábar en mi casa de Barcelona a través del ordenador? El mismo Amenábar de Tesis (del que unas semanas atrás había escrito unas líneas para una revista), el Amenábar de Abre los ojos, Mar adentro, Los otros, Ágora, Regresión o Mientras dure la guerra estaba en mi ordenador haciéndome preguntas y yo estaba allí, en el ordenador de su casa, contestándolas. Y mientras lo hacía, no dejaba de pensar: ¡Una película sobre Cervantes con la firma de Alejandro Amenábar! ¡Por fin Cervantes encontraba su sitio en la gran pantalla como merece!

Cuando acabó la reunión, con mi aceptación a participar en el proyecto como asesor filológico y cervantista, y la pantalla de mi ordenador volvió a recuperar su apariencia cotidiana de carpetas de asuntos pendientes, hice lo que tendría que haber hecho la semana anterior al recibir el correo de Fernando Bovaira: entrar en internet y teclear “Mod Producciones”.

¡Guau, me dije! ¡Menuda superproducción se avecina!

Al día siguiente, el 13 de julio, la productora me envía el guion. La versión 0.6, con una sencilla portada con letra Arial, esa letra que imita a las antiguas máquinas de escribir: El cautivo. Guion de Alejandro Amenábar”. Y cada hoja, con mi nombre como marca de agua…

"Reconozco que leí aquella primera versión de El cautivo de Amenábar con la emoción de poder conocer de primera mano su universo creativo"

Aún hoy, después de meses de trabajo conjunto, me sigo emocionando al evocar este primer contacto. Como emocionante fue la reunión presencial que tuvimos en su casa a finales de mes, o emocionante la tarde que pasé en Santa Pola en abril de 2024 en el rodaje de algunas escenas, con su castillo convertido en el interior del baño argelino de Hazán Bajá, con un genial Miguel Rellán, con el que comparto proyectos y paciencia en el Ateneo de Madrid (además de una gran admiración y abrazos apretados).

Reconozco que leí aquella primera versión de El cautivo de Amenábar con la emoción de poder conocer de primera mano su universo creativo, los andamios de esas obras que, como tantos otros, he admirado en las salas de cine. Y también lo leí con un poco de prevención, por cómo se había mostrado la vida en la Argel del momento. Y a medida que iba pasando las páginas, iba señalando algunos detalles en los márgenes de la copia en papel que me había hecho; pero, sobre todo, iba disfrutando de la película que había imaginado Alejandro, que era un homenaje a la literatura, al arte, como un medio de supervivencia y de conocimiento. El mundo de Cervantes y nuestro mundo actual, este mundo de tanta prosa, de tanto egoísmo. Y frente a esta realidad tan nuestra, la “ficción” de Miguel de Cervantes en Argel junto a la “ficción” de Hazán Bajá en Argel… A los pocos días le escribí al director y al productor un informe general de lectura, que comenzaba con las siguientes palabras:

“Me ha gustado mucho el juego tan cervantino de romper los límites entre la realidad y la ficción, que, por otro lado, es también algo muy propio de la filmografía de Alejandro Amenábar. Hay un claro elemento de relación entre estos dos universos creativos”.

Y hasta aquí puedo leer.

"Si algo queda claro en El cautivo de Alejandro Amenábar es que la tolerancia nos vuelve humanos"

El trabajo conjunto, desde esta primera lectura en julio de 2023, hasta la última que yo he leído, la del 7 de abril de 2024 (la nº 17), ha sido una experiencia de vida y de literatura que nunca le podré agradecer lo suficiente a Alejandro Amenábar. Sobre todo, ese “oído, cocina”, cuando le hacía llegar algún comentario, o el cambio de alguna palabra o de alguna expresión para así adecuar el guion al contexto lingüístico y cultural de los Siglos de Oro.

Una experiencia fascinante que se ha multiplicado cuando he podido trabajar resolviendo dudas al equipo del Departamento de Arte. Una experiencia única al poder hablar con tantas personas implicadas en una producción internacional de esta envergadura de lo que es mi pasión, y que ahora, por unos meses, ha sido una pasión compartida.

¡Qué ganas de ver la película en el cine, de adentrarme en el universo cervantino a partir de la mirada de Alejandro Amenábar, su particular modo de convertir sus pensamientos y sus ideas en fotogramas!

Mientras tanto, me quedo con el momento, el 18 de abril de 2024, cuando pude estrechar la mano a Cervantes en los baños de Argel.

¡Por fin, podía conocer al hombre Cervantes!

¡Y, por fin, le podía mostrar toda mi admiración!

Ya sé, puntilloso lector, que, en realidad, le estreché la mano al actor Julio Peña en el patio de armas en la Fortaleza de Santa Pola.

Pero, realmente, ¿tú tienes claros los límites entre la ficción y la realidad?

Yo cada vez menos.

Lo que sí que me gustaría es que después de la lectura de mi libro Cervantes íntimo (Barcelona, Plaza & Janés, 2025), al final de este viaje que comenzamos ahora juntos, podamos los dos estrechar de nuevo la mano a Miguel de Cervantes, a ese Miguel de Cervantes que vivió en una época tan fascinante que la conocemos como Siglos de Oro.

Y dejemos atrás los mitos y los personajes.

Y dejemos atrás los titulares y los brochazos críticos, las ideas preconcebidas y los juicios de valor absolutos.

Si algo queda claro en El cautivo de Alejandro Amenábar es que la tolerancia nos vuelve humanos, nos permite hacer más humano nuestro paso por este mundo.

¡Oído, cocina!

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John Paul Herra
John Paul Herra
2 meses hace

“Pero, realmente, ¿tú tienes claros los límites entre la ficción y la realidad? Yo cada vez menos”. No, si ya…

Antonio
Antonio
2 meses hace
Responder a  John Paul Herra

Si te llaman como documentalista, me da que debes desterrar lo primero y aportar todo lo que sepas de lo segundo. Supongo que es fácil dejarse deslumbrar por la magnitud de algunos proyectos. Solo supongo.

José Manuel Lucía
José Manuel Lucía
2 meses hace
Responder a  Antonio

Pues la verdad es que supones mal: si te llaman para hacer un biopic o para hacer un documental, uno hará su papel. Si te llaman para trabajar en una ficción, en una FICCIÓN, a ver si nos vamos enterando, pues mi tabajo es la de cuidar los diálogos, algunas escenas, y dejar al autor de la ficción que haga su trabajo… Y lo de opinar sin haber visto la película y sin haber leído mi libro Cervantes íntimo, es propio de esas personas que dicen amar a Cervantes sobre todas las cosas y no haber leído ni una línea suya… bueno, sí… En un lugar de la Mancha… y creerse que su pueblo es ese lugar… no te parece que tienes algo mejor que hacer en la vida que opinar sin haber visto lo que estás opinando?

Mario Raimundo Caimacán
Mario Raimundo Caimacán
2 meses hace

No creo relevante para conocer la Obra de Cervantes sí fue o no homosexual, bisexual o heterosexual, una banalidad de moda, lo bueno es que Cervantes está de moda, en los libros y en el cine, así tenemos más libros para leer y más películas para ver y esto es magnífico.

Creo que “la Información de Argel” la promovió Cervantes porque quería su ascenso en los Reales Ejércitos y quería publicitar su cautiverio no resignado, quería divulgar sus cuatro intentos de escape y su conducta valerosa ante la adversidad. De nada le sirvió, porque los firmantes de sus cartas de recomendación ya estaban muertos y solo logró una misión de espionaje en Orán. Se casó, vivió sus aventuras con una mujer casada y engendró una hija que conoció al morir la madre, se casó con una rica de pueblo cuya familia le hizo la vida imposible y prefirió ser viajero errante para no sufrir las pullas y ser tratado de “interesado y mantenido de su mujer”. Quién sabe con cuántas mozas de cuadra, con cuántas pobres prostitutas se acostó. Su conocimiento sobre ventas, mozas y mujeres de alquiler, que explayó en sus obras literarias, reflejan experiencia más que saber libresco, aunque seguro leyó “Retrato de la Lozana Andaluza” del desterrado español Francisco Delicado (antes “Delgado”) en sus tiempos de soldado en Italia. De esta novela dialogada tomó Cervantes el nombre de Aldonza, nombre de la Lozana Andaluza, y la apellidó “Lorenzo”, por el barrio San Lorenzo de Roma, el barrio de las prostitutas, conforme a la obra de Delicado y la realidad histórica, en una de cuyas iglesias fue párroco el cura metido a escritor, también contagiado de sífilis por su afición a las prostitutas.

Cervantes no divulgó lo que aún hoy muchos esconden, porque Cervantes fue un hombre sobrio y discreto, no de los necios que pregonan sus conquistas placenteras. Inimaginable que se jactara o exhibiera a mujeres como trofeos o arremetiera sin pudor contra alguna ex amante con despecho alucinado y ego herido como el joven Lope de Vega, gran poeta de temperamento explosivo y desbocado que fue hasta condenado a destierro de Madrid por injuriar a su antigua amada, una famosa y bella actriz de teatro. Cervantes, como los hombres serios hoy, “no tenía memoria”.

?Homosexual? No creo y no importa. Importa El Quijote, su obra más revolucionaria; importa Rinconete y Cortadillo, su obra más subversiva. Cervantes fue un discapacitado veterano de guerra golpeado por las desventuras y muchas puertas se las cerraron en su cara, como un cargo en las Indias que le negaron con desdén, como también le negaron integrar la corte literaria del nuevo Virrey en Nápoles, aunque ya estaba publicado “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” y el Virrey era uno de sus “protectores”. Aquí les dejo un poema, que coloqué como epílogo de mi ensayo “Cervantes, Su Propuesta de Novela Psicológica, Influencias del Quijote en el Ulises de James Joyce y Otras Notas”:

“ELEGÍA A CERVANTES INMORTAL”

(1547-1616-Eternidad)

Cervantes, llegaste a viejo
Y te sentiste solo y derrotado,
En tu vida de tanto esfuerzo,
De ilusiones y desengaños,
De muchos afanes y trajines,
De calamidades y fracasos.
De joven ambicionaste fama,
Vencer la pobreza,
Que siempre te cercaba,
Vencerla con la pluma
O con la espada.
De tu arriesgada vida de soldado,
Lograste, no el ascenso merecido,
Ser “Capitán”, como estaba prometido,
Para ser cautivo cinco años largos,
Esperando tu rescate,
Esclavo prisionero
Del musulmán enemigo,
Que fallaron todos tus planes de escape.
Por tus cartas de recomendación,
Cuatro veces la vida salvaste,
A cambio mucho creció
El monto de tu rescate,
La extorsión criminal
Que imponía el musulmán
A los cristianos apresados
En sus piratas correrías.
Y no sufriste tormentos
Ni a muerte te condenaron
Ante tus fugas frustradas,
Por tu temeraria valentía.
Entendió tu falso dueño
Que matarte, mutilarte
O con otro grave maltrato castigarte,
Lo condenaría a la más infame cobardía,
Y era el oro por tu costoso canje,
Lo que el moro más quería.

Tiempo sobró para ver toda barbarie
Por los sarracenos cometidas,
Y al regresar a tu tierra amada,
A tu España añorada y querida,
Sin contar a los tuyos,
Olvidado ya estabas.
¿Plaza de Capitán?
¿A un soldado de una mano tullido?
Muertos eran ya
Quienes firmaron tus cartas
Por todo tu valor
Probado ante el enemigo:
Un duque español,
Virrey en Nápoles,
Y Don Juan de Austria,
Jefe de la Cristiana Flota
Contra el Imperio Turco agresivo,
Vencedor en Lepanto,
Gloria de España por siglos,
Hermano del mismo Rey,
A quien pediste Gracia y Merced en vano.
Ser Mensajero Real, espía
U otra comisión a destajo,
Esas tus recompensas
A tantos desvelos y trabajos.
Perdieron toda importancia
Tus servicios de soldado aventajado
En Lepanto, Navarino, Corfú, Bizerta y Túnez,
En todo el Mediterráneo,
Mar de los antiguos Romanos;
Sin importar a la Corona
Que estabas endeudado,
Por los préstamos tomados para pagar al moro rescate.
Y decidiste no ir a Flandes
A luchar contra cristianos,
Como mandó el Rey Felipe, nombrado El Rey Prudente,
Rey Papelero, Rey Burócrata, comparado con su hermano
Don Juan de Austria,
Gran Capitán en guerra,
Muerto temprano,
Víctima de fiebres y engaños,
O con su padre mismo,
Carlos Quinto, Emperador
Y de la Guerra el Rayo.
Para hacer guerra entre cristianos
En la Europa dividida,
El Rey Felipe pactó tregua
Con los musulmanes otomanos,
Apartado del camino
Que su propio padre,
Emperador y moribundo,
Le tenía señalado.
Ya antes Venecia firmó acuerdo Con el Sultán Otomano,
Le entregó Chipre,
Olvidando el gran triunfo de Lepanto.
Y en otros tiempos pasados, hasta el Rey de Francia,
Génova, Milán y el mismo Papado,
Del Imperio Turco contra España
Fueron sus aliados.
Tanto error te encaminó, Cervantes desengañado,
A negar tu espada
Antes que matar cristianos.
Del Rey olvidaste sus Ejércitos, por tí tan amados,
Para continuar combatiendo
Al enemigo desalmado,
Al verdadero enemigo,
Que sólo en Argel tenía
Veinte mil cristianos cautivados,
Sometidos a perpetuos sufrimientos y martirios,
Tormentos y torturas.
Eran muchos los forzados,
Violadas las mujeres,
Los hombres sodomizados.
Allí morían esclavos los nazarenos
Sí nadie acudía a rescatarlos;
Morían con cadenas,
De hambre, a garrote,
A latigazos o empalados,
De trabajos forzados, Ahorcados, decapitados, Destripados, mutilados,
Descuartizados, desmembrados
O con los huesos,
Por mazos de hierros, Quebrantados;
Que no es igual luchar,
Herir y matar en batalla,
Que humillar, torturar y matar impunemente,
Con toda crueldad, saña y vesanía,
A gente indefensa, inerme y maniatada.
Con candentes hierros los marcaban
Como sí fueran animales o ganado,
Igual que a los hombres negros africanos,
Que por racismo y codicia brutales,
Esclavizaban los musulmanes. Y contra Cristo,
Muchos que se llamaron
A sí mismos “cristianos”,
Por ignorancia o por cinismo,
Que nunca será de hombres de bien
Hacer daño al inocente
Ni al indefenso fuerza alguna,
Que lo castigará Dios
Sin olvidar ofensa alguna.

Tantas atrocidades
Juraste nunca olvidarlas.
Y tu familia, pobre y errante,
Se endeudó y todo hizo
Para reunir los ducados,
Para liberarlos de la esclavitud sarracena
A tí y a tu hermano,
Dos humildes y jóvenes soldados.
Se reunió primero
El rescate de Rodrigo,
Menos elevado,
Que cartas no le quitaron,
No se las otorgaron;
Años después murió en el frente,
Alférez bravo en batalla,
En la mala guerra de Flandes, guerra cruelísima y larga,
Guerra entre cristianos,
Regocijo de otomanos,
Mala guerra provocada
Por el terco Rey Felipe,
Que arrogante olvidó
Que Flandes era reino heredado,
No ganado en batalla
O país conquistado.

De sarracenos fuiste esclavo, cinco años pasados,
Y al fin fuiste rescatado
De tanta brutalidad y miseria
Por tu familia incansable
Y la caridad de frailes Trinitarios.
Desengañado ya del Rey Felipe, tu pluma sería tu espada,
Los versos, tu arcabuz,
Tus huestes el Teatro,
Y con los frailes en tu ayuda, con las obras que montaste
Caridad cristiana pediste, limosnas,
Para los cautivos de rescate.
Así nació tu pieza tan sentida,
El Trato de Argel conocida
Y cada representación
del Trato de Argel terminaba
Con tu recia petición al sordo Rey:
“¡Libertad para los cristianos cautivos!
¡Expedición Libertadora de los Ejércitos de España
Contra el enemigo musulmán, los piratas berberiscos
Y sus nidos en Argel!”,
Pero nada movió al Rey.
Allí inició tu carrera
De escritor popular,
Que tiempo atrás en Madrid,
Tu maestro recordado,
En letras humanas y divinas,
Juan López de Hoyos ejemplar,
Te profetizó contento un día,
Cuando unos juveniles versos tuyos
Tanto alabó como fértiles semillas
De un árbol, que cuidado,
Podía crecer descomunal,
De frondoso ramaje tupido
Y a todos sombra y frutos dar,
Verdad y Sabiduría.
Por eso escribiste El Quijote
Al ocaso de tus días;
Quisiste dejar tu Legado
A toda la Humanidad,
Lo más importante aprendido en tu vida acontecida,
Larga, aventurera y sufrida.
Querías desterrar de las mentes de los hombres,
Las supersticiones,
Los prejuicios
Y las supercherías,
La ignorancia, los errores,
Los sofismas
Y todas las embustes
Y mentiras,
Y mostrarles un camino
A la Libertad, la Justicia
Y la Hermandad.

Mario Raimundo Caimacán
(del poemario “Poemas de un Mundo Salvaje”, Costromo, 2023)

Miguel de Cervantes es Orgullo de España, de Hispanoamérica y del mundo.

Nota: En Costromo Miguel de Cervantes es nuestro Narrador Predilecto, Francisco de Quevedo nuestro Poeta Predilecto y Pedro Calderón de la Barca nuestro Dramaturgo Predilecto. Todos son españoles y por esto también son nuestros.

Finalmente, le aconsejo a todos ver la película “El Cautivo” de Amenábar, porque es sobre Cervantes y porque es una película española. Sí vemos tantas insulsas películas de Hollywood
?No vamos a ver nuestras propias películas?
?Y leer los libros de José Manuel Lucía Mejías? Claro, tenemos que leerlos todos, porque él es uno de los más reconocidos cervantistas del mundo y Cervantes siempre está de moda para muchos, entre quienes me cuento.

Mario Raimundo Caimacán

Antonio
Antonio
1 mes hace

Qué envidia me das, José Manuel! Y cuánto me alegra que estudiosos de tu envergadura tengan la valentía de bajar del pedestal para acercarnos a la vida cotidiana de un siglo y un personaje tan fundamental en nuestra historia. Todo mi aplauso y reconocimiento. Y encima un cara a cara con Amenábar. Me quito el sombrero