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5 grandes poetas de El Salvador

Portada: Roque Dalton.

Este viernes, dentro de la sección No son todos los que están, presentamos la lista de siete grandes poetas de El Salvador cuya obra bien podría ser considerada como clásica o influyente en las generaciones actuales de poetas de su país. Pasen y lean. Estos son los que están esta semana, y los que no, ya llegarán.

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ROBERTO ARMIJO

Roberto Armijo fue un poeta, narrador y dramaturgo nacido en Chalatenango, El Salvador, en 1937. Durante muchos años vivió en Francia. Armijo es la voz lírica de su generación, bautizada como «Generación Comprometida» por Ítalo López Vallecillos. Es autor de obras como La noche ciega al corazón que canta, Mi poema a la ciudad de Ahuachapán, El príncipe no debe morir, Poemas europeos o El pastor de las equivocaciones. Murió en París en 1997. 

La historia de nosotros no tiene límites

La historia de nosotros no tiene límites
Puede fijarse en el grano de arena
O derramarse como la tarde
En Normandía
Donde Rodrigo juega en la espuma
Y busca caracolillos

Pienso entonces que mi cabeza pudo haber florecido
En océanos prisioneros en las octavas de Camoés
Sólo me tortura la palabra
Sonora hermana de la espuma
Enemiga de los sueños
Aliada de las derrotas
Para el poeta alado
Para el santo loco

***

ROQUE DALTON

Roque Dalton fue un poeta, ensayista, periodista, activista político e intelectual nacido en San Salvador, El Salvador, en 1935. En Chile comenzó a estudiar el marxismo y cuando retornó a su país se convirtió en un activo propagandista político, afiliado al Partido Comunista de El Salvador (PCS). Fundó el Círculo Literario Universitario de El Salvador, junto con el poeta guatemalteco Otto René Castillo. En 1957 viajó a la URSS, lo que marcó su militancia, y en ese mismo viaje conoció al futuro fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Carlos Fonseca Amador. Su intensa independencia y posicionamiento crítico, incluso con el propio partido, y la pugna entre la corriente militarista del ERP y sus opositores, tuvo como resultado su detención y posterior ejecución. Algunas de sus obras más importantes son El turno del ofendido (1962), Taberna y otros poemas (1969), Pobrecito poeta que era yo… (1975), Las historias prohibidas del Pulgarcito (1974) o Un libro rojo para Lenin (1986).

El ser social determina la conciencia social

Las campanas del otoño hacen difícil la primera nevada.

Como si el sacristán fuera el demonio
viejo muñeco de paja puesto a arder para siempre.

La tristeza de la tos
y si te descuidas un poco, cariño,
la vida se te vuelve una jornada de Anita la Huerfanita
un solo llanto entre gordos.

En todo caso trabajar en un país socialista
y no ganar para comprar bufanda o guantes
hace amar la metafísica fundamental
desear su violín lila para volver
a la playa donde puedes hartarte de flores por el ombligo.

Ay es que soy funcionario
del Partido Comunista más chiquito del mundo
uno que tratará de hacer su revolución sin miles de muertitos
porque se arruinarían las posibilidades de la agricultura nacional
con las tumbas.

Como tú

Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.

Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan, de todos.

Y que mis venas no terminan en mí
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.

Claudia Lars.

CLAUDIA LARS

Claudia Lars, seudónimo literario de Margarita del Carmen Brannon Vega, fue una poeta nacida en 1899 en la ciudad de Armenia, Sonsonate. Su padre, de origen irlandés, y su madre salvadoreña, le confiaron sus primeros estudios a una reconocida educadora. Posteriormente los continuó en la ciudad de Santa Ana. A la edad de veinte años publicó sus primeros poemas y luego se radicó en Nueva York, donde contrajo matrimonio en 1923. Vivió algunos años en Costa Rica, México y Guatemala, y solo en 1946, ya separada de su marido, regresó a su país, donde vivió hasta su muerte, ocurrida en 1974. Recibió numerosas distinciones, y antes de su muerte le fue concedido el doctorado Honoris Causa por la Universidad José Simeón Cañas. Su obra está caracterizada por el dominio de la métrica y la profundidad en la expresión de sus sentimientos. Entre sus obras destacan Estrellas en el pozo (1934), Romances de norte y sur (1946), Donde llegan los pasos (1953), Sobre el Ángel y el Hombre (1962) o Del fino amanecer (1964). 

Espejo

Miré a la dulce niña del pasado
con piel ansiosa y con el ojo puro,
dibujando su forma contra el muro
donde el amor la había equivocado.

Era yo misma… cuerpo ya olvidado,
gesto de ayer y corazón seguro;
simple inocencia en el afán oscuro
y secreto del canto inaugurado.

Estaba allí, casual y sensitiva,
dueña del dardo y la manzana viva
en trémula quietud y extraño aliento.

Toqué su falda de vergel y danza,
entré en el corazón de la esperanza,
y recogí el engaño del momento.

***

ÍTALO LÓPEZ VALLECILLOS

Ítalo López Vallecillos fue un poeta, historiador, periodista y editor salvadoreño. Se le atribuye la fundación de la Generación Comprometida de El Salvador, a la que también pertenecieron Roque Dalton, Manlio Argueta y Álvaro Menen Desleal. Murió en México DF el 9 de febrero de 1986. Entre su obra destacan libros como Biografía de un hombre triste (poesía, 1954), Imágenes sobre el otoño (1962), El periodismo en El Salvador (ensayo histórico, 1964), Gerardo Barrios y su tiempo (ensayo histórico, 1965), Burudi Sur (teatro, 1965), Puro asombro (poesía, 1970) o Inventario de soledad (poesía, 1977).

Mientras me llevan esposado

I

Vino un hombre
y me llevó del brazo,
a la fuerza,
esposado.
Me enseñó una tarjeta,
un revólver
y su alma.
Me enseñó sus ojos
y me pidió disculpas.
Dijo que cumplía órdenes.
Me habló de su mujer
y sus pequeños hijos.
En medio de la pena
pronunció estas palabras:
perdone,
se tiene que vivir.
Vi las últimas llamas de la tarde
y me metí en la noche,
con miedo.

II

Es fría la cárcel. Y dura
y cruel. Y pesa como una lágrima.

Surgen en ella de súbito los caminos,
los besos inconclusos,
la noche y el silencio.
Todo se agolpa en la memoria:
los geranios,
la madre, la esposa,
la lluvia,
los espejos, las corbatas,
los hijos a la puerta de la casa.
Todo se viene de golpe
a la memoria. Y hace falta
una caricia,
una almohada,
una palabra sencilla,
un poco de amor.
Una navaja
diminuta con que cortar
poco a poco los sentidos.
Esto es: no ser el ser que somos,
sino su potencia y su acción,
su llama y su protesta. Ser pájaro,
nube,
sueño, proyecto,
semilla y árbol.

III

La cárcel duele en el alma:
tiene como ella rincones dolorosos;
paredes manchadas,
sucias invocaciones.
En lo más alto y en lo más bajo
de su miseria,
cuando la ve se ha extraviado
y la paz se nos niega,
y el pan no tiene esa delicada presencia
del trigo y de los ángeles,
cuando volvemos a ser lo que hubimos deseado
ser siempre,
entonces, la cárcel se abre,
se rompen sus ataduras,
y ya no estamos solos, sino alegres
y puros, y claros, y abiertos.

IV

Uno tiene que encontrar su destino.
En alguna parte,
en algún mes,
en alguna noche,
en alguna palabra uno tiene que encontrar
su destino.
Yo hallé el mío,
el que me hace feliz, el que me hace bueno,
el que me quita de un golpe
todas las esquivaciones;
el que me aclara y declara,
el dulce, duro, claro y oscuro
destino.
Ahora lo sé. Lo siento mientras
escribo este poema
y dejo atrás la cárcel. Y dejo atrás
la lluvia,
y la Patria, y la noche,
que también se quedan atrás
mientras me llevan esposado,
amarrado, digo,
a cumplir mi amargo y universal
destino.

Italo Lopez Vallecillos

ÁLVARO MENEN DESLEAL

Álvaro Menéndez Leal, conocido como Álvaro Menen Desleal fue un dramaturgo, cuentista y poeta nacido en Santa Ana, El Salvador, en 1931. Perteneció a la Generación Comprometida, y su trabajo más reconocido es Luz negra, en dramaturgia. Fue el creador de los noticieros televisivos en El Salvador, con el mítico programa Telediario salvadoreño. Su suerte cambiaba de gobierno a gobierno; estuvo exiliado y fue también agregado cultural de El Salvador en México y director del Teatro Nacional. Realizó una gira como boxeador por las arenas de Guatemala y las del México provincial, hasta que llegó a debutar en la Arena Metropolitana del distrito federal. De su primera estancia en este país emanó un poemario existencialista, titulado El extraño habitante (México, 3AM), iniciado en marzo de ese mismo año y publicado en San Salvador, diez años después. Murió en San Salvador en el año 2000. 

Recetas a una vieja burguesa para que sea feliz del todo

Sepulta cuidadosamente las páginas insólitas de
viejos cascarrabias como Marx, el gran culpable;

destruye hoja por hoja los versos de Rimbaud,
joven durazno con vicios milenarios, y quiebra
ojo por ojo a todo Baudelaire, harapo brujo,
alcohol mistificado, viejo corozo de durazno
con vicios renovados;

escupe por las rejas de la cárcel en que moran,
empotrados en sus huesos, algunos jóvenes poetas.
vigila que el guardián ponga las llaves
y agrega siete que te sean de confianza;

espulga el Nuevo Testamento y abomina del Antiguo,
cargados de puercas porquerías para lapidar
perezosos; de pechos como paloma para reyes
lúbricos y junturas de muslos como goznes
labrados de mano maestra;

compra galas chillonas sedosas suntuosas para
halagar al gazmoño;

lávate cada hora, refriégate de alcohol, pues el
talento, con todo y no ser contagioso, podría
afectarte de ictericia;

castiga tu pensamiento sin pausa ni misericordia,
si es que puedes pensar y si te sobra alguna
misericordia.

clávate las uñas en la carne cuando veas el amor
adolescente;

(desde luego, te prevengo contra mi persona);

pero, sobre todo, enciende hogueras altas
relucientes pulidas pendencieras piras funerarias
para quemar, quemarnos;

verás entonces, varicosa, que todo es más tranquilo.
y más tuyo.
al fin y al cabo
Dios te hizo cortada a su medida.

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