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Una historia del Transiberiano, la nuestra

Una historia del Transiberiano, la nuestra

En el verano de 1994, tan solo dos años y medio después del fin de la Unión Soviética, una médica y una periodista españolas se subieron al Transiberiano con la intención de pulsar la realidad de una Rusia en crisis que, según sospechaban, poco tenía que ver con la siempre vibrante Moscú. Ahora han publicado un libro narrando aquel viaje.

En este making of, Sara Gutiérrez y Eva Orúe cuentan por qué decidieron escribir En el Transiberiano (Reino de Cordelia).

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Después de publicar El último verano de la URSS (Reino de Cordelia, 2021), un viaje de Sara en trenes nocturnos por varias repúblicas soviéticas en 1991, el editor, Jesús Egido, se interesó por el Transiberiano. Y sí, habíamos hecho ese viaje juntas cuando Eva era corresponsal de Onda Cero en Moscú y Sara se especializaba en oftalmología en la capital rusa.

Nuestra intención era repetirlo en 2022, para establecer una comparación entre la Rusia del 94 y la actual, y consultar documentación relativa a la construcción de la línea férrea siberiana. Gracias a internet, teníamos todo perfectamente planificado, pero la invasión de Ucrania nos hizo abandonar el proyecto, por las dificultades obvias y por un rechazo personal a visitar un país querido que estaba bombardeando a otro no menos importante para nosotras.

"Usamos el Baikal como bisagra, para, en las siguientes etapas, invertir el orden y terminar el libro como había empezado, con la historia personal"

Tras algunas vacilaciones, nos pusimos igualmente manos a la obra. Sara tenía muy claro qué quería contar y cómo (nuestra peripecia vital y la Rusia de aquel tiemplo, en la línea de lo que había escrito sobre sus años en la Ucrania soviética en El último verano de la URSS) y con qué estructura: un primer capítulo para explicar por qué hacíamos el viaje y qué importancia tenía para nosotras, y capítulos relativos a cada una de las etapas (Moscú-Ekaterimburgo, Ekaterimburgo-Irkutsk, Baikal, Irkutsk-Jabárovsk, y Jabárovsk–Vladivostok). Y Eva fue encontrando en esos tramos buen acomodo para el relato de los diferentes episodios históricos y literarios de la Gran Ruta Siberiana.

Dudamos entre mezclar las narraciones o separarlas en dos partes y no hicimos ni lo uno ni lo otro. En las tres primeras etapas, la historia de la construcción sigue a la historia personal. Usamos el Baikal como bisagra, para, en las siguientes etapas, invertir el orden y terminar el libro como había empezado, con la historia personal; por eso en este capítulo, solo en este, los textos de una y otra van intercalados.

"Eva decidió dar la mayor visibilidad posible a los protagonistas de la historia, incluso reproduciendo textualmente algunos párrafos de sus obras"

Para el relato biográfico, Sara revisó billetes, documentos, facturas, fotos, horarios… y revisitó, en la medida que pudo, todos y cada uno de los lugares por los que habíamos pasado. Para el histórico, Eva se empapó de lo contado por los responsables de la construcción y la prensa de la época, tanto rusa como extranjera, y recuperó testimonios y recreaciones literarias de autores españoles y rusos, pero no solo. Manejamos los originales en ruso de las memorias de los principales impulsores de la línea, guías, textos académicos y prensa de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, y también de muchas de las obras literarias citadas.

Sara tomó la decisión de no nombrar a nadie y ni tan siquiera señalar en los diálogos cuál de las dos hablaba. Lo primero, porque no tiene mayor importancia a quién se refiere si es que se refiere a alguien real; y lo segundo, porque enseguida se hace evidente quién dice qué. Y Eva decidió dar la mayor visibilidad posible a los protagonistas de la historia, incluso reproduciendo textualmente algunos párrafos de sus obras.

"En esta ocasión, escribimos por separado compartiendo líneas muy ligeras mientras paseábamos, y solo cuando cada una dio por terminada su parte, se la pasó a la otra y trabajamos juntas la fusión y el texto global"

Ya habíamos escrito juntas media docena de libros, pero En el Transiberiano es el primero que abordamos por separado: desde el principio fuimos casi casi cada una por su lado, con intenciones y tonos muy diferentes. En los libros anteriores discutíamos hasta por una coma, y no quedaba grabada ni una palabra hasta que no estábamos totalmente de acuerdo. En esta ocasión, escribimos por separado compartiendo líneas muy ligeras mientras paseábamos, y solo cuando cada una dio por terminada su parte, se la pasó a la otra y trabajamos juntas la fusión y el texto global.

El grueso de la labor editorial se centró en la ilustración, con fotos tanto de nuestro viaje como de los personajes y momentos históricos narrados e infografías que facilitan al lector situarse en los distintos tramos de este viaje de más de 9000 kilómetros a través de siete husos horarios.

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Autoras: Sara Gutiérrez y Eva Orúe. Título: En el Transiberiano. Editorial: Reino de Cordelia. Venta: Todostuslibros.

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