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José Luis García Sánchez, ¡presidente, ya!

José Luis García Sánchez, ¡presidente, ya!

José Luis García Sánchez: “En Salamanca somos todos unos hijos de puta, especialmente mi familia”

JLGS: “Que se muera empalmado un coronel, son cosas que hay que luchar para hacerlo”. Habría que fabricar camisetas con la cara de Pepe García Sánchez y el lema “Hasta la victoria (en comedia) siempre”. Imagino que solo las comprarían tres adolescentes de Tomelloso: nos daría igual. Con ellas la chavalada tomellosera heredaría a García Sánchez y, de paso, a Azcona, a Berlanga, a Valle Inclán o al PC, que hoy ya solo nos suena a ordenador viejuno. En las conversaciones que Javier de la Torre mantiene con el cineasta salmantino, editadas como José Luis García Sánchez: el humor como bicarbonato, está casi todo lo que se puede saber de la vida y un poco de lo que se puede saber de García Sánchez. Director de cine, guionista, productor, escritor de cuentos para niños, actor, marido de Rosa León, padre de Víctor García León, bebedor de vino, tertuliano de la lenteja, yonqui de cine español, amigo de Juan Luis Galiardo, de Víctor Manuel o de Juan Gona, maestro de David Trueba, homenajeado en el Festival de Cine de Madrid (“esto me suena a homenaje póstumo”, soltó allí), paseante, diletante, cómico, la concha de su madre, ¿qué no es García Sánchez?

Javier de la Torre: Es que has hecho de todo.

JLGS: Es la obligación que tiene todo el mundo.

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Deberíamos repartir este libro en la puerta de los colegios, como si fuésemos traficantillos de tres al cuarto, y pervertir a la juventud con sus enseñanzas morales e historias del cine español y la existencia transeúnte. Cito algunas: a Enrique Cerezo habría que darle el Premio Nacional de Cinematografía delante del Rey y, acto seguido, que se lo llevase una pareja de la Guardia Civil a Alcalá Meco. Los enanos españoles son los mejores enanos del mundo. Uno que tenía de profesión ser alcohólico. Luis Ciges y su afición a ver accidentes en la calle Ferraz. Gamero haciéndose el dormido para evitar que le hostiase un novio agraviado.

Basta ya: las gentes de bien tenemos que presentar a José Luis como presidente de consenso para que termine de hundir, con gracia, este puto país.

JLGS: El estilo es una cabronada, uno debe aspirar a no tener estilo y a escribir lo que te salga de los cojones, porque el estilo es la marca que te aplican los demás para que tú lo hagas de alguna manera.

La corte de faraón 26-min

A Pepe García Sánchez le recorre la libertad. Se le notaba cuando vi Las truchas, que ganó en Berlín, y se le desbordó en maravillas como Suspiros de España y Portugal, El vuelo de la paloma, Pasodoble o La corte del faraón. Ya es viejo, y tiene corte de viejo, menos mal, pero la voz le suena de la hostia a lo largo de las doscientas páginas de este volumen donde vuelve a demostrar que lo suyo no es personaje, sino que viene así de fábrica.

JLGS: Tú date cuenta que la llamada moral vista con rigor, se compone fundamentalmente de unos intereses de clase. O sea, cada clase impone su moral para lo que le conviene. Pero claro, la moral de los pobres, como tienen medios económicos, es otra.

En estas palabras, jugadas en corto como solo saben hacer los grandes, está el marxismo desdoblado de Carlos a Groucho, por la gracia de García Sánchez. Y hay literatura que obliga a pararse donde él se para en El humor como bicarbonato: Azcona y Valle-Inclán. Sobre Rafael hay una reivindicación total y merecidísima, sin sentimentalismos, que supongo se los guarde para su casa: “A los amigos no les cuento las penas, que los divierta su puta madre”, decía Antonio Gamero. Ramón en fantasma pulula por toda su filmografía: adaptó Divinas palabras o los “Esperpentos”, pero lo más importante es que su actitud vital desemboca en García Sánchez con mala hostia salmantina justa y necesaria.

JGLS: Valle partió de la introspección romántica y llegó al esperpento. A mi me parece un descubrimiento. ¿Quién más podría haber hecho eso? ¿Benavente podría haber hecho eso? ¿Quién? ¿Rubén Darío? Una polla como una olla.

Tranv+¡a a la Malvarrosa 3-min

El Festival de cine de Madrid y Javier de la Torre dignifican sus oficios redescubriendo a García Sánchez a través de una retrospectiva y al darle voz en un libro de conversaciones. Nos han regalado dos pequeños bálsamos en este país de mierda. Cierro “El humor como bicarbonato” y pienso la de veces que me he reído y he aprendido cosas, y recuerdo Mi último suspiro de Buñuel, o Ciudadano Welles de Bogdanovich: libros donde el cineasta suena, casi más partituras que textos. En sus líneas solo falta la risa de mi querido maestro Pepe pero a mÍ se me aparece con cada ‘boutade’, con cada historia, con cada sabiduría cabrona. Eso sí, aunque estuviese presente su descojone sonoro, lo más probable es que vosotros lo tapaseis con el vuestro al leer muchísimas de las páginas de este magnífico libro.

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Título: José Luis García Sánchez: el humor como bicarbonato. Conversaciones con Javier de la Torre García. Autor: Javier de la Torre García. Editorial: Notorius ediciones.

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