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Aquellos días fueron verdad

Con Reyes de Alejandría (Alfaguara, 2016), el escritor mallorquín José Carlos Llop muestra una vez más su fascinación por la memoria como tema literario. «Este libro trata de un viaje en el tiempo. Un tiempo que fue todos los tiempos para desaparecer después en el tiempo. Este libro trata, pues, de nosotros, y ha de contar quiénes éramos.» Y ellos fueron los que vivieron su juventud en Palma y Barcelona a mediados de los setenta del siglo XX, un momento en el que el viejo orden llegaba a su fin con la muerte del dictador y en el que todo parecía ser posible.

"No hay nostalgia en la reconstrucción del paraíso, no hay dolor ni reproches; solo cierta melancolía y el orgullo de saberse protagonista de una época deslumbrante."
 La mirada y la voz del narrador construyen el relato en primera persona, de manera veraz —como testimonio real de lo vivido—pero también lógicamente subjetiva. No hay casi nombres propios en la novela, el individuo se diluye en el grupo, alcanza dentro de él su verdadera identidad. El siempre es el pronombre del amor, del sexo, de la pasión. La historia avanza entonces entre el yo y el nosotros,el plural en el que el Llop se reconoce junto a sus hermanos de sangre y al que, de manera honesta y solidaria, no renuncia cuando toca relatar cómo el sueño llegó a su fin y se impuso el vacío; cómo gran parte de los que entonces eran jóvenes acabaron calcinados por su propio entusiasmo, devastados por la droga, el sida, la locura, o engullidos por una realidad ordenada, de diseño, modelada por el culto al dinero.

El estilo de Llop, brillante y poético, convierte el relato en un fluir de ritmo hipnótico que envuelve al lector y lo hace cómplice de la exaltación apasionada y del desengaño que le sigue. No hay nostalgia en la reconstrucción del paraíso, no hay dolor ni reproches; solo cierta melancolía y el orgullo de saberse protagonista de una época deslumbrante («Los suelos quedaron llenos de cenizas, pero valió la pena»). Nadie tuvo la culpa, nos dice. Todo paraíso se paga, todo paraíso incuba el mal y acaba expulsándote.

Siguiendo una técnica parecida a la del arqueólogo minucioso, Llop va rescatando del olvido, de manera fragmentaria y como por azar, retazos de aquellos años de esplendor. Lo sensorial impregna cada recuerdo con un alcance evocador determinante: la visión de una fotografía o un objeto, una canción, un poema o un olor funcionan proustianamente como agentes activadores de la memoria. La literatura y la música marcan el ritmo de ese tiempo fulgurante de la juventud: Rilke, Ezra Pound, T. S. Eliot, Cavafis, Poe y Baudelaire son dioses lejanos y pero nunca olvidados a los que adorar. Sus versos se entretejen con la banda sonora de la época: Bob Dylan, Janis Joplin, Bowie, King Crissom, CarlySimon, James Taylor, Fleetwood Mac, Pink Floyd… Ellos son indestructibles. Ellos son los vestigios inmortales de ese reino del que el autor y los suyos—We can be heroes / just for one day, cantaba David Bowie— fueron soberanos efímeros.

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Título: Reyes de Alejandría. Autor: José Carlos Llop.  Editorial: Alfaguara, 2016 Edición: Papel y Kindle

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