Para mejorar el estilo

LIBRO DE ESTILO DE LA LENGUA ESPAÑOLA
según la norma panhispánica (RAE / Espasa)

Amado Alonso dijo: “Una lengua ha sido lo que sus habitantes hicieron de ella, es lo que están haciendo, será lo que hagan de ella”. Hay muchas más definiciones, pero esta creo que resume todas las demás, desde Horacio en su Arte poética hasta nuestros días.

"La Real Academia Española y la editorial Espasa lanzan ahora este asequible manual de 500 páginas que debería ser de lectura obligatoria para cuidar como se merece la lengua"

Este Libro de estilo de la lengua española es un buen manual para conocer mejor nuestro gran tesoro, que es la lengua, un tesoro que no solo debería ser intangible sino también económico. Pero hete aquí que no solo no estamos cumpliendo con las normas de una Academia que limpia, fija y da esplendor sino que, cada vez más, hablantes anónimos y medios de comunicación nos encargamos de ensuciarla con ese garbo tan español de pasarse casi todo por el arco del triunfo. Y no tenemos excusa, porque de un tiempo a esta parte existe una buena bibliografía de libros de estilo, de gramáticas y otras aproximaciones a la lengua que son una fuente de riqueza inagotable. La Real Academia Española y la editorial Espasa lanzan ahora este asequible manual de 500 páginas que debería ser de lectura obligatoria para cuidar como se merece la lengua de comunicación y de cultura que une a todo un pueblo. En nuestro caso mucho más: como dice el subtítulo del libro, «según la norma panhispánica», es decir, que pertenece a todos los pueblos que hablamos la misma lengua. Tantos millones como páginas tiene este libro.

La RAE existe desde principios del siglo XVIII. Se sentaba en el trono el primer Borbón, Felipe V, que aún conservaba el aire francés adquirido de su abuelo, Luis XIV, y durante su reinado se levantaron la Biblioteca Nacional, la Academia de Historia y la Academia de Bellas Artes.

"A veces ciertas voces causan sonrojo cuando se exceden en sus atribuciones y dicen públicamente “miembros y miembras” con el tan usado lenguaje inclusivo"

Estos son algunos de los epígrafes de este Libro de estilo. Empieza con los apartados “Cuestiones gramaticales”, que trata, entre otras muchísimas cuestiones, las de género (masculino y femenino) y número (singular y plural); los diminutivos, los tiempos verbales; leísmo, laísmo y loísmo (gran fuente de abundantes incorrecciones), concordancias… etc. “Cuestiones ortográficas”, expresiones con grafías problemáticas; acentuación; puntuación; mayúsculas… etc. “Cuestiones de ortotipografía”, como son los tipos y las clases de letra, los espacios, el párrafo… y toca también dos apartados interesantes como son la “Pronunciación y elocución” y la “Escritura y comunicación digital”.

A “Cómo aprovechar el diccionario” se dedican unas páginas para entender que el diccionario “no es un repertorio exhaustivo donde figuren todas las palabras que se consideran correctas hoy en español”. Sabemos que el diccionario está cargado con palabras cuyo uso fue fijado hace muchos años, cuando el hablante empleaba esos términos con la naturalidad con que ahora se pretende desterrar basándonos en la llamada corrección política. Son asuntos que los académicos tratarán de cambiar o no a medida que el clamor de ciertos sectores lo exijan. A veces ciertas voces causan sonrojo cuando se exceden en sus atribuciones y dicen públicamente “miembros y miembras” con el tan usado lenguaje inclusivo, al que este manual de la RAE rechaza para bien del sosiego social.

Antes de los «Apéndices», dedicados, entre otros apartados, a «Modelos de conjugación», «Tabla de numerales», «Lista de abreviaturas», etc., el lector se encuentra con un «Glosario» que en puridad es un diccionario básico para uso y disfrute de cuantos quieran hacer nuevas inmersiones en ese océano de palabras que es nuestra lengua, con el propósito de empaparse de mayor calidad y «mejorar el estilo», como también aconseja este libro.

"Me paro un momento para recordar algunas palabras que no terminan de encajar en ciertos informadores de periódicos, de radio y televisión"

Y me paro un momento para recordar algunas palabras que no terminan de encajar en ciertos informadores de periódicos, de radio y televisión. Digamos que ya deberíamos saber que una cosa es la climatología (características del clima de una región) y otra bien distinta, la meteorología (características del tiempo atmosférico). Pero lo que más me llama la atención son dos palabras de significado tan distinto que me produce dolor de oídos cada vez que escucho a un interlocutor que las mezcla (mal), y también cuando las leo. Son estas palabras Escuchar y Oír. Pero antes debo decir en honor a la verdad que este Libro de estilo que nos ocupa dice que Escuchar es “poner atención o aplicar el oído para oír (…). Aunque , estrictamente, la acción de escuchar es voluntaria e implica intencionalidad por parte del sujeto, a diferencia de oír, que significa “percibir por el oído un sonido”, es frecuente, sobre todo en Am., y admisible el uso de escuchar y oír como sinónimos”.

"Se puede oír sin escuchar, pero nunca al revés"

Y aquí es cuando me quedo perplejo, porque si ambas palabras son sinónimos significa que pueden usarse indistintamente, y hasta aquí podíamos llegar, porque a pesar de que se usen sin discrepancia hay una diferencia abismal entre oír y escuchar —como señala el diccionario de RAE y los libros de estilo— que hace que el error se siga cometiendo. Se puede oír sin escuchar, pero nunca al revés. Oír es percibir sonidos sin tener que entender lo que se está oyendo, como se oye la lluvia o una explosión, y sin embargo, para escuchar hay que activar otros sentidos con el fin de entender lo que se está oyendo: prestar atención, pensar, razonar… Todas funciones del sistema nervioso del cerebro, necesarias, por ejemplo, para escuchar música.

Dicho esto, que tenía verdaderas ganas de decir, remito al lector al artículo de Javier Marías del año pasado en El País titulado “¡Oigan!”.

Algunos libros sobre la lengua española:

Libro de estilo de El País
Libro de estilo de El Mundo
Libro de estilo de ABC. Ariel
En Antena. Libro de estilo del periodismo oral. Cadena Ser. Taurus
La gramática descomplicada. Alex Grijelmo. Taurus
Defensa apasionada del idioma español. Álex Grijelmo. Tauris
Las 500 dudas más frecuentes del español. Instituto Cervantes. Espasa
300 historias de palabras. Cómo nacen y llegan hasta nosotros las palabras que usamos. Dirigido por Juan Gil. Espasa.
Historia de las letras. Gregorio Salvador y Juan R. Lodares. Espasa
Logoi. Una gramática del lenguaje literario. Fernando Vallejo. Fondo de Cultura Económica
La maravillosa historia del español. Instituto Cervates. Francisco Moreno Fernández
El dardo en la palabra. Fernando Lázaro Carreter. Galaxia Gutenberg
El nuevo dardo en la palabra. Fernando Lázaro Carreter. Aguilar
Diccionario de redacción y estilo. José Martínez Sousa. Pirámide.
Diccionario de ortografía técnica. José Martínez Sousa. Fundación Germán Sánchez Rupérez y ediciones Pirámide.
El español moderno y contemporáneo. Estudios lingüísticos. Rafael Lapesa. Crítica
Palabras mayores. Diccionario práctico de la lengua española. Urano.

(Esta breve bibliografía la componen libros de mi biblioteca, y por eso no tienen fecha de edición, porque puede que alguno haya cambiado de editorial y otros estén descatalogados).

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