Leonardo da Jandra es un escritor y filósofo nacido en Chiapas, México, en 1951. Ha publicado más de treinta libros: novela, ensayo y cuento. Sus publicaciones más recientes son: Filosofía para desencantados (Atalanta, 2014), Diarios. La restauración de la utopía (Avispero y punto, 2015) y El hombre soberbio (Malpaso, 2019). Como aforista ha publicado los libros Mínimas (Avispero y Almadía, 2013) y Aforismos (Avispero, 2017), de descarga gratuita en www.avispero.com.mx. Actualmente prepara un nuevo libro de aforismos. En 1979 se instaló a vivir con su compañera, la pintora Raga García Arteaga, en Huatulco, en un paraje paradisíaco de la costa oaxaqueña. Allí vivieron de la caza y de la pesca durante casi treinta años (véase: https://youtu.be/57v3N8haJLA), hasta que por oponerse a la privatización del Parque Nacional Huatulco, que ellos mismos contribuyeron a fundar en 1998 con la ayuda de intelectuales, artistas y poetas, fueron desalojados por el Fondo Nacional para el Turismo (FONATUR). Presentamos una selección de textos realizada por Alejandro Beteta.
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Las peores decisiones se toman desde el rencor.
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El que no sabe perdonar está condenado a resentir.
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La envidia es un deseo matizado de muerte.
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El que sólo se ve a sí mismo, no ve nada.
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El que reconoce sus errores evita recurrir a la mentira.
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Tan despreciable es el que humilla como el que acepta sumiso la humillación.
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Cada nuevo niño que ama la lectura es como una lágrima que nos hace soñar con el mar.
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Cuando el acto de escribir ya no implica riesgos ni desgarraduras es inevitable que se publiquen cientos de libros efímeros y prescindibles.
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La envidia de los demás está en relación directa con nuestros éxitos; la envidia personal con nuestros fracasos.
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La bajeza no soporta la proximidad de la grandeza.
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En un país de fanáticos e intolerantes no puede prosperar un espíritu independiente.
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Síntoma de decadencia: admirar a los que tienen y no a los que saben.
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El que no cree en nada tiene miedo de todo.
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Nadie puede ser cabalmente libre mientras viva obsesionado con la búsqueda del éxito y el temor al fracaso.
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“Amor” y “gratitud”: los dos ejes de la vida plena. Un ser amoroso y agradecido tiene garantizada la felicidad.
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El que desprecia las creencias de los demás está condenado a sufrir el desprecio de las propias.
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Sólo el talento reconoce al talento; lo demás es estruendo, confusión y mercadotecnia.
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El mal alumno es arisco, desleal y resentido; es el gorgojo en el corazón del grano.
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El buen alumno es apacible, agradecido y leal; y sólo él tiene el derecho a enseñarle al maestro.
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Cuando no hay coincidencias esenciales la amistad es una farsa.
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